Se agravan las tensiones internas en la socialdemocracia alemana

La cr¨ªtica situaci¨®n por la que atraviesa el partido provoca continuas tensiones internas entre pol¨ªticos socialdem¨®cratas (SPD). Muchos socialdem¨®cratas piensan que ha llegado la hora de regenerarse en la oposici¨®n y acabar con la actual troika dirigente (Schmidt-Wehner-Brandt) por su incapacidad para afrontar la crisis.

Un reportaje de la revista Stern sobre el pol¨ªtico socialdem¨®crata Oskar Lafontaine, alcalde de Saarbruecken y presidente del SPD del Sarre, ha desencadenado una fuerte pol¨¦mica. A sus 38 a?os, Lafontaine representa a la tercera generaci¨®n socialdem¨®crata; es un pol¨ªtico brillante, con una carrera mete¨®rica, que ¨²ltimamente ha tomado posiciones muy duras contra la energ¨ªa nuclear y la carrera de armamentos.En el reportaje de Stern dice Lafontaine que "el SPD tiene que salir del Gobierno de Bonn. Tal como est¨¢n las cosas, s¨®lo en la oposici¨®n es posible una regeneraci¨®n del partido. S¨®lo en ese caso podr¨ªamos encontrar una nueva concepci¨®n social, adecuada a las exigencias del futuro".

Hay muchos socialdem¨®cratas que comparten las ideas de Lafontaine y piensan que el SPD ha degenerado en los a?os de ejercicio del poder en Bonn por las concesiones y servidumbres que lleva consigo la tarea de gobernar.

Otros socialdem¨®cratas creen que la p¨¦rdida del poder supondr¨¢ ir a la oposici¨®n por m¨¢s de una d¨¦cada, y fuera de los bancos del Gobierno "no hay nada que hacer". De forma categ¨®rica formula esta posici¨®n el ministro de Relaciones Interalemanas, Egon Franke, l¨ªder del grupo derechista de diputados del SPD, conocido por el nombre de los alcantarilleros.

Franke dice que los socialdem¨®cratas que quieren al partido en la oposici¨®n "no saben lo que eso significa. Yo he pasado el per¨ªodo de oposici¨®n y s¨¦ que solamente podemos imponer una pol¨ªtica socialdem¨®crata si tenemos el poder".

En esta situaci¨®n de desorientaci¨®n hay muchos en el partido que, bajo cuerda, piden ya que se renueve la direcci¨®n, incluido el canciller Helmut Schmidt. La troika dirigente del SPD ha envejecido y en la segunda generaci¨®n no acaban de perfilarse las figuras capaces de sustituirla.

Con 76 a?os y cada vez m¨¢s achaques, Herbert Wehner no parece capaz de mantener firmes las riendas en la fracci¨®n parlamentaria socialdem¨®crata. A Willy Brandt, 68 a?os, se le acusa de indecisi¨®n a la hora de dirigir el partido, en su af¨¢n de integrar a todas las tendencias, lo que aumenta la desorientaci¨®n.

Helmut Schmidt, que cuenta 63 a?os, se aferra al ejercicio de un poder que desde las elecciones celebradas en 1980 se reduce a una pura administraci¨®n del presupuesto, una tarea m¨¢s parecida a la que desarrolla un contable que a la que caracteriza a un pol¨ªtico.

Esta situaci¨®n del SPD es el caldo de cultivo para la pol¨¦mica interna de tipo personal, cuando lo que el partido necesita es un debate ideol¨®gico y una respuesta a las exigencias de casi un 10% del electorado, que parece dispuesto a irse con los ecologistas y pacifistas, los verdes, y otro porcentaje importante de votantes, al centro, que huyen hacia la Democracia Cristiana.