El ¨²ltimo n¨²mero de 'Triunfo'
LA REVISTA Triunfo sale por ¨²ltima vez a los quioscos con un n¨²mero extraordinario que anuncia en portada, por iron¨ªa o casualidad, un art¨ªculo sobre El fin de la escritura. Un art¨ªculo firmado por Jos¨¦ Angel Ezcurra explica los motivos de esa decisi¨®n. El aumento de los costes, la disminuci¨®n de la difusi¨®n y la ca¨ªda de los ingresos publicitarios hac¨ªan imposible la supervivencia de la publicaci¨®n. Mientras el mensual Cuadernos para el Di¨¢logo intent¨® bordear la crisis -sin conseguirlo- mediante su transformaci¨®n en semanario, Triunfo ensay¨® el camino inverso sin que tampoco la fortuna le acompa?ara en su segunda salida. De esta forma, dos publicaciones peri¨®dicas que tan decisivamente contribuyeron, en el parlamento de papel de la ¨²ltima etapa del franquismo, a difundir los valores democr¨¢ticos, los principios de la libertad y el compromiso con los derechos humanos, no han podido mantenerse en esa Espa?a constitucional por cuyo advenimiento combatieron durante los tiempos dif¨ªciles.En cualquier caso, Jos¨¦ Angel Ezcurra puede tener la certeza de que en las hemerotecas y en la memoria de miles de espa?oles quedar¨¢ para siempre "el recuerdo positivo" del "largo camino, honesta y libremente recorrido" por "un semanario de opini¨®n, de inequ¨ªvoca significaci¨®n democr¨¢tica" que defendi¨®, desde posiciones independientes, la modernizaci¨®n de nuestro pa¨ªs. Triunfo ense?¨® a la izquierda espa?ola a sustituir las imprecaciones por los an¨¢lisis, los insultos por los argumentos y el radicalismo verbal por el rigor de los diagn¨®sticos. Tambi¨¦n contribuy¨® a que la cultura, el arte y el pensamiento no rompieran sus puentes con la militancia.
El editorial del ¨²ltimo n¨²mero de Triunfo indica que la revista qued¨® desbordada "por una realidad que, aunque no nos parezca razonable, posee la raz¨®n hist¨®rica" y que ser¨ªa in¨²til e injusto atribuir las culpas de su desaparici¨®n a ese medio "desapacible y vers¨¢til". De esta farma, "aplicando un criterio darwinista a la cuestion", la "implacable selecci¨®n natural" habr¨ªa eliminado a esta publicaci¨®n peri¨®dica de la evoluci¨®n de las especies comunicacionales. Resulta dif¨ªcil admitir esta generosa autoinculpaci¨®n. En determinadas circunstancias, los mecanismos de la llamada selecci¨®n natural, aplicados ala vida social, han producido incluso la supervivencia de los menos aptos para elevar los niveles morales y materiales de la humanidad.Jos¨¦ Angel Ezcurra se?ala como una de las causas posibles de la desaparici¨®n de Triunfo la incapacidad o la falta de voluntad de su equipo de direcci¨®n para adaptarse a un medio "en el que, por ahora, se elude o se pospone el ejercicio de la reflexi¨®n y del libre examen". Sin embargo, la situaci¨®n general, acertadamente descrita en esa frase, no debe hacer recaer sobre la revista la responsabilidad de su clausura sino que exige del Estado y de la opini¨®n p¨²blica una reflexi¨®n acerca del porvenir de los medios de comunicaci¨®n de planteamientos minoritarios. Porque es una paradoja que algunas de las publicaciones que anticiparon en sus columnas durante los a?os del franquismo, con riesgo para las empresas y amenazas de multas y de c¨¢rcel a sus redactores, los principios y valores que hoy figuran en la Constituci¨®n, descubran que la sociedad por la que lucharon les niega la posibilidad de seguir subsistiendo.
Algo funciona mal, o no funciona en absoluto, en la pol¨ªtica de ayudas a la Prensa si revistas como Triunfo, y antes Cuadernos para el Di¨¢logo, son inviables en la Monarqu¨ªa parlamentaria. Es urgente que las Cortes establezcan un marco legal de ayudas financieras a la Prensa mucho m¨¢s estricto, objetivo y preciso en su articulado, que elimine las tentaciones de favoritismo o arbitrariedad del Poder Ejecutivo a la hora de aplicar los cr¨¦ditos votados por el Parlamento con este prop¨®sito. Dentro de esa normativa hoy ausente debe tener cabida una pol¨ªtica de ayuda, espec¨ªficamente orientada a publicaciones minoritarias que hayan demostrado su independencia 3, para las que los beneficios empresariales sean simple mente una condici¨®n para la supervivencia. El mercado es un indicador de necesidades tambi¨¦n en el mundo de! la comunicaci¨®n pero no hay raz¨®n alguna para que sea. el ¨²nico criterio a tener en cuenta. Sucede que mientras una Caja de Ahorros puede ser forzada por un ministro para que suscriba cientos de millones en una fracasada emisi¨®n de obligaciones destinada a apoyar a un ¨®rgano de la derecha autoritaria, las voces de las minor¨ªas pueden quedar ahogadas por las cifras rojas de la cuenta de resultados. De proseguir esta tendencia, que la derecha reaccionar¨ªa se empe?a en empujar hasta en los l¨ªmites m¨¢s inimaginables, la Prensa espa?ola llegar¨¢ a convertirse en un p¨¢ramo donde s¨®lo resuenen las opiniones de los poderosos y las consignas de los beneficiados por el nepotismo gubernamental.
Triunfo se emparent¨® siempre, pol¨ªtica e ideol¨®gicamente, con esa izquierda democr¨¢tica que hoy ocupa un lugar importante en la vida institucional de nuestro pa¨ªs. Resulta lamentable que los partidos y sindicatos de la izquierda parlamentaria no hayan dado un solo paso para impedir la eutanasia de esa revista, que dio hospitalidad en la ¨¦poca de la censura y la represi¨®n a sus pensamientos y an¨¢lisis. El hecho es tanto m¨¢s sorprendente si se recuerdan los fracasos de la izquierda para conseguir una Prensa propia con difusi¨®n aceptable. Triunfo ha pagado cara su independencia. El lema ilustrado de atr¨¦vete a pensar sigue siendo una pr¨¢ctica nefanda que los administradores de consignas dif¨ªcilmente perdonan.
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