Los argentinos comienzan a exigir responsabilidades a la Junta Militar por el desastre de las Malvinas
Apenas recuperados del estupor que les produjo su fulminante derrota en las islas Malvinas, los argentinos comienzan a pedir detalles y responsabilidades de esa desastrosa aventura militar. Un vago discurso del general Leopoldo Galtieri, en el que no inform¨® de la capitulaci¨®n de sus tropas ante las brit¨¢nicas, y la brutal represi¨®n de una manifestaci¨®n de protesta iniciada en la plaza de Mayo y extendida a todo el centro de Buenos Aires han sido hasta ahora las ¨²nicas respuestas.
La manifestaci¨®n convocada por el Gobierno para el martes por la noche (madrugada de ayer en Madrid) frente a la Casa Rosada, en la hist¨®rica plaza de Mayo, se volvi¨® contra sus organizadores y pas¨® a ser en seguida una demostraci¨®n antigubernamental. Cuan do la polic¨ªa carg¨® sobre las aproximadamente 5.000 personas con centradas en la plaza, los disturbios se extendieron a las calles vecinas, y el centro de Buenos Aires se convirti¨® en un campo de batalla, con incendios, disparos, pedradas y gases lacrim¨®genos. Los medios de comunicaci¨®n hab¨ªan hecho constantes llamadas para que la poblaci¨®n acudiera a la plaza de Mayo a escuchar el mensaje que el general Galtieri iba a leer al pa¨ªs y en el que, se supon¨ªa, iba a informar de la situaci¨®n en las Malvinas tras el alto el fuego.El ambiente se hab¨ªa caldeado ya una hora antes del momento fijado para que el presidente pronunciara su discurso desde el balc¨®n de la Casa Rosada, donde ya se hab¨ªan instalado los micr¨®fonos. Comenzaron los primeros gritos de protesta. La polic¨ªa, ante una manifestaci¨®n convocada por el Gobierno, no sab¨ªa qu¨¦ hacer y se manten¨ªa a la expectativa.
"Los chicos murieron, us jefes los vendieron"
"Los chicos murieron, sus jefes los vendieron", empez¨® a corear la multitud, que portaba algunas pancartas en las que se ped¨ªa proseguir la lucha y no rendirse a los ingleses. Los manifestantes fueron acerc¨¢ndose paulatinamente hacia la puerta principal de la Casa Rosada y arreciaron los improperios y los insultos irreproducibles contra el general Galtieri. "Se va a acabar, se va a acabar la dictadura militar", era uno de los esl¨®ganes m¨¢s gritados por los cada vez m¨¢s enardecidos manifestantes.
Los focos de los numerosos equipos de televisi¨®n que filmaban la manifestaci¨®n, daban un aire irreal a la escena. Algunos j¨®venes arrojaron monedas contra la polic¨ªa, que repentinamente cerr¨® las puertas del palacio presidencial y carg¨® sin previo aviso contra los manifestantes. Las estelas rojas de las bombas de gases lacrim¨®genos surcaron en seguida el cielo de la plaza de Mayo, mientras la multitud se dispersaba entre empujones y ca¨ªdas. La rabia popular estall¨® entonces.
Por lo menos cuatro autobuses de transporte p¨²blico y varios autom¨®viles fueron quemados por los manifestantes, que levantaron barricadas, encendieron hogueras y destrozaron numerosos escaparates en toda el ¨¢rea,
Las armas de fuego fueron empleadas tambi¨¦n por las fuerzas antidisturbios, sin que se tengan datos del n¨²mero de heridos. Seg¨²n algunas versiones, alguien, quiz¨¢ un francotirador, dispar¨® contra la polic¨ªa e hiri¨® por lo menos a un agente. Desconocidos de paisano que viajaban en un autom¨®vil Ford Falcon blanco ametrallaron un autob¨²s, sin que se produjeran v¨ªctimas. No se facilit¨® una cifra oficial de detenidos, pero se estiman en 150 como m¨ªnimo.
La desafortunada ocurrencia de convocar al pueblo en la plaza de Mayo parece haberse debido al propio general Galtieri.
Los disturbios de ayer fueron los m¨¢s importantes registrados en Argentina desde que, hace seis a?os, se estableci¨® la dictadura.
Una nota oficial atribuy¨® la paternidad de los disturbios a "grupos perfectamente organizados" y a un "reducido grupo de activistas". Sin embargo, la indignaci¨®n era algo generalizado esa noche en la plaza de Mayo, donde pod¨ªan escucharse acaloradas discusiones y argumentos como estos: "Si sab¨ªan que ¨ªbamos a perder, ?por qu¨¦ no aceptaron el plan de Haig?" o "Por qu¨¦ no mandaron m¨¢s tropas, por qu¨¦ no pidieron ayuda a los rusos?"
Hubo tambi¨¦n escenas pat¨¦ticas, protagonizadas por familiares de soldados muertos en la guerra o por personas que desconocen la suerte corrida por sus hijos o hermanos. Junto a la catedral metropolitana, una mujer de mediana edad lloraba y daba gritos desgarradores: "Me mataron a mi hijo en las Malvinas".
El presidente de la Junta Militar tuvo que dar su discurso a trav¨¦s de la radio y la televisi¨®n. Con gesto sombr¨ªo y voz quebrada, Galtieri anunci¨® que "el combate de Puerto Argentino ha finalizado", pero no inform¨® de la rendici¨®n de las tropas argentinas ni de las condiciones en que se acord¨® ¨¦sta.
En un discurso vago y ret¨®rico, que un diario vinculado a la Armada califica ayer de "conceptual e inasible", el general Galtieri critic¨® con dureza a Estados Unidos por su ayuda al Reino Unido, y dijo que, si Londres reimpone la situaci¨®n colonial en las islas, "no habr¨¢ seguridad ni paz definitiva". El presidente habl¨® tambi¨¦n de "restablecer la democracia" en el pa¨ªs, elogi¨® el comportamiento de sus soldados y exhort¨® a la naci¨®n a seguir marchando unida, advirtiendo que quien no contribuya a ello "ser¨¢ apartado y calificado de traidor".
Dos d¨ªas despu¨¦s de finalizados los combates en las Malvinas, el pueblo argentino no conoce todav¨ªa los t¨¦rminos en que se produjo la rendici¨®n de los defensores de las islas. De hecho, no sabe oficialmente que hubo rendici¨®n, ya que se habla de "acuerdo de alto el fuego y de retirada de tropas
Preguntas sin respuesta
El pa¨ªs tampoco sabe por qu¨¦ se rindi¨® el general Mario Benjam¨ªn Men¨¦ndez, antiguo jefe de operaciones contra la guerrilla en la provincia de Tucum¨¢n y a quien todos cre¨ªan dispuesto a una defensa numantina de la capital del archipi¨¦lago. Nadie del Gobierno o de la Junta Militar ha dado una explicaci¨®n al pueblo de lo que ha ocurrido y de lo que va a ocurrir.
Una profunda crisis pol¨ªtica est¨¢, evidentemente, abierta en Argentina. Hay rumores de que ha dimitido el ministro de Relaciones Exteriores, Nicanor Costa M¨¦ndez, y de que todos los miembros del Gabinete han puesto sus cargos a disposici¨®n del general Galtieri. El problema reside en saber si Galtieri podr¨¢ seguir en la presidencia y por cu¨¢nto tiempo.
Los rumores y las reuniones de pol¨ªticos y militares han convertido a Buenos Aires en un hervidero. Un hervidero en el que se cocina algo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.