Landelino Lavilla retira temporalmente su candidatura a la presidencia de UCD
El candidato a la presidencia de UCD, Landelino Lavilla, suspendi¨® ayer temporalmente su candidatura tras el tenso enfrentamiento que se produjo en la reuni¨®n del consejo pol¨ªtico como consecuencia de una inesperada intervenci¨®n de Rodolfo Mart¨ªn Villa. Todo parece indicar que Lavilla prefiere esperar a que los miembros del consejo, m¨¢ximo ¨®rgano entre congresos, se pronuncien sobre las dos cuestiones ideol¨®gicas que en estos momentos determinan el futuro del partido: la pol¨ªtica de alianzas con otras fuerzas pol¨ªticas y el reconocimiento o no de las tendencias. El candidato condiciona su ¨²ltima decisi¨®n y la oferta de su propio proyecto al resultado de este debate, que se reanudar¨¢ hoy a las diez de la ma?ana.
Para algunos observadores, Landelino Lavilla podr¨ªa haber aprovechado el desconcierto creado tras la intervenci¨®n de Mart¨ªn Villa y las profundas divisiones que ¨¦sta origin¨®, para intentar aunar en torno a su candidatura el mayor n¨²mero posible de votos y forzar un compromiso de adhesi¨®n incondicional a su persona como presidente centrista.Despu¨¦s de que el presidente dimisionario, Leopoldo Calvo Sotelo, y el secretario general centrista y presidente del partido en funciones, I?igo Cavero, pronunciaran sendos discursos ante los miembros del consejo pol¨ªtico, Rodolfo Mart¨ªn Villa levant¨® la mano para solicitar la palabra. Los ministro P¨ªo Cabanillas y Juan Jos¨¦ Ros¨®n sentados a su lado, se apresuraron a aconsejarle que no dijera nada, porque cualquier conflicto, por peque?o que fuera, podr¨ªa alterar el orden del d¨ªa establecido: primero, discurso ideol¨®gico y operativo de Landelino Lavilla, y despu¨¦s, debate sobre el documento aprobado por el Comit¨¦ Ejecutivo el pasado d¨ªa 3, cuyo contenido respeta, una por una, las tesis de Su¨¢rez. Tanto Ros¨®n como Cabanillas estaban convencidos de que, aprobado, el discurso de Lavilla, no hab¨ªa lugar a debatir el segundo documento.
Sin embargo, desoyendo sus recomendaciones, Mart¨ªn Villa propuso que se votara si deb¨ªa comisionarse a un grupo de personas que, en nombre del Consejo Pol¨ªtico, requerir¨ªan la presencia de Su¨¢rez en la reuni¨®n. Mart¨ªn Villa argumentaba que no se pod¨ªa debatir el futuro de UCD sin saber qu¨¦ proyectos tiene en mente el ex presidente del Gobierno. "Si Adolfo Su¨¢rez hace su propio partido", dijo el vicepresidente pol¨ªtico, "a UCD no le quedar¨¢ m¨¢s remedio que ir a la alianza con Fraga, aunque yo no estar¨¦ en esa alianza". Mart¨ªn Villa intent¨® justificar su propuesta alegando que la presencia de Su¨¢rez no era solicitada con el fin de tenderle una trampa, sino intentar lograr la clarificaci¨®n. Antes de finalizar, el vicepresidente pol¨ªtico, que protagoniz¨® el ¨²nico voto en contra a las condiciones del candidato en la reuni¨®n del ejecutivo, se comprometi¨® p¨²blicamente a apoyarle ahora.
Dos suaristas, Juan Manuel Reol y Jes¨²s Mar¨ªa Viana, se levantaron para defender al ex presidente y atacar -m¨¢s Viana que Reol- la actuaci¨®n de Calvo Sotelo durante la crisis. Viana relat¨® su versi¨®n. de lo ocurrido en una de las ¨²ltimas reuniones del ejecutivo: "Cuando nos reunimos los 36 miembros del ejecutivo, despu¨¦s de que Calvo Sotelo, Lavilla y Su¨¢rez intentaran llegar a un acuerdo, Calvo Sotelo nos dijo que no hab¨ªa sido posible tal acuerdo debido a la postura intransigente de Su¨¢rez, que deseaba plenos poderes en el partido, condici¨®n esta que ninguno de los otros interlocutores pudo aceptar". (Esta fue la versi¨®n facilitada despu¨¦s por el presidente del Gobierno a los informadores).
