Tradici¨®n y modernidad de la brIigada de caballer¨ªa Jarama
El ejercicio realizado el s¨¢bado 26 por la brigada de caballer¨ªa Jarama en el pol¨ªgono de San Gregorio (Zaragoza), con asistencia del Rey Juan Carlos formaba parte de la operaci¨®n Clavijo, iniciada el d¨ªa 16 con el embarque y transporte por ferrocarril de los efectivos y la instalaci¨®n de los campamentos sobre el terreno. Desde el observatorio situado frente a Puig Amarillo, el Rey y los mandos militares pudieron seguir el desarrollo de una incidencia, pero su comprensi¨®n requiere algunos datos y consideraciones adicionales.La brigada de caballer¨ªa Jarama se considera continuadora de una larga tradici¨®n hist¨®rica, de la que puede dar idea la fecha originaria de sus unidades; de base: el 15 de junio de 1703 tina real orden de Felipe V cre¨® el que ser¨ªa regimiento de caballer¨ªa ligero acorazado Santiago n¨²mero 1; en tiempos de Carlos V se constituy¨® la llamada peque?a divisi¨®n de Pav¨ªa, antecedente remoto del regimiento del mismo nombre creado por el gobernador de los estados de Mil¨¢n en 1684; el 12 de enero de 1676 el maestre de campo Nicol¨¢s Hartman levant¨® en los estados de Flandes el tercio de dragones, que tom¨® el nombre de Almansa, en 1765, en memoria de la batalla dada en la guerra de Sucesi¨®n el 25 de abril de 1707; el 7 de marzo de 1649 se cre¨® en el ducado de Flandes, el tercio de caballer¨ªa, organizado por el maestre de campo pr¨ªncipe de Hersemburgo, que tom¨® el nombre de regimiento de caballer¨ªa Farnesio en 1718.
Esta r¨¢pida s¨ªntesis no puede dejar de rese?ar sus blasones y leyendas: cruz de Gules de la orden militar de Santiago con el mote Pes meus stetit in directo; columna j¨®nica combatida por los cuatro vientos cardinales con la inscripci¨®n Inmovils: decum hostes debelamus; cruz de Borbo?a en Gules con el lema: Et Disipentur Inimice Eius Et Fugiant A Facie Eius. Queda pues, claro, del cotejo de fechas, organizadores y leyendas latinas que, frente a lo que err¨®neamente se nos quiso hacer creer en el r¨¦gimen anterior, los ej¨¦rcitos espa?oles no nacieron de la guerra civil de 1936-39. Sus antecedentes participaron en la empresa hist¨®rica que sostuvieron nuestros antiguos abuelos, m¨¢s all¨¢ de las fronteras, sin sombra de ingerencia en las disputas pol¨ªticas de ¨ªndole interior.
En torno a esas tradiciones, cuya memoria es necesario recuperar, ser¨¢ posible emprender la urgente tarea de construir un nuevo orgullo, factor de articulaci¨®n moral, indispensable en los ej¨¦rcitos. Pero un orgullo nuevo que a nadie mantenga humillado en la postraci¨®n de la derrota. S¨®lo as¨ª podr¨¢ lograrse la meta se?alada recientemente por un general en la Prensa: que el Ej¨¦rcito, llegue a serlo de todos los espa?oles.
Y de vuelta a la operaci¨®n Clavijo, realizada por la brigada de caballer¨ªa Jarama, un repaso a los datos facilitados por el Estado Mayor del Ej¨¦rcito permite algunas consideraciones a tener en cuenta. Respecto al personal -5.520 hombres: un general, 45 jefes, 264 oficiales, 388 suboficiales, 95 especialistas y 4.727 de tropa- resulta un super¨¢vit en el n¨²mero de jefes y un d¨¦ficit en el n¨²mero de suboficiales y de especialistas,-en una unidad que cuenta entre su material con 340 veh¨ªculos de cadenas, moderna maquinaria y avanzados equipos de transmisiones, si bien la escasez de suboficiales se compensa con los cabos primeros que figuran como tropa.
El plan general de ejercicios y maniobras de la brigada Jarama descubre un d¨¦ficit de entrenamiento seguramente inducido por los altos costes econ¨®micos que representa, de los que pueden dar idea algunas cifras: el combustible necesario para que los veh¨ªculos de la brigada recorran cien kil¨®metros representa 2.200.000 pesetas y un d¨ªa de vida cuesta 780.000 pesetas. De ah¨ª que los veh¨ªculos de la brigada no recorran por t¨¦rmino medio m¨¢s de trescientos kil¨®metros al a?o.
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