Un hombre se introdujo en dormitorio de Isabel II y charl¨® diez minutos con ella antes de ser detenido
C¨®mo puede uno colarse en el palacio de Buckingham como Pedro por su casa, sentarse tranquilamente frente a -o sobre, que a¨²n no se sabe- la cama en que duerme la reina y charlar durante diez minutos con ella en la madrugada de un d¨ªa cualquiera, es algo que se preguntan todos los brit¨¢nicos, y muy especialmente el Gobierno de Su Majestad, a ra¨ªz de una informaci¨®n que ayer publicaba el londinense Daily Express.
Seg¨²n el rotativo, que ofrece un versi¨®n no desmentida por palacio ni por el Gobierno, su graciosa majestad se despert¨® el pasado viernes de madrugada ante la presencia de un inesperado visitante, quien, salt¨¢ndose a la torera todas las medidas de seguridad que puedan imaginarse, hab¨ªa conseguido subir al primer piso de palacio e irrumpir en el dormitorio de Isabel II.La reina, para evitar m¨¢s contratiempos, estuvo charlando tranquilamente con el visitante durante unos diez minutos, el tiempo que el intruso pudo mantenerse sin fumar. Al cabo de ese tiempo, el hu¨¦sped pidi¨® a Isabel II un cigarrillo. "Aqu¨ª no tengo", vino a decir su Majestad brit¨¢nica, "pero puedo ir a buscar lo a la habitaci¨®n de al lado". El intruso accedi¨® y la reina aprovech¨® para avisar a su guardia, que inmediatamente redujo al aventurero. El pr¨ªncipe Felipe de Edimburgo, que dorm¨ªa en otra habitaci¨®n, permaneci¨® ajeno a la batalla que libraba su esposa.
El descubrimiento del incidente ha provocado una tormenta veraniega en la clase pol¨ªtica brit¨¢nica, y no han sido pocos los diputados que han calificado el hecho de horrible. La primera ministra, Margaret Thatcher, se ha mostrado "profundamente preocupada" por el incidente, lo mismo que su ministro del Interior, William Whitelaw, m¨¢ximo responsable de la seguridad de la familia real.
Whitelaw tuvo que intervenir apresuradamente en la C¨¢mara de los Comunes para explicar tama?a irrupci¨®n en la vida privada de la reina. Para Whitelaw, quien rindi¨® homenaje a la calma con que Isabel II se enfrent¨® al incidente, "esta muy seria laguna en las medidas de seguridad" de palacio es una "grave preocupaci¨®n", lo mismo que para los responsables de Scotland Yard. "Estas lagunas han sido debidas a errores t¨¦cnicos y humanos" apostill¨® el ministro.
Fagan, el monoman¨ªaco
El ministro manifest¨® a los diputados que en los ¨²ltimos a?os las medidas de seguridad del palacio de Buckingham hab¨ªan sido reforzadas, aunque reconoci¨® que "todav¨ªa no eran satisfactorias" y que "hay que hacer m¨¢s", palabras que
Whitelaw no quiso revelar la identidad del intruso, pues a¨²n no se ha presentado ninguna denuncia, pero el Daily Express especula con un nombre, Michael Fagan. El s¨¢bado, Fagan, de 30 a?os de edad, compareci¨® ante un tribunal por haberse introducido en palacio el 7 de junio y haber robado media botella de vino. La v¨ªspera del juicio, Fagan fue detenido otra vez en el recinto palaciego y, seg¨²n el rotativo, podr¨ªa muy bien tratarse del mismo monoman¨ªaco. Lo que no se descarta es que, sea o no Fagan el asiduo visitante, el intruso pueda ser un antiguo empleado real, lo que explicar¨ªa la extraordinaria facilidad con la que ha entrado en palacio y encontrado el dormitorio de la reina Isabel.
Lo que es cierto es que el palacio de Buckingham -situado en pleno centro de Londres, junto a los jardines de Green Park, Saint James Park e Hyde Park- no parece ser "el edificio mejor guardado del pa¨ªs", como pudiera pensarse. Hasta ahora la reina, que no quiere ver convertido el palacio en un bunker, se contentaba con algunos polic¨ªas y guardias, detectores electr¨®nicos y patrullas con perros polic¨ªa por las noches.
Por lo pronto, ayer las medidas de seguridad hab¨ªan sido reforzadas: hierros punzantes, alambre de espino y c¨¢maras de televisi¨®n fueron a?adidos a los muros que delimitan el palacio.
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