Pasa a la p¨¢gina 11
P¨¢ginas 12 y 19
El Consejo P¨®litico de UCD se reanudar¨¢ hoy con un debate sobre el documento aprobado por el Comit¨¦ Ejecutivo
Viene de la primera p¨¢gina"Pues bien", prosigui¨® Viana, "no es cierto que Su¨¢rez pidiera plenos poderes, sino amplios poderes. Y lo m¨¢s vergonzoso del asunto es que nadie, absolutamente nadie, le pregunt¨® a Calvo Sotelo len qu¨¦ hab¨ªan consistido las condiciones concretas de Su¨¢rez ni las propuestas que ambos le hicieron a ¨¦l. Se limit¨® a presentarle como el culpable de la falta de acuerdo". "S¨®lo la verg¨¹enza a salir al exterior nos manten¨ªa atados a las sillas.", prosigui¨®, "Despu¨¦s vimos que a Su¨¢rez le negaba la presidencia y a Lavilla no s¨®lo se la ofrec¨ªa sin pedir explicaciones, sino que le prestaba su apoyo antes de saber las condiciones del candidato y, por a?adidura, con una cl¨¢usula sucesoria antiestatutaria".
En s¨ªntesis, la intervenci¨®n de Viana tuvo dos mensajes claros: resaltar que Lavilla, el perdedor del Congreso de Palma era ahora ascendido a la presidencia del partido con plenos poderes, y advertir que a Adolfo Su¨¢rez se le deb¨ªa dejar en paz de una vez por todas. "Tenemos que respetar la libertad de Su¨¢rez para que haga lo q¨²e cree que es m¨¢s conveniente, sobre todo despu¨¦s de que sus propuestas para salir de la crisis de UCD le hayan sido rechazadas".
Juan Manuel Reol vino a decir lo mismo: "No hay que trasferir la responsabilidad fuera de este recinto", y a?adi¨® a continuaci¨®n que la propuesta de Mart¨ªn Villa no deb¨ªa votarse.
Inmediatamente despu¨¦s, Landelino Lavilla se?alar¨ªa: "Lo que acaba de ocurrir aqu¨ª revela algo muy signiticativo: que no hay acuerdo sobre las cuestiones de fondo". "Aunque partimos de una realidad incuestionable, el hecho de que UCD es un partido profundamente dividido", sigui¨® diciendo el candidato, "es necesario que clarifiquemos un proyecto de centro com¨²n para todos; no que cada cual tenga el proyecto que m¨¢s le interesa". Tras disparar contra Viana, al decirle: "Los que ganaron el Congreso de Palma han sido los que han desestabilizado UCD", Lavilla propuso que se alterara el orden del d¨ªa y que primero se debatiera el documento ideol¨®gico y, despu¨¦s, se votara su candidatura. Este peri¨®dico ha podido saber, por una fuente muy pr¨®xima al candidato, que ¨¦ste presentar¨¢ hoy su propio proyecto para el partido, "que supera, con mucho, el aprobado por la ejecutiva".
Tras la intervenci¨®n de Lavilla, I?igo Cavero manifest¨® que recog¨ªa la propuesta de Reol y que, bajo su exclusiva responsabilidad, se negaba a someter a votaci¨®n la propuesta de Lavilla. Acto seguido, dijo: "Ante la gravedad de lo que ha ocurrido aqu¨ª, lo mejor ser¨¢ tomarnos un receso de quince minutos".
Dicha pausa fue una sucesi¨®n interminable de caras largas, desconcierto y conspiraciones entre pasillos. Cabanillas y Ros¨®n comentaban: "Mart¨ªn Villa ha cometido un grave error al intervenir como lo ha hecho. Le hemos avisado pero no nos ha hecho caso. Hoy (por ayer) tiene la tarde terca".
Fernando Abril, por su parte, auguraba no sin cierto pesimismo que "la din¨¢mica objetiva camina hacia la coalici¨®n con AP", mientras que Viana revelaba a los informadores las condiciones de Su¨¢rez durante sus encuentros con Lavilla y Calvo Sotelo. "El se comprometi¨® a aceptar la presidencia del partido con el poder suficiente para cambiar caras, porque a algunas de las que hay ya no las vota nadie, y para aplicar la disciplina ante ciertos comportamientos que han caracterizado a este partido, haci¨¦ndole un da?o irreparable. Al mismo tiempo Su¨¢rez se comprometi¨® a no ser el candidato a la presidencia del Gobierno, es decir, el n¨²mero uno de la lista por Madrid, ni en esta legislatura ni en las siguientes. No se le acept¨® y Calvo Sotelo ha ofrecido una versi¨®n absolutamente falsa de lo ocurrido". "No puedo aventurar si detr¨¢s de todo esto est¨¢ la alianza con Fraga", concluy¨® Viana, "pero a la vista de lo que sucede, mucho me temo que por ah¨ª van los tiros y ello nos obligar¨¢ m¨¢s tarde o mas temprano, yo dir¨ªa m¨¢s temprano que tarde, a formar nuestro propio proyecto pol¨ªtico al margen de UCD".
