El pintor Tharrats estudia las aportaciones de Picasso y los artistas catalanes al 'ballet'

El pintor Joan Josep Tharrats present¨® en el palacio G¨¹ell, de Barcelona, su libro Picasso y els artistes catalans en el ballet, publicado por Ediciones del Cotal. El acto tuvo el inter¨¦s de sustituir los habituales c¨®cteles por una danza a cargo de Cesc y Toni Gelabert, que atrajo a numeroso p¨²blico. El vestuario empleado, una especie de alas colocadas sobre los cuerpos desnudos, era creaci¨®n del pintor Frederic Amat.

La presentaci¨®n del ensayo estuvo a cargo del cr¨ªtico y profesor de arte Enric Jard¨ª, quien record¨® la extensa labor literaria -"tal vez, menos conocida"- del pintor. Tharrats fue fundador y editor de la revista Dau al Set (1948-1956), donde se publicaron textos del grupo.El libro de Tharrats relata las colaboraciones de artistas catalanes con la danza desde sus inicios con el pintor Josep Mar¨ªa Sert, primero en conectar con los ballets rusos, hasta nuestros d¨ªas. Por ¨¦l desfilan, entre otros, Picasso, Juan Gris, Pere Pruna, Mir¨®, Dal¨ª y Clav¨¦.

En la obra, "que es casi u?a historia del ballet ruso", seg¨²n Jard¨ª, "est¨¢ relatada toda la colaboraci¨®n de Picasso con esta formaci¨®n, incluyendo tambi¨¦n proyectos que nunca lograron representarse".

El artista malague?o lleg¨® al ballet de la mano de Jean Cocteau, a los 35 a?os, cuando contaba ya con una larga experiencia pict¨®rica que le hab¨ªa llevado a la creaci¨®n del cubismo. "Con su presencia", coment¨® Tharrats, "se inici¨® una verdadera revoluci¨®n en los decorados del ballet. El rompi¨® con el estilo, m¨¢s asi¨¢tico e idealista, que se hac¨ªa entonces. Si bien los cubistas se apropiaron del escenario como ne¨®fitos, el clamor que despertaron fue tan inesperado que pronto se convirti¨® en dominio p¨²blico".

Jean Cocteau conoci¨® a Picasso en el a?o 1915, cuando proyectaba un segundo ballet para Diaghiliev, promotor de los ballets rusos, y le pidi¨® su colaboraci¨®n. En aquellos d¨ªas, el pintor espa?ol pasaba momentos dif¨ªciles v recib¨ªa indignado la indiferencia de muchos sectores ante el cubismo. "El ballet fue a menudo", dijo Tharrats, "un medio por el cual entraban estos artistas en el gran p¨²blico cuando no se reconoc¨ªa todav¨ªa el valor innovador de sus obras".

La puesta en escena de la obra escrita por Cocteau, Parade, fue una aventura. En ella se dieron la mano artistas que estaban realizando en esos momentos una ruptura con las corrientes tradicionales. La m¨²sica del ballet la realiz¨® Erik Sati¨¦; la coreograf¨ªa corri¨® a cargo de Le¨®nidas Massine, al que Picasso hab¨ªa pintado vestido de arlequ¨ªn, y el texto de los programas fue escrito por Guillaume Apollinaire. Estrenada en Par¨ªs en 1917, tuvo mala acogida; ello no impidi¨® que por expresa voluntad de Alfonso XIII fuese representada pocos meses despu¨¦s en Madrid.

. "Los pintores", dijo Tharrats, "han descubierto en el ballet el m¨¢s libre de los espect¨¢culos. En ¨¦l se dan tres dimensiones y el movimiento, que act¨²a como otra m¨¢s, mientras que en la pintura la imposici¨®n severa de las dos dimensiones, a pesar de los esfuerzos tit¨¢nicos por renovarse, obliga siempre a utilizar los mismos materiales. La irrupci¨®n de los pintores en el ballet provoc¨® un cambio muy significativo en su desarrollo".