El congreso de las ausencias
A nadie le ofender¨¢, porque es vox populi, si a este VI Congreso Mundial de Poetas se le empieza a conocer como el congreso de las ausencias, porque, despu¨¦s de haber manejado nombres consagrados como los de Borges, Octavio Paz, Leopold Sedhar Senghor o Eugeny Evtuchenko, por decir s¨®lo algunos de una importante lista, resulta que no est¨¢n. Los que fueron reclamos del congreso no han venido.Efectivamente, son muchas las faltas puestas en la lista. Para empezar, se echaba en falta, y eso desde la misma organizaci¨®n, la presencia de poetas de las lenguas peninsulares aparte el castellano y alguna presencia portuguesa. Ni un catal¨¢n, ni un vasco, ni un gallego que escriban en sus lenguas vern¨¢culas. Espr¨ªu entre los mayores, tan ausente como Gimferrer, de los j¨®venes, por citar s¨®lo dos nombres.
De los poetas madrile?os, ya que eran la mayor¨ªa, faltaba tambi¨¦n el grueso de la n¨®mina famosa. El 27 estaba representado ¨²nicamente por Rafael Alberti y por Rosa Chacel, que esta vez iba m¨¢s de oyente que nada porque, como ha dicho en estas mismas p¨¢ginas, "ha renunciado a la poes¨ªa igual que a la escultura". Luis Rosales, que parece que por fin pronunciar¨¢ la lecci¨®n de clausura, representaba a su generaci¨®n en solitario, y un vac¨ªo total a la del cincuenta y aleda?os: ni Brines, ni Bouso?o, ni Claudio Rodr¨ªguez, ni Angel Gonz¨¢lez... Tampoco los nov¨ªsimos estaban completamente representados. Lo dicho para Espa?a se multiplica respecto al mundo total, sobre todo porque ellos, los Ginsberg, Michaux, Borges, Vasco Popa, Sanguinetti, etc¨¦tera, eran el gancho para ese porcentaje de poetas y estudiosos que s¨ª han pagado sus cien d¨®lares de inscripci¨®n con derecho a clases. En suma, que el contraste entre la lista del cat¨¢logo y la de las presencias, dicho sea sin ¨¢nimo de desmerecer a nadie, se?alaba un abismo.
El tema es duro: tal parece que la lista de invitados se ha hecho con los deseos y ahora estamos frente a la realidad. Y es duro, sobre todo, ante la publicaci¨®n de esa Antolog¨ªa mundial de la poes¨ªa, que si se hace tal como el presidente ha dicho a este peri¨®dico, con "poemas de los invitados" y no de los presentes, puede convertirse en un perfecto bluff, por brillante y famosa que resulte.
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