Los rumores sobre un pronto abandono de UCD por parte de su creador y expresidente, Adolfo Su¨¢rez, se ve¨ªan contrapesados, entre los asistentes al Consejo por las contradicciones acerca de si Su¨¢rez, tras su salida, Regar¨¢ o no a formar un partido pol¨ªtico. Esta incertidumbre, compartida por muchos secretarios provinciales que se reclaman a s¨ª mismo suaristas, hizo que muchos de ellos asistiesen, contra lo que ten¨ªan inicialmente planeado.
Las precisiones de Su¨¢rez
La dura nota emanada ayer por la ma?ana del despacho de abogados de Adolfo Su¨¢rez, especificando que "no existe un sector suarista" y que no se ha dado ning¨²n tipo de consigna para evitar la asistencia de los miembros del Consejo Pol¨ªtico m¨¢s pr¨®ximo a su posici¨®n a la reuni¨®n de ayer contribuy¨® a incrementar la confusi¨®n. Por todo ello, la asistencia de miembros del Consejo Pol¨ªtico a la reuni¨®n de ayer fue bastante m¨¢s numerosa de lo esperado, registr¨¢ndose la concurrencia de algo m¨¢s de 220 de los 248 que integran el Consejo Pol¨ªtico. En principio esto se interpretaba como un refuerzo al triunfo de la candidatura de Lavilla, abiertamente apoyada por los sectores democristianos y liberal, as¨ª como por los llamados leopoldistas.
A la hora de escribir esta cr¨®nica, se desconoc¨ªa cual ser¨¢ el sentido del voto de los azules, m¨¢xime despu¨¦s del incidente originado por la intervenci¨®n de Mart¨ªn Villa, que desagrad¨® profundamente a hombres vinculados a este sector como Juan Jos¨¦ Ros¨®n y P¨ªo Cabanillas. Algunos azules hab¨ªan manifestado a EL PAIS que votar¨ªan afirmativamente la candidatura de Lavilla, si bien exigiendo ciertas garant¨ªas".
La lucha por la secretar¨ªa
Y entre estas "garant¨ªas" podr¨ªa encontrarse la negociaci¨®n del nombre que debe ocupar la secretar¨ªa general del partido en el provable caso de que I?igo Cavero sea sustituido al frente de la misma. Aparentemente, Landelino Lavilla, quema nombrar secretario general a un hombre de su total confianza, como es el actual secretario de Formaci¨®n, Juan Antonio Ortega y D¨ªaz Ambrona, un "hist¨®rico" de UCD, que ha sido ministro con Su¨¢rez que se encuentra dentro del sector democristiano y que est¨¢ considerado uno de los m¨¢ximos te¨®ricos de la necesidad de un centro pol¨ªtico.
Sin embargo, la figura de Juan Antonio Ortega, no parece resultar el total agrado de los azules, que quisieran imponer un hombre-puente, comio Jaime Lamo de Espinosa, una figura que trata de mantenerse alejada de los fraccionalismos en el que se divide la UCD, aunque no resultase ajeno al intento de pacto entre Calvo Sotelo y los martinvillistas.
Esta lucha por la secretar¨ªa general pueden desembocar de alguna forma inesperada, aunque no se descarta que Lavilla trate de frenar las luchas internas mediante un reparto equitativo de cargos en el secretariado. Este "delicado equilibrio" podr¨ªa hacer que Lavilla conjuntamente con Calvo Sotelo jugasen con la remodelaci¨®n del gobierno para compensar la p¨¦rdida de poder de alguna familia a la hora de recibir cargos en el aparato del partido, y viceversa.
Se especula con que el ala democristiana presiona fuertemente al actual presidente del Congreso de los Diputados para que, al tomar las riendas de UCD influya, a su vez, sobre Calvo Sotelo para que arrebate de las manos de Ros¨®n el control del Ministerio del Interior, lo que lleva aparejado el control de los gobiernos civiles. Un bolet¨ªn confidencial editado en Madrid suger¨ªa ayer la posibilidad de que, a cambio de su p¨¦rdida en interior, Ros¨®n recibiese la dif¨ªcil cartera de Defensa. Pero hasta el momento, no ha habido conf¨ªrmaciones oficiales a estas primeras quinielas de ministrables.
La rigidez de los miembros del Consejo Pol¨ªtico lleg¨® incluso, al punto de no permitir la entrada en la reuni¨®n de algunos parlamentarios centristas que pretend¨ªan acceder a la misma, problema que resolvi¨® Jaime Lamo.
La sesi¨®n de hoy promete ser tormentosa, dado que anoche nadie estaba seguro de que Lavilla no plantee nuevos inconvenientes. Una noche de meditaci¨®n puede volver a¨²n :mas esc¨¦ptico a Lavilla, convencido, en estos momentos, de que aceptar el cargo va en contra del sentido com¨²n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.