13 espa?oles, entre los europeos retenidos por UNITA en Angola

Viene de la primera p¨¢ginaEn su comunicado, UNITA invita a los dem¨¢s pa¨ªses y a las organizaciones internacionales a evacuar a su personal de la zona de guerra: las provincias de Huambo, Bie, Moxico, Cuando-Cubango, Cunene, Huila, Mocamedes, Benguela, Cuanza Sur, Malange y Lunda; o sea, m¨¢s de la mitad del territorio de la Rep¨²blica Popular de Angola.

UNITA afirma que el objetivo de su lucha es la expulsi¨®n de los cubanos, la liberaci¨®n total de Angola y la reconciliaci¨®n nacional, pero no se responsabiliza de lo que podr¨¢ acontecer en el futuro a los extranjeros, "que, obstinadamente, quieren seguir trabajando al lado del MPLA (Movimiento Popular para la Liberaci¨®n de Angola)", en el poder en Luanda. El aviso de UNITA parece dirigirse esencialmente a la Cruz Roja y a las misiones religiosas.

Ya el a?o pasado la inseguridad hab¨ªa obligado a la Cruz Roja a suspender sus programas de ayuda a los numerosos refugiados huidos de la zona sur de Angola, donde hab¨ªan penetrado las fuerzas surafricanas. Las ¨²ltimas identidades conocidas de extranjeros muertos o secuestrados por UNITA se refieren en su mayor¨ªa a religiosos, cat¨®licos o protestantes.

Para disculparse, el mes pasado, cuando perdi¨® la vida una religiosa cat¨®lica portuguesa, UNITA hab¨ªa afirmado que numerosas misiones hab¨ªan sido transformadas en "cuarteles de cubanos y del Ej¨¦rcito regular angole?o".

Misioneros espa?oles

En la provincia de Bie, de donde es oriundo Savimbi y donde UNITA tiene una fuerte implantaci¨®n tribal, trabajaban antes de la independencia de Angola numerosos misioneros cat¨®licos espa?oles. El m¨¢s c¨¦lebre es el padre trapense Roberto Benjam¨ªn Fern¨¢ndez Manzanares, natural de Burgos, capturado por UNITA en 1981.

El 20 de marzo de 1982 UNITA hizo llegar a la delegaci¨®n de Efe en Lisboa una fotograf¨ªa del padre Fern¨¢ndez con un mensaje manuscrito, fechado el 8 de febrero del mismo a?o, en el cual el religioso afirmaba ser bien tratado por sus raptores. El representante de UNITA afirm¨® entonces que su movimiento hab¨ªa apresado al misionero espa?ol para que "el mundo reconozca la existencia de nuestra guerrilla".

En diciembre de 1981 la Prensa portuguesa revel¨® la presencia en Lisboa de un religioso espa?ol, el padre Luis Mar¨ªa Esparza Manjir¨®n, que esperaba negociar con UNITA la liberaci¨®n del padre Roberto Benjam¨ªn Fern¨¢ndez, capturado el 15 de noviembre. Las autoridades de Madrid hab¨ªan transmitido la informaci¨®n, recibida de su Embajada en Luanda, a la orden de C¨ªster y a la familia del misionero. Contactada en Suiza, UNITA hab¨ªa hecho saber que no liberar¨ªa al misionero sin una petici¨®n formal del Gobierno de Madrid, lo que el Ministerio de Asuntos Exteriores consider¨® imposible, por comprometer las relaciones entre Espa?a y Angola. Manjir¨®n esperaba que UNITA aceptara liberar al padre Fern¨¢ndez al saber que sus diligencias le hab¨ªan sido encomendandas, "formalmente y por escrito", por el Gobierno espa?ol.

Las esperanzas de Manjir¨®n no se concretaron. Los periodistas portugueses que asistieron, el 6 de abril pasado, a la entrega por UNITA de diecisiete presos portugueses a una representaci¨®n del partido gubernamental democristiano tuvieron oportunidad de entrevistar al misionero espa?ol. Fern¨¢ndez Manzanares hizo declaraciones criticas al actual r¨¦gimen angole?o y elogiosas para UNITA, previendo que despu¨¦s de la toma del poder por esta ¨²ltima "la paz volver¨ªa, y con ella, la prosperidad".

Caminar durante meses

Los presos portugueses que llegaron el pasado 14 de abril a Portugal, despu¨¦s de largos a?os de cautiverio, han relatado sus dif¨ªciles condiciones de vida. Revelaron que UNITA no maltrata a sus prisioneros (civiles extranjeros), pero que tuvieron que caminar meses antes de llegar al punto donde fueron liberados (en la frontera entre Angola y Namibia) y que pasaron hambre "porque no hab¨ªa alimentos, y los guerrilleros no com¨ªan m¨¢s que nosotros".

La liberaci¨®n de los diecisiete presos portugueses de UNITA es ilustrativa de le que pretende *el movimiento de Savimb¨ª. Despu¨¦s de haber hecho saber que no liberar¨ªa a los veintis¨¦is o veintiocho ciudadanos lusos sin que mediara un reconocimiento formal de UNITA por parte del Gobierno de Lisboa, Savimb¨ª acab¨® por transigir: siete hombres, seis mujeres y cuatro ni?os fueron entregados, a trav¨¦s de Africa del Sur, a una delegaci¨®n oficial del partido gubernamental, CDS, "sin condiciones"; pero, simult¨¢neamente, se confirmaba que hab¨ªa m¨¢s portugueses y extranjeros presos y que UNITA seguir¨ªa capturando a aquellos que colaboraban con el r¨¦gimen de Luanda.

Una revista cat¨®lica portuguesa publicaba, hace d¨ªas, un reportaje sobre las dif¨ªciles condiciones de vida de los misioneros en Angola, calific¨¢ndolas de "heroicas". Se dec¨ªa que, en diversas regiones, los religiosos estaban obligados a utilizar columnas militares para sus desplazamientos, dada la inseguridad de las carreteras.

El clero, dividido

Pero ¨¦sta no ser¨ªa la ¨²nica raz¨®n de los accidentes acontecidos con religiosos. El clero cat¨®lico angole?o estar¨ªa dividido sobre sus relaciones con el r¨¦gimen de Luanda Un sector del episcopado, encabezado por el obispo de Malange, ex militante del MPLA, busca una cierta colaboraci¨®n, a la que se opone el sector m¨¢s tradicionalista, que no esconde sus simpat¨ªas por el movimiento de Savimbi, prooccidental y antimarxista.

Jon¨¢s Savimbi, educado en una misi¨®n protestante (adventista), es ¨¦l mismo profundamente religioso y no puede encarar sin desagrado una eventual reconciliaci¨®n del episcopado cat¨®lico con Luanda.

Las autoridades angole?as afirman que es muy dif¨ªcil para ellas. asegurar la protecci¨®n del personal de las misiones, que no depende de su administraci¨®n. Acusan a UNITA de ejercer chantaje sobre algunos Gobiernos y organizaciones internacionales, tomando como rehenes a personas extranjeras. Pero lo que m¨¢s preocupa en estos momentos al Gobierno de Luanda es la eventual coincidencia de la ofensiva diplom¨¢tica de UNITA con una ofensiva militar surafricana, aparentemente en preparaci¨®n.

Coincidencias semejantes, se han sucedido ya en diversas ocasiones. Se habla ahora de importantes concentraciones de tropas de Africa del Sur junto a la frontera entre Namibia y Angola.