Pem¨¢n
Ahora hace como un a?o que muri¨® don Jos¨¦ Mar¨ªa Pem¨¢n, cuando ya llevaba una larga temporada de muerto en vida o vivo honorario. El caso Pem¨¢n le interesar¨ªa a uno, hoy, por como transparenta lo que suele ser el proceso intelectual de la derecha o, simplemente, el proceso de un intelectual de derechas. Lo dijo Pitigrilli:
- Se empieza en. incendiario y se acaba en bombero.
La frase es aplicable m¨¢s al propio Pitigrilli que a Pem¨¢n. Pem¨¢n, queriendo venir de Santo Tom¨¢s, Donoso Cort¨¦s, V¨¢zquez de Mella, Men¨¦ndez Pelayo y Garc¨ªa Morente, ven¨ªa de Voltaire, Diderot, Larra, Ortega, los sofistas y los presocr¨¢ticos. Es el librepensador vergonzante que hay en todo intelectual de derechas con talento. Aranguren puso de moda hace unos meses, con esa facilidad que tiene para crear la actualidad, m¨¢s que para poner de actualidad, el tema de la imposibilidad del intelectual de derechas. Ten¨ªa raz¨®n, pero quiz¨¢ nadie dijo la ¨²ltima verdad: que el intelectual de derechas es posible como frustraci¨®n / ocultaci¨®n / revelaci¨®n de un hombre de izquierdas. La derecha cultural siempre ha tenido una envidia de reojo y un complejo sadicoanal respecto de la cultura de izquierdas, que, inevitablemente, es la Cultura, ya que, como dice Tierno, "cultura es lo que no conocemos", y esto supone avance constante de la luz a la sombra, de la sombra a la luz, abandono de todo quietismo e inmanentismo. Baudelaire y Octavio Paz lo llamar¨ªan "nostalgia del l¨¦gamo". Andy Warhol dice que "el sexo es nostalgia del sexo". Desde la Revoluci¨®n Francesa, la derecha es nostalgia enquistada de la izquierda.
El propio Pem¨¢n, en inolvidable art¨ªculo, hablando de Jacqueline, viuda de Kennedy, y el beso que le diera el todav¨ªa vivo Bob Kennedy, dec¨ªa: "A Jacqueline s¨®lo puede besarla otro Kennedy" (despu¨¦s se vio que no); "es el tir¨®n din¨¢stico de las democracias". Pero lo que s¨ª hay es el tir¨®n desintegrador del integrismo, el tir¨®n movilizador del inmovilismo. Y eso, m¨¢s claro que en nadie, est¨¢ en Pem¨¢n y en D'Ors. Pem¨¢n lo resuelve diciendo que ¨¦l est¨¢ anclado en dos o tres ideas -?creencias?- fundamentales, para permitirse dudar de todo lo dem¨¢s. (Dec¨ªa Neruda que no hay nada m¨¢s fundador que un ancla.) Quiere coincidir con Gabriel Marcel (ser un poco existencialista sin n¨¢usea), con P¨¦guy, con Maurras (ser un poco fascista a la europea, mejor que a la espa?ola), pero coincide con todo el exilio republicano cuando convierte Mis almuerzos con gente importante (el libro, ya, de un anarquista de derechas, como hubiera dicho Alb¨¦r¨¦s) en un almuerzo desnudo e interminable con Franco, del que dice que su complejidad cultural terminaba en Marina, y lo dice, claro, en vida de Franco. Yo visit¨¦ a Pem¨¢n en C¨¢diz, y lo que m¨¢s recuerdo es un dibujo dedicado de Jean Cocteau. Pern¨¢n me dedic¨® alguna "tercerita" del Abc (como dec¨ªa P¨¦rez-Ferrero) cuando ya iba siendo inevitable que Umbral se convirtiese en Umbral. Tambi¨¦n en ¨¦l, incluso en ¨¦l, aprendi¨® