El primer ministro, israel¨ª reivindica en la ONU el derecho de su pa¨ªs a la autodefensa

Mientras el primer ministro de Israel, Men¨¢jem Beguin, hablaba sobre el desarme en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Ej¨¦rcito israel¨ª continuaba machacando a libaneses y palestinos en la periferia de Beirut, sin que un desayuno entre Beguin y el secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, concluyera con ning¨²n signo de esperanza para un acuerdo de alto el fuego en el arrasado L¨ªbano.

Por otra parte, la Casa Blanca manten¨ªa en la inc¨®gnita la eventualidad de una entrevista el pr¨®ximo lunes en Washington entre Men¨¢jem Beguin y el presidente estadounidense, Ronald Reagan. Al mismo tiempo, en el Congreso crec¨ªa la presi¨®n pol¨ªtica sobre la Administraci¨®n Reagan para paralizar la ayuda militar a Israel, mientras se aprobaba un plan de ayuda de urgencia de veinte millones de d¨®lares para la reconstrucci¨®n de L¨ªbano.Fuentes del Pent¨¢gono expresaban al mismo tiempo sus temores por el incremento de la presencia naval sovi¨¦tica en el Mediterr¨¢neo y eran contrarias a la participaci¨®n de tropas norteamericanas en una futura fuerza de pacificaci¨®n internacional en L¨ªbano.

"No tenemos la pretensi¨®n de ocupar ni un cent¨ªmetro del territorio de L¨ªbano", dijo Beguin en Nueva York. Pero reconoci¨® que la acci¨®n militar israel¨ª presentaba una "oportunidad" para corregir la "inestabilidad" en las fronteras de Israel. Al t¨¦rmino de una entrevista de casi dos horas con Haig, el primer ministro de Israel evit¨® hacer declaraciones a la Prensa sobre el resultado del encuentro, celebrado durante el desayuno en el c¨¦lebre hotel neoyorquino Waldorf Astoria.

A continuaci¨®n, Men¨¢jem Beguin se traslad¨® a la sede de la ONU para presentar -iron¨ªa de la historia- el concepto de "pol¨ªtica de desarme" del Gobierno israel¨ª. Beguin defendi¨® el derecho a la "autodefensa", refiri¨¦ndose a L¨ªbano, frente a una Asamblea de la ONU donde predominaba el sentimiento de condena a Israel. Tan s¨®lo unas cincuenta delegaciones, de las casi 150 representadas en las Naciones Unidas, ocuparon sus sillones, la mayor¨ªa a muy bajo nivel de representaci¨®n, durante el discurso de Beguin. Con excepci¨®n de Egipto, todos los pa¨ªsea ¨¢rabes boicotearon el discurso de Beguin ante la Asamblea General de la ONU. Tambi¨¦n lo hicieron la URSS y los pa¨ªses del Este. La delegaci¨®n espa?ola estuvo s¨®lo presente a nivel de un subalterno de la Embajada ante la ONU, que dirige el embajador Jaime de Pini¨¦s.

Marginando la tr¨¢gica situaci¨®n en L¨ªbano -donde, seg¨²n fuentes norteamericanas, habr¨ªan muerto unas 10.000 personas y otras 16.000 se encontrar¨ªan heridas, a lo largo de catorce d¨ªas de guerra decretada por Israel-, Men¨¢jem Beguin centr¨® su discurso en tres puntos: la solicitud de un tratado internacional contra "las guerras de agresi¨®n", un pacto de "no agresi¨®n nuclear" y la creaci¨®n de amplias zonas desnuclearizadas en el mundo.

Pero el ins¨®lito discurso de Beguin, hablando de "paz" en la tribuna de la ONU mientras los tanques y aviones contin¨²an atacando Beirut, qued¨® eclipsado por la reuni¨®n del Consejo de Seguridad de la ONU en torno a la cr¨ªtica situaci¨®n en Oriente Pr¨®ximo.

La Administraci¨®n Reagan, prisionera, una vez m¨¢s, de la pol¨ªtica de Tel Aviv, exclu¨ªa la propuesta lanzada por la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) de aceptar un alto el fuego e iniciar inmediatas negociaciones directas sobre el futuro de L¨ªbano, y manten¨ªa sus inc¨®gnitas sobre la celebraci¨®n o no de la entrevista Reagan-Beguin. Exploraba as¨ª en el Congreso las consecuencias que tendr¨¢ para las relaciones entre EE UU e Israel el hecho de que el Ej¨¦rcito hebreo utilice armamento estadounidense para invadir L¨ªbano, cuando el acuerdo de cooperaci¨®n militar s¨®lo permite que sea utilizado para "fines defensivos" del Estado jud¨ªo.