La creciente presencia palestina
Si se except¨²a la primera oleada de refugiados palestinos, que lleg¨® a L¨ªbano hace 44 a?os y que pudo ser absorbida sin excesivas dificultades, todos los dem¨¢s ¨¦xodos ocasionaron a este pa¨ªs graves problemas internos. Actualmente residen en L¨ªbano cerca de 600.000 palestinos, de los cuales la mitad poseen la nacionalidad libanesa y suelen residir en zonas urbanas, mientras los ap¨¢tridas viven general mente en campamentos de refugiados en torno a Tiro, Sid¨®n, Beirut y Tr¨ªpoli.
Antes de la invasi¨®n israel¨ª, el n¨²mero de milicianos palestinos armados oscilaba alrededor de los 15.000, de los que, seg¨²n ex pertos militares occidentales, cerca de la mitad siguen a¨²n en condiciones de combatir. Unos 6.000 fedayin en la defensa de Beirut.
El conflicto egipcio-israel¨ª del Sina¨ª en 1956 oblig¨® a exilarse a L¨ªbano a miles de palestinos y fue una de las causas de la primera guerra civil libanesa, que concluy¨® con una intervenci¨®n militar norteamericana.
La guerra de los seis d¨ªas de junio de 1967, que enfrent¨® a Israel con Egipto, Siria y Jordania, se prolong¨® en L¨ªbano con una serie de choques armados entre el Ej¨¦rcito regular liban¨¦s y las fuerzas militares palestinas, entonces a¨²n embrionarias.
El presidente egipcio Gamal. Abdel Nasser consigui¨® poner t¨¦rmino a estos incidentes, haciendo firmar unos acuerdos en 1969, en El Cairo, a la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) y a una delegaci¨®n de las fuerzas armadas libanesas.
Palestinos y libaneses acordaron en la capital egipcia limitar la presencia de los elementos armados palestinos exclusivamente al sur de l¨ªbano, garantizar a los fedayin facilidades de comunicaci¨®n con el resto del pa¨ªs, permitir a las organizaciones palestinas abrir oficinas con car¨¢cter administrativo en las ciudades libanesas y delegar el mantenimiento del orden en los campamentos de refugiados en una polic¨ªa palestina s¨®lo autorizada a llevar armas individuales.
Los acuerdos estipulaban que la soberan¨ªa de las autoridades libanesas, civiles y militares, se seguir¨ªa ejerciendo sobre todo L¨ªbano, "cualesquiera que fueran las circunstancias".
La llegada masiva, en 1970, de refugiados palestinos procedentes de Jordania, tras su derrota por las tropas del rey Hussein, da definitivamente al traste con los acuerdos de El Cairo, al consagrar la creaci¨®n de un poder¨ªo militar palestino que escapa completamente a las autoridades legales libanesas.
Dos protocolos, el de Melkart, en 1973, y el de Chtaura, en 1977, intentaron en vano reactivar los acuerdos de 1969 preconizando la suspensi¨®n de la actividad militar palestina a partir de L¨ªbano, as¨ª como la disminuci¨®n del n¨²mero de combatientes y del arsenal armament¨ªstico de la OLP.
El creciente asentamiento palestino en L¨ªbano, en todas sus vertientes -demogr¨¢fica, pol¨ªtica y militar-, acaba rompiendo el delicado equilibrio confesional musulmano-cristiano del pa¨ªs, heredado del colonizador franc¨¦s, en detrimento de esta ¨²ltima comunidad, que se siente amenazada y a la que incumbe en gran parte la responsabilidad de la guerra civil (1975-1976), en la que murieron 50.000 personas y que estuvo a punto de perder de no ser por la intervenci¨®n de Siria a su favor.
Al final de la contienda, en funci¨®n de la distribuci¨®n de las fuerzas combatientes sobre el terreno, la OLI` ha reforzado su control del sur de L¨ªbano; aunque la invasi¨®n militar israel¨ª de 1978, hasta el r¨ªo Litani, le har¨¢ perder una franja de diez kil¨®metros, pegada a la frontera con Israel, que el Ej¨¦rcito hebreo entregar¨¢ al coronel cristiano liban¨¦s Saad Haddad.
La direcci¨®n palestina reconoce p¨²blicamente por aquel entonces que no aplica los acuerdos de El Cairo, pero lo justifica por la existencia en Beirut de un gobierno parcial que no representa a todos los libaneses.
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