La Filarm¨®nica de Leningrado y su titular, Mravinsky, inician en Barcelona una gira por Espa?a
Primera visita a nuestro pa¨ªs del 'Karajan del Este'
La Orquesta Filarm¨®nica de Leningrado, que cumple este a?o un siglo de existencia, inici¨® el pasado domingo una serie de conciertos en el Grad Teatro del Liceo y en el Palau de la M¨²sica, de Barcelona, en una gira por Espa?a que comprende, adem¨¢s, Madrid (Teatro Real, d¨ªa 18), Granada (Palacio de Carlos V, d¨ªas 22, 23 y 24) y La Coru?a (d¨ªa 26). Los programas est¨¢n formados por obras de Tchaikovsky, Raclunaninoff, Sibelius, Prokofiev y Beethoven, bajo la direcci¨®n mw sical de su titular, Yevgueni Mravinsky, considerado el 'Karajan del Este', y del joven Peter Lilie.
En 1882 se organiz¨® en San Petersburgo un nuevo grupo musical, denominado Coro Musical de la Corte, que con el tiempo devino en una exclusiva formaci¨®n instrumental. Al triunfar la revoluci¨®n, en 1917, el conjunto fue declarado estatal. El Gobierno de la joven Rep¨²blica sovi¨¦tica entendi¨® f¨¢cilmente que los m¨²sicos integrantes de la antigua capilla imperial formaban un cuerpo de'virtuosos cuya habilidad art¨ªstica no pod¨ªa ignorarse.Anatoli Lunacharski, al firmar el decreto que convert¨ªa a la orquesta en ¨®rgano estatal, afirmaba: "La Orquesta Filarm¨®nica Estatal de Petrogrado es la ¨²nica instituci¨®n sinf¨®nica ejemplar de la Rep¨²blica. Cualquier intento de desorganizar la actividad de esta orquesta y destruirla ser¨¢ considerado un delito. La Orquesta Filarm¨®nica Estatal de Petrogrado debe permanecer inviolable como instituci¨®n que tiene un valor art¨ªstico y estatal de primer orden".
Durante los a?os veinte y los primeros treinta, al socaire de las visitas a Rusia de importantes artistas liberales occidentales, la Filarm¨®nica fue dirigida por algunas de las m¨¢s importantes batutas de la ¨¦poca. Entre estos colaboradores se hallaban Otto Klemperer, Hermann Scherchen, Bruno Walter, Ernest Ansermet, F¨¦lix Weingartner o Artur Rodzinski. De entre los directores sovi¨¦ticos, Alexander Gauk y Nikolai Malko estuvieron especialmente unidos a la orquesta durante este per¨ªodo; Malko, en concreto, brind¨® el 12 de mayo de 1926 la primera audici¨®n de la Sinfon¨ªa n¨²mero 1 de Shostakovich, que, en gran medida, simbolizaba el despegue creativo de la nueva Rusia.
Los a?os treinta, con la subida definitiva al poder de Stalin y la preterici¨®n paulatina de Lunacharski, significaron un oscurantismo cultural cada vez m¨¢s patente. Sin embargo, es sorprendentemente en esas fechas cuando se produce la aparici¨®n y vinculaci¨®n a la orquesta del hombre que la convertir¨ªa en el m¨¢s famoso conjunto instrumental del Este: Yevgueni Mravinsky. Procedente del mundo del ballet, en donde trabaj¨® largo tiempo como director musical de los espect¨¢culos coreogr¨¢ficos de Galina Ulanova, Mravinsky, nacido en 1906 en la misma ciudad del Neva, pas¨® a ser, en .1934, director del teatro Kirov (el puesto que hoy ocupa Yuri Temirkanov). David Oistralch, el m¨ªtico violinista, vio por esos a?os dirigir a Mravinsky. "Era caracter¨ªstico de su trabajo", escribi¨® m¨¢s tarde Oistrakh, "exigir el m¨¢ximo ajuste a la orquesta, sin disculpar ni el m¨¢s leve fallo t¨¦cnico. Constantemente reclamaba una concentraci¨®n total y prestaba atenci¨®n a los menores detalles de la partitura. Es decir, manifestaba las mismas cualidades que hoy le reconoce todo el mundo musical".
En 1937, invitado a actuar con la Filarm¨®nica, Mr¨¢vinsky estren¨® la famosa Quinta sinfon¨ªa de Shostakovich. "Todav¨ªa hoy no puedo entender c¨®mo me atrev¨ª a aceptar ese encargo", dijo Mravinsky en 1974, "sin una vacilaci¨®n y sab¨ªendo todo lo que aquel estreno significaba para su autor y los m¨²sicos rusos, tras la descalificaci¨®n de Pravda a la Lady Macbeth del propio Shostakovich. Supongo que esas cosas s¨®lo se hacen a los treinta a?os. Hoy lo hubiera pensado mucho y es muy probable que hubiera rechazado la oferta". Al a?o siguiente, catapultado por el ¨¦xito en aquella premire, Mravinsky gana el primer premio en el Concurso de Directores de Orquesta de la URSS y es nombrado titular de la Filarm¨®nica de Leningrado.
Han pasado 44 a?os y Mravinsky sigue al frente de su orquesta. Ha superado los r¨¦cords de Ormandy -que estuvo 42 a?os al frente de la Orquesta de Filadelfia-, o de Mengelberg -cuatro d¨¦cadas dirigiendo el Concertgebouw, de Amsterdam-; actualmente, Mravinsky se prodiga poco, acaba de cumplir 76 a?os (el d¨ªa 4 de junio) y deja las giras de la orquesta en manos de sus ayudantes o asociados. La ¨²ltima aparici¨®n de este singular artista ante un auditorio occidental tuvo lugar en las Semanas Musicales de Viena de 1978, en el mes de junio, con dos memorables conciertos recogidos en disco (y no editados en Espa?a). Desde entonces, s¨®lo esta gira por Espa?a, con el pintoresco motivo del Mundial-82, devuelve a Yevgueni Mravinsky a la consideraci¨®n de los p¨²blicos europeos. Ya no dirige de pie, sino que suele permanecer sentado durante la mayor parte de los conciertos. Sus gestos se han reducido al m¨ªnimo, sin merma alguna de expresividad. El es uno con la orquesta, cumpliendo su propia m¨¢xima: "Una orquesta consistente en cien m¨²sicos y un director ha de crear la impresi¨®n de ser un todo, una unidad indivisible, un ¨²nico ser".
Grandes maestros han compartido el podio de Leningrado con su titular. En los a?os cuarenta y cincuenta fue Kurt Sanderling (al que han ya visto actuar en esta temporada los p¨²blicos de Barcelona y Madrid); en los sesenta, Rozhdestvensky. Este comentaba, tras la gira con la orquesta en 1962: "Durante una gira hay que escuchar varias veces las mismas obras durante un per¨ªodo de tiempo muy breve. Siempre me admirar¨¢ la capacidad de Mravinsky para mantener un sentimiento de frescura y espontaneidad en todas esas repet¨ªciones. Cada concierto se transforma con ¨¦l en un estreno. Los m¨²sicos han llegado a admitir que ante! de cada velada les haga ensayar de nuevo el programa, porque de cada obra extraer¨¢ algo que nadie hab¨ªa notado antes".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.