Las el¨¦ctricas emitir¨¢n obligaciones para el p¨²blico y la banca por valor de 120.000 millones de pesetas
Las compa?¨ªas el¨¦ctricas tienen previsto emitir obligaciones por valor de 120.000 millones de pesetas para hacer frente a una parte de sus necesidades de financiaci¨®n pura. Mientras que en los a?os anteriores todo el volumen de obligaciones que se pon¨ªa en circulaci¨®n iba a parar indefectiblemente a los coeficientes computables de las cajas de ahorro, tanto durante el a?o pasado, como en el actual con mayor intensidad, se sabe que dicho coeficiente es incapaz de proporcionar fondos suficientes para tal demanda de recursos.
En c¨ªrculos cercanos al sector el¨¦ctrico y a la Administraci¨®n se considera que cerca del 50% de lo que se emita tendr¨¢ que hacerse en diversas operaciones en el mercado libre y no en el sujeto a coeficientes.Las compa?¨ªas el¨¦ctricas tienen que inventarse nuevos instrumentos que, sin perder las caracter¨ªsticas de financiaci¨®n a largo plazo y con las condiciones b¨¢sicas de las obligaciones, les permitan conseguir esos cincuenta o sesenta mil millones de pesetas que no tendr¨¢n acogida directa en las cajas.
Las cajas de ahorro han sido los destinatarios finales de buena parte de la renta fija que se pon¨ªa en circulaci¨®n en los ¨²ltimos a?os, y que ha supuesto un respiro de financiaci¨®n importante para la mayor¨ªa de las instituciones p¨²blicas y empresas privadas, catalogadas como emisoras preferentes. El Instituto Nacional de Industria, corporaciones locales, Compa?¨ªa Telef¨®nica Nacional de Espa?a, compa?¨ªas el¨¦ctricas, Renfe, Metro de Madrid, han incrementado sus emisiones de obligaciones porque ten¨ªan pr¨¢cticamente asegurada su colocaci¨®n dentro de los coeficientes.
Pero la liberalizaci¨®n del sistema financiero, con la consiguiente reducci¨®n paulatina de coeficientes obligatorios y el propio incremento de la oferta, centrada esencialmente en la salida al mercado de las corporaciones locales, con fuertes lazos con la mayor¨ªa de las cajas de ahorro, hicieron que ya el a?o pasado la ¨²ltima fase de obligaciones de las compa?¨ªas privadas y de buena parte de las el¨¦ctricas tuviera que esperar cola para entrar dentro de los coeficientes. La situaci¨®n este a?o es bastante m¨¢s grave en este sentido.
Medios de la Administraci¨®n calculan que durante 1982 se pondr¨¢n en circulaci¨®n 600.000 millones de pesetas en emisiones de obligaciones, de los que 240.000 corresponder¨¢n a computables; 140.000, a bonos bancarios; 20.000, a emisiones libres; 40.000, a c¨¦dulas hipotecarias; 17.000, a cr¨¦dito oficial; 10.000, a Red Espa?ola Nacional de Ferrocarriles, y el resto, a las emisiones de deuda p¨²blica a medio y largo plazo. Queda sin contabilizar dentro de la suma total la cifra final de pagar¨¦s del Tesoro, o deuda p¨²blica a corto plazo, que se quiere alcance los 150.000 millones de pesetas.
En busca de la banca y el ahorro privado
A finales del mes de mayo se hab¨ªan puesto en circulaci¨®n 112.000 millones de pesetas en emisiones computables y 68.000 correspondientes a bonos bancarios. De las computables, treinta mil millones correspond¨ªan a corporaciones locales; seis mil, a Telef¨®nica; cuatro mil, a las computables por las comunidades aut¨®nomas, y los 72.000 millones restantes, a emisiones de las compa?¨ªas el¨¦ctricas.Estas ¨²ltimas han visto c¨®mo a lo largo de los tres primeros meses del a?o lograban colocar dentro de los coeficientes de las cajas los flecos de emisiones que hab¨ªan quedado pendientes durante el pasado a?o.
Por ello saben que este a?o el desfase ser¨ªa mayor, y se preparan "para llegar directamente a la banca, tanto nacional como extranjera, sin olvidarnos de las cajas de ahorro y los ahorradores privados, los hombres de la calle", manifest¨® un direptor financiero del sector.
La liquidez existente en el mercado nacional y los deseos de las cajas por reducir sus dep¨®sitos de clientes, y as¨ª tener que cubrir menores coeficientes, son los aspectos positivos sobre los que se basan los directores financieros de las compa?¨ªas el¨¦ctricas para empezar a proponer los nuevos productos financieros que ya existen en los mercados internacionales y que tienen que empezar a abrirse paso en el espa?ol.
Las inversiones a largo plazo que el sector est¨¢ realizando exigen recursos a ese per¨ªodo de amortizaci¨®n, aunque al p¨²blico en general se le ofrezca papel a todos los plazos posibles, declararon estas mismas fuentes, se?alando que para cada uno de los destinatarios finales que se busquen se deben ofrecer productos diversos.
De esta forma se van a empezar a poner en circulaci¨®n emisiones de obligaciones indiciadas no a tipo de inter¨¦s fijo, como ven¨ªa siendo tradicional hasta ahora, siendo el receptor de este tipo de valores la banca, tanto nacional como extranjera, aunque preferentemente la primera. Las cajas de ahorro, en base a reducir sus dep¨®sitos, pero conservando sus clientes a partir de estos t¨ªtulos, podr¨ªan estar interesadas en este tipo de operaciones, y de hecho ya alguna compa?¨ªa importante del sector mantiene conversaciones con cajas de primera linea para empezar a emitir.
El ejemplo m¨¢s inmediato de esta modalidad se encuentra en la emisi¨®n de obligaciones que ENUSA realiz¨® a finales del pasado a?o por valor de 6.000 millones de pesetas.
El plazo de amortizaci¨®n de estas emisiones ser¨¢ de nueve a?os, y el tipo de inter¨¦s, el del preferencial de los bancos o cajas que participen en el aseguramiento de las mismas m¨¢s un diferencial.
El objetivo de las el¨¦ctricas con este tipo de operaciones es, adem¨¢s de lograr los recursos necesarios, hacerlo a precios algo menores a los que est¨¢n saliendo las obligaciones normales; en estos momentos el tipo de estas emisiones es del 14,25% m¨¢s una comisi¨®n de colocaci¨®n que var¨ªa, pero que situa el tipo efectivo entre el 16,5 y el 17%. Algunas compa?¨ªas logran mejores condiciones pero en ning¨²n caso se situan por debajo del 15,5%.
Para el ahorrador privado se est¨¢n estudiando dos operaciones distintas. Por un lado se sigue manejando la posibilidad de poner en circulaci¨®n el bono el¨¦ctrico, similar a los bonos bancarios, que tendr¨ªan un periodo de amortizaci¨®n entre tres y cinco a?os. La otra. posibilidad que se tiene en mente es sacar pagar¨¦s a corto plazo, hasta 18 meses de vida, aunque previsiblemente salgan a seis para el p¨²blico pero que las instituciones financieras que aseguren su colocaci¨®n se comprometer¨¢n a renegociar hasta un m¨¢ximo de cinco a?os.
En realidad se trata de bonos de tesorer¨ªa, como los puestos en circulaci¨®n por la Red Nacional de Ferrocarriles Espa?oles en el mercado de Londres, con vencimientos a seis meses, pero que el grupo asegurador se compromete a que permanezcan en el mercado, si el prestatario as¨ª lo quiere, durante un per¨ªodo mayor de tiempo.
Para las compa?¨ªas tienen la ventaja de que en cada periodo tienen en el mercado las cantidades que precisan.
Con ello se busca utilizar los excedentes de tesorer¨ªa que ahorradores privados o empresas puedan tener en per¨ªodos cortos de tiempo, pero con una obligaci¨®n de amortizaci¨®n bastante superior para aquellos que los sacan en oferta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.