Lo mejor y lo peor
John Sturgess es capaz de lo mejor y lo peor, pasando por lo intermedio. Veamos, por ejemplo, su producci¨®n en el a?o 1959. Tres pel¨ªculas, ni m¨¢s ni menos: El viejo y el mar, El ¨²ltimo tren de Gun Hill y Cuando hierve la sangre. La primera es una lamentable, casi penosa, adaptaci¨®n de la novela de Ernst Hemingway; la segunda es un admirable western, lleno de fuerza, de precisi¨®n y de eficacia; y la tercera es una pel¨ªcula entre el g¨¦nero melo y el cine b¨¦lico, entre bien y t¨®picamente hecha, entre regular y mala, entre la pretenciosidad y el alto presupuesto, entre una cosa y otra, siempre entre, nunca en s¨ª.Por supuesto, el filme se deja ver, pero eso es todo. La causa hay que buscarla, sobre todo, en los int¨¦rpretes, que son muchos y buenos, e incluso muy buenos. All¨ª est¨¢n con Sinatra y la Lollobr¨ªgida, que no son nada del otro mundo, Steve McQueen, Paul Henreid, Charles Bronson y Brian Donlevi, que si lo son. Hasta el atildado y mediocre actor brit¨¢nico, nacionalizado en el clan Kennedy, Peter Lawford, no est¨¢ tan mal como acostumbra.
Es, pues, una pel¨ªcula de actores, incluso se busca en ella ese empaque artificial¨ªsimo de los llamados g¨¦neros mayores, que no suelen ser los mejores, de Hollywood, en los que se acepta una convenci¨®n ret¨®rica y declamatoria del gesto: el alma de los dramones de prestigio, que en este caso Sturgess aplica a un filme de guerra, con ciertos aires intelectuales y cr¨ªticos, llenos de oquedad y banalidad. Se salvan algunas escenas espec¨ªficamente guerreras, escenas de ataque, logradas obviamente por la tradici¨®n de los equipos de filmaci¨®n m¨¢s que por Sturgess. El resto, tiene como mejor destino el basurero de las median¨ªas, el ni esto ni aquello, a medio camino entre la nada y el vac¨ªo.
Queda muy lejos el Sturgess excelente director de Duelo de titanes, El sexto fugitivo, Fort Bravo, Desaf¨ªo en la ciudad muerta, La gran evasi¨®n y, sobre todo, una rara, sorprendente y dur¨ªsima pel¨ªcula, Conspiraci¨®n de silencio, rodada en 1954, que es una de las par¨¢bolas pol¨ªticas m¨¢s radicales y agudas hechas contra el fascismo residual, agazapado en las comunidades campesinas, norteamericano. En ella, Spencer Tracy, ya anciano, alcanza una de esas interpretaciones, tan escasas, en que cabe hablar de genio, de aut¨¦ntico genio. Pero todo esto le cae muy lejos a la aparatosa median¨ªa de Cuando hierve la sangre.
Cuando hierve la sangre se emite hoy a las 21.00 por la segunda cadena.
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