La contrataci¨®n temporal
( ... ) La enorme divergencia de opiniones que ha suscitado la nueva normativa en contrataci¨®n temporal tiene su origen en que resulta muy duro aceptar que dei puesto de trabajo para toda la vida, en la misma empresa del mismo sector, estamos abocados a pasar, en pocos a?os, al nuevo sistema de reciclaje permanente de distintos trabajos en empresas diferentes de sectores muy diversos, y del contrato laboral, en su sentido tradicional, habremos de pasar a nuevos contratos a tiempo parcial y plazo definido. Como esto no hemos querido entenderlo o no hemos podido asimilarlo, rara es la empresa, hoy, en Espa?a, en la que el tama?o de las plantillas actuales no sea excesivo para las exigencias actuales de rentabilidad y supervivencia. De hecho no hay empresario que no asegure que la viabilidad futura de su empresa pasa inevitablemente por reducir el n¨²mero de sus trabajadores, ni hay plan de salvaci¨®n sectorial o empresarial que no arranque de una inevitable reducci¨®n de plantillas como condici¨®n necesaria, aunque a veces no suficiente, para una paralela reestructuraci¨®n financiera, tecnol¨®gica, organizativa y comercial.Parece claro que s¨®lo cuando se conozcan cu¨¢les son las condiciones y los costes econ¨®micos y sociales de contratar a un trabajador, no para toda la vida sino por un tiempo determinado, para una obra concreta y para un horario reducido, ser¨¢ posible crear los puestos de trabajo que ahora no se crean por miedo a no saber qu¨¦ hacer si la demanda no se mantiene estabilizada en el futuro. Cuando aceptemos todos que hay otras maneras de trabajar, habr¨¢ trabajo para m¨¢s gente. De lo contrario, nadie crear¨¢ puestos de trabajo perpetuos hasta que no vuelvan -si vuelven- los tiempos del crecimiento econ¨®mico perpetuo. Entre tanto, nadie parece darle a la contrataci¨®n temporal la import¨¢ncia que merece, y los sindicalistas espa?oles creen que lo que debe pretender la reestructuraci¨®n industrial es "asegurar los puestos de trabajo". Ese es el objetivo b¨¢sico -y, por supuesto, leg¨ªtimo- de las centrales sindicales, pero en modo alguno hay que confundir los intereses electorales, pol¨ªticos y t¨¦cnicos de los dirigentes sindicales con los aut¨¦nticos objetivos de la reestructuraci¨®n de los sectores en crisis y con la creaci¨®n de nuevos empleos. ( ... )
29 de junio
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