Cr¨ªticas de Nicaragua a EE UU en el tercer aniversario de la revolucion sandinista

ENVIADO ESPECIAL"No pasar¨¢n" fue ayer el grito de m¨¢s de 100.000 personas llegadas hasta Masaya para festejar el tercer aniversario de la revoluci¨®n sandinista. Poco antes, el comandante Daniel Ortega, coordinador de la Junta de Reconstrucci¨®n Nacional, hab¨ªa informado de un nuevo atentado registrado a las 5.30 horas.

Desde un avi¨®n bimotor fueron disparados dos rockets contra los dep¨®sitos de combustible del puerto de Corinto, en la costa norte del Pac¨ªfico. Esta vez no hubo otra consecuencia que el susto.

Hechos como este son los que le permitieron al comandante Daniel Ortega afirmar que Nicaragua "es v¨ªctima de una invasi¨®n silenciosa, pero sangrienta", alentada por el Gobierno norteamericano. Sus acusaciones a la Administraci¨®n Reagan hicieron que el embajador de EE UU Anthony Quainton abandonase la plaza en medio del discurso.

En la lista de agravios de Reagan incluy¨® la justificaci¨®n de los campamentos somocistas de Florida, los diecinueve millones de d¨®lares destinados a la CIA para desestabilizar Nicaragua, el env¨ªo de aviones esp¨ªas, la retirada de pr¨¦stamos para compra de trigo y el aliento econ¨®mico y militar a los 2.000 ex guardias que preparan la invasi¨®n en la frontera de Honduras.

"Esa pol¨ªtica es la responsable", dijo, "del asesinato de alfabetizadores, m¨¦dicos y soldados sandinistas", de que se hayan registrado dieciocho ataques desde el 4 de julio, con un saldo de cincuenta muertos. Llam¨® a Reagan "el gran desestabilizador de Centroam¨¦rica", a la que est¨¢ colocando con su pol¨ªtica de fuerza al borde de una guerra generalizada que la convertir¨ªa en un nuevo Vietnam.

Destac¨® en la fiesta sandinista de ayer que el ¨²nico orador, junto a Daniel Ortega, fuera el presidente democristiano de Venezuela, Luis Herrera Campins, antes principal aliado continental de Washington y convertido despu¨¦s de la guerra de las Malvinas en ap¨®stol del antiintervencionismo.

"Ha terminado la ¨¦poca de la intervenci¨®n de las grandes potencias", dijo Herrera Campins en un discurso encendido en el que no ahorr¨® elogios al general C¨¦sar Augusto Sandino y al proyecto pluralista de la revoluci¨®n que tom¨® su nombre. El mandatario venezolano, ¨²nico jefe de Estado asistente al acto, insisti¨® en el car¨¢cter libertario y democr¨¢tico de la revoluci¨®n nicarag¨¹ense, que se enfrent¨® a "la dictadura din¨¢stica sornocista". Esta presencia de Herrera Campins, acompa?ado de cinco ministros en Nicaragua, revela que muchas cosas han cambiado en Am¨¦rica despu¨¦s de la guerra de las Malvinas, en la que Washington entr¨® como mediador y termin¨® ali¨¢ndose con uno de los contendientes, seg¨²n frase pronunciada ayer por el presidente de Venezuela.