Unas 700.000 personas viven atrapadas en Beirut occidental
Si millares de cristianos libaneses acogieron al Ej¨¦rcito israel¨ª a principios de semana con flores y gritos entusiasmados de "Welcome to Lebanon" y "Shalorn", los casi 700.000 habitan tes del sector occidental de Beirut, que viven desde hace dos semanas al ritmo de los bombardeos de la aviaci¨®n, la marina y la artiller¨ªa hebrea, siguen pregunt¨¢ndose con voz angustiada: Cu¨¢ndo entrar¨¢n aqu¨ª?". En su mayor¨ªa musulmanes, conservadores o progresistas, los 500.000 habitantes de Beirut oeste que no han querido o podido irse y los cerca de 200.000 refugiados, sobre todo palestinos, reci¨¦n llegados del Sur, permanecen atrapados en un per¨ªmetro de tan s¨®lo quince kil¨®metros cuadrados sin escapatoria posible.
Vivir en Beirut oeste significa primero, cuando se dispone de una casa, no ya en los campamentos palestinos perif¨¦ricos, sino en barrios residenciales como Ramat el Baida, haberla tenido que abandonar para buscar alojamiento en un lugar m¨¢s seguro de la ciudad donde no caigan las bombas del invasor.Aun as¨ª, alguien m¨¢s desafortunado que el propietario que huye en busca de seguridad, probablemente una familia de refugiados palestinos procedentes de Sid¨®n o de Tiro, se habr¨¢ apresurado en ocupar el piso tras vencer la resistencia del portero del edificio a punta delJusil de asalto kalachnikov del hijo mayor fedayin miembro de alg¨²n grupo integrante de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP).
Los ¨²ltimos llegados entre los refugiados, deambulan durante el d¨ªa con la mochila al hombro y un colch¨®n amarrado debajo del brazo, para acabar durmiendo en un descampado o en un parque.
Colas ante las panader¨ªas
Para aquellos que cuentan con casa en zona segura, en el c¨¦ntrico barrio de Hamra, por ejemplo, la vida cotidiana est¨¢ repleta de dificultades que ni siquiera la proverbial astucia de los libaneses consigue superar.
El pan escasea, por ejemplo, y a las cinco de la ma?ana comienzan a formarse colas ante las panader¨ªas no sin que la violencia latente en la capital brote por una menudenc¨ªa como el adelanto indebido en la fila de un miliciano prosirio por un miliciano druso que acaba degenerando en una aut¨¦ntica batalla callejera armada entre ambas facciones rivales mientras acusan mutuamente de cobard¨ªa ante el ocupante israel¨ª.
En Beirut oeste existen m¨¢s de treinta fuerzas o bandas armadas, libanesas o palestinas, cuyas disputas y rencillas s¨®lo han sido parcialmente acalladas por la invasi¨®n de Israel.
Adem¨¢s del pan falta tambi¨¦n el agua; el tel¨¦fono ha dejado de funcionar en gran parte de la ciudad; la electricidad est¨¢ limitada a cuatro horas y media al d¨ªa -aunque algunos barrios carecen por completo de ella- y los productos alimenticios escasean todav¨ªa pero han experimentado fuertes alzas.
"El kilo de limones", se queja un ama de casa, "cuesta ahora 7,5 libras (150 pesetas), mientras hace dos semanas estaba a tan s¨®lo dos (cuarenta pesetas)". La gasolina tambi¨¦n ha subido en un 33% tras el bombardeo y la ocupaci¨®n israel¨ª de la refiner¨ªa de Zahrani, una de las dos existentes en L¨ªbano, y s¨®lo el precio del alcohol no se ha disparado "porque hay tantas reservas en el pa¨ªs que podemos seguir vendi¨¦ndolo el m¨¢s barato del mundo", comenta un tendero. La botella de whisky Chivas est¨¢ a setecientas pesetas.
Creciente tensi¨®n
La guerra de desgaste librada Por los israel¨ªes en las mismas puertas de Beirut, los constantes atentados mediante veh¨ªculos cargados con explosivos, el sentimiento de aislamiento generado por la falta de solidaridad demostrada por los hermanos ¨¢rabes y los rumores y noticias difundidos por la Prensa de la capital sobre las "humillantes vejaciones y los malos tratos" infligidos a los combatientes palestinos prisioneros del Ej¨¦rcito hebreo, han incrementado la tensi¨®n en la ciudad hasta tal punto que varios periodistas pidieron a un responsable de la OLP que hiciese lo posible para evitar la multiplicaci¨®n de incidentes entre la Prensa y las patrullas armadas.
Mientras, los habitantes de algunos barrios populares libaneses densamente poblados como los de Basta o Verd¨²n multiplican las peticiones para que la resistencia palestina no convierta a sus casas en blancos de la aviaci¨®n israel¨ª y acceda a retirar de los tejados de los edificios las bater¨ªas antia¨¦reas que ha colocado en un intento de dispersar su armamento y exponerlo menos a las incursiones a¨¦reas enemigas.
En un claro esfuerzo por mejorar su imagen ante la poblaci¨®n libanesa atrapada con ella en el cerco de Beirut la OLP orden¨® el jueves la ejecuci¨®n de tres de sus mificianos autores de un atraco a mano armada que la agencia de informaci¨®n palestina Wafa equipar¨® con un crimen de guerra.
Si el dia es inseguro, la noche lo es todav¨ªa m¨¢s en un Beirut privado de alumbrado p¨²blico en el que se camina por las calles sorteando los escombros de los bombardeos y los montones de basura acumulados en las aceras.
A los clientes de los tres o cuatro restaurantes -casi todos de hoteles- a¨²n abiertos de noche, se les suele ofrecer una escolta ¨¢rmada para reintegrarse a sus domicilios porque, adem¨¢s de los francotiradores, herencia de la guerra civil que a¨²n subsiste en la ciudad, el atraco est¨¢ casi garantizado.
Una tras otra, las embajadas occidentales cierran o se trasladan al sector este de la ciudad, controlado por las milicias cristianas, no sin antes rogar a sus conciudadanos mediante anuncios en la Prensa que hagan lo mismo o piensen incluso en abandonar el pa¨ªs corno ya lo hicieron 1.600 extranjeros.
El mundial de f¨²tbol
Mientras, en los 46 diarios de Beirut, al lado de las largas listas de las v¨ªctimas de la guerra del d¨ªa anterior, siguen public¨¢ndose anuncios de lugares id¨ªlicos para pasar sus vacaciones como, por ejemplo, el del hotel Don Carlos, de Marbella, y las noticias del Mundial acompa?adas de concursos sobre los finalistas ocupan casi tanto espacio como las del conflicto.
Faltos de electricidad, los habitantes de Beirut suelen reunirse en casa de un vecino que dispone de un televisor con pilas para poder seguir los partidos retransmitidos en directo por los tres canales de la televisi¨®n libanesa.
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