La soledad de Arafat
HACE UNOS meses, Yasir Arafat era un personaje ascendente. Hab¨ªa comenzado a ser recibido por jefes de Estado europeos, se le hab¨ªa dado la tribuna de la Asamblea General de las Naciones Unidas, se reconoc¨ªa el derecho de los palestinos a ocupar un territorio y la OLP podr¨ªa ser interlocutora en unas negociaciones de paz. Ha sido este mismo ascenso, logrado durante trece a?os, en los cuales hab¨ªa conseguido transmutar la imagen del terrorismo en la de una entidad aceptable, quien le ha derrumbado: Israel, al no haber conseguido el aislamiento diplom¨¢tico de su enemigo, ha emprendido ese asalto militar que hoy mantiene a Arafat con los supervivientes de su ej¨¦rcito y de su poblaci¨®n civil -terriblemente diezmados por un ataque exterminador- en unos palmos de terreno sobre los que pesa la amenaza inminente de la destrucci¨®n, enfrentando la posibilidad de una huida -nadie sabe hacia d¨®nde- o a la desaparici¨®n f¨ªsica, con el leve e in¨²til consuelo del hero¨ªsmo.Arafat es hoy la imagen terrible de la soledad. Los pa¨ªses ¨¢rabes moderados guardan sus posibilidades de continuar negociando con Estados Unidos: no amenazan esta vez con el arma del petr¨®leo. Los del Frente del Rechazo gritan, pero no act¨²an. Siria trata de aislarse, de evitar que las columnas y los aviones implacables de Israel sigan el camino de Damasco (en el sentido m¨¢s literal de la vieja expresi¨®n). Irak evita verse envuelto en una nueva guerra despu¨¦s de su derrota: Sadam. Hussein no hace ahora m¨¢s esfuerzos que los precisos para mantenerse en el poder que se le resbala bajo sus babuchas. Irak anuncia el env¨ªo de mil milicianos revolucionarios, que no podr¨ªan hacer m¨¢s que ir a la muerte. La URSS tiene sus ojos puestos en la conferencia de Ginebra y no quiere perder ninguna posibilidad. Y la otras veces sensible Europa, sus antes concienzudos intelectuales, se callan desgarrados por las rupturas ideol¨®gicas con que ahora alientan su masoquismo, mientras Beirut se hunde y sus habitantes se desangran.
Ni siquiera el c¨¢lculo de las realidades le ayuda. La OLP era ya una fuerza negociadora y una posibilidad de establecer la paz; destrozada y dispersa, puede volver al terrorismo. La humillaci¨®n ¨¢rabe enciende otras revoluciones posibles, otras venganzas. El exterminio y la desesperaci¨®n de un pueblo no se consiguen tan f¨¢cilmente, y eso lo deben saber los jud¨ªos que han sido capaces de escapar a la "soluci¨®n final"; no parece que hayan aprendido todas las lecciones de su enemigo ario.
El examen estrat¨¦gico de Beguin, al que ha podido ayudar Reagan en sus conversaciones recientes en la Casa Blanca -aunque ahora falte Haig tan partidario de esta ofensiva-, indica, por el contrario, que se ganan unos a?os de estabilidad. Limpio L¨ªbano de sirios y musulmanes, gobernado por la derecha cristiana y sus aliados, retra¨ªda Siria, puede ser el momento de desplegar una importante diplomacia: el abandono de Arafat parece un s¨ªntoma de que la fuerza en el Oriente ¨¢rabe puede, situarse en Jordania, en Arabia Saud¨ª, en Egipto. Es la baza a la que se juega. Enormemente arriesgada, pero posible.
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