La Filmoteca ofrece una panor¨¢mica parcial de varias ¨¦pocas del cine espa?ol de vanguardia
La Filmoteca Espa?ola, en sus locales de Madrid, inici¨® el pasado martes, con una duraci¨®n de tres semanas, una muestra de cine de vanguardia espa?ol que constituye la primera retrospectiva antol¨®gica dedicada a este poco conocido apartado de nuestro arte contempor¨¢neo, el 'otro cine espa?ol'. La retrospectiva se presentar¨¢ posteriormente: en Barcelona. El programa presenta, con algunas variantes, la selecci¨®n mostrada hace dos meses en el Museo Nacional de Arte Moderno de Par¨ªs por iniciativa del Centro Georges Pompidou y con el apoyo de la Universidad Complutense de Madrid, el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Asuntos Exteriores. Ofrecemos un balance de este ciclo y, por extensi¨®n, lo que ha sido el cine experimental o de vanguardia realizado en Espa?a.
Los programas de la retrospectiva de cine de vanguardia espa?ol, presentada primero en Par¨ªs y ahora en Madrid, ofrec¨ªan un panorama bastante completo y representativo. Algunas ausencias se deben a criterios de selecci¨®n: los filmes de Bufluel con Dal¨ª -Un perro andaluz y La edad de oro-, que se consideraron suficientemente conocidos y que constituyen las ¨²nicas aportaciones importantes surgidas dentro de las vanguardias de los a?os veinte. Tambi¨¦n Gim¨¦nez-Caballero, G¨®mez de la Serna, Nemesio Sobrevila y Sabino M¨ªc¨®n realizaron algunos filmes apreciables, y se sabe que Garc¨ªa Lorca, Bergam¨ªn, Rosa Chacel, Francisco Ayala, G¨®mez de la Serna y Dal¨ª prepararon guiones o proyectos que no llegaron a realizar.La recuperaci¨®n de la obra de Jos¨¦ Val del Omar, in¨¦dita durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas, fue uno de los puntos de inter¨¦s de la muestra. Val del Omar se inici¨® como documentalista hace m¨¢s de cincuenta a?os y sigue a¨²n en activo, experimentando con instalaciones intermedia y con t¨¦cnicas de su invenci¨®n.
Descontando el caso de Val del Omar, las obras seleccionadas son, en general, experiencias aisladas sin demasiada continuidad, aunque cori resultados a veces excelentes, que cabr¨ªa agrupar en dos bloques cronol¨®gicos. El primero se iniciar¨ªa a mediados de los sesenta y el segundo -caracterizado por un mayor uso de los m¨¢s econ¨®micos peque?os formatosir¨ªa desde mediados de los setenta hasta nuestros d¨ªas.
La colaboraci¨®n de Joan Brossa con Pere Portabella dio sus mejores resultados en Cua de cuc (Vampir) (1970), donde la inicial desmitificaci¨®n de unos mecanismos de ficci¨®n -en este caso, del cine de vampiros- da lugar a un nuevo tipo de fascinaci¨®n, gracias en buena parte a su contrastado blanco y negro y a la excelente banda sonora de Carlos Santos. Brossa hab¨ªa ya realizado dos guiones durante sus a?os en Dau al set (1948-1954), que no pudo llevar a cabo. Umbracle (1971-1972), pese a contener algunos momentos espl¨¦ndidos, dio lugar a desavenencias que pusieron t¨¦rmino a esta singular colaboraci¨®n. Por su parte, Carles Santos es tambi¨¦n autor de una serie de pel¨ªculas sobre las relaciopes m¨²sica / imagen / silencio desde plantamientos minimalistas. Insular (1971) es otro ejemplo de acercamiento al cine a partir de la m¨²sica. La realizaci¨®n de Ram¨®n Massats es una traducci¨®n abierta de varias composiciones de Luis de Pablo.
Tambi¨¦n la acertada utilizaci¨®n de m¨²sicos como Eduardo Polonio o Crist¨®bal Halffier es uno de los puntos de inter¨¦s de la obra de Javier Aguirre, lastrada, sin embargo, por un exceso de teor¨ªa discursiva y por unas pretensiones de originalidad s¨®lo defendibles desde una falta de informaci¨®n sobre la historia del cine experimental internacional. El discurso textual perjudica tambi¨¦n a los filmes de Luis Rivera, representantivos de las tendencias materialistas que se practican en Valencia. No as¨ª en Esquizo, ensayo realizado en 1970 por el Taller de Arquitectura. de Ricardo Bofill, con la participaci¨®n de N¨²?ez Yanowsky, Serena Vergano, Ruiz de la Prada y Jos¨¦ Agust¨ªn Goytisolo.
Los filmes de Adolfo Arrieta, Antoni Padr¨®s, Pedro Almod¨®var y Jos¨¦ Luis Guerin representan la tendencia m¨¢s narrativa. De Arrieta se incluyeron sus primeros cortometrajes, anteriores a su m¨¢s conocida etapa francesa. Padr¨¦s ocup¨® una sesi¨®n con su musical terrorista Shirley Temple Story (1976). En su duraci¨®n, voluntariamente monstruosa -cuatro horas-, se entrecruzan con aparente desenfado diversas historias mitol¨®gicas, alusivas principalmente a situaciones padecidas en la Espa?a de la transici¨®n. Pedro Almod¨®var, antes de acceder al cine comercial, hab¨ªa realizado una divertida serie de parodias de g.¨¦neros, cuyo sonido improvisaba personalmente en cada proyecci¨®n, cosa que actualmente no siempre le es posible. Guerin realiz¨® en 1976 La agon¨ªa de Agust¨ªn, tragedia bufa y notablemente s¨¢dica, que se expresa a trav¨¦s de las tensiones entre superficie y relieve.
Entre las realizaciones m¨¢s recientes encontramos una tendencia visionaria, subjetiva y a menudo l¨ªrica, de la que Iv¨¢n Zulueta es el m¨¢s brillante exponente. Zulueta distorsiona espacio y tiempo y acent¨²a las cualidades y texturas de la pel¨ªcula mediante la refilinaci¨®n de un material inicial, sea propio o ajeno. Gran parte de su obra, realizada en un formato que no dispone de negativos .
Por ¨²ltimo, las obras de Lugenio Bonet, Eugenia Balcells y Manuel Huerga, entre otros, con estilos bien diferenciados, tienden a superar los planteamientos m¨¢s formalistas del cine estructural. As¨ª, Eugenia Balcells es autora de un ensayo formal basado en la estructura musical de la fuga, pero tambi¨¦n se ha referido en otras pel¨ªculas a determinados arquetipos culturales de nuestra ¨¦poca. En 133 (1978-1979), Bonet y Balcells, jugando con las relaciones imagen / sonido, consiguen adem¨¢s un divertido compendio enciclop¨¦dico sobre la representaci¨®n del mundo moderno en los mass-media. En Photomatons, un filme sobre la ciudad, Bonet logra expresar directamente -sin palabras- nociones como el caos, la masificaci¨®n o la p¨¦rdida de identidad.
Finalmente, en Brutal ardour (1979), Manuel Huerga parte de una historia arquet¨ªpica de pasi¨®n y muerte y, mediante refilmaci¨®n, difumina la narraci¨®n y se distancia de la an¨¦cdota para potenciar la textura, los ritmos, la luz y el color (dorado), que expresan por s¨ª mismos, los temas de la contemplaci¨®n y la pasi¨®n.
Los organizadores de esta muestran han recibido propuestas para que se celebren otras similares en diversas ciudades -Berl¨ªn, M¨¦xico, Anisterdam-, pero de momento tales posibilidades quedan en entredicho, ya que la ampliaci¨®n de presupuestos prevista por la Universidad Complutense no ha podido llevarse a cabo.
Babelia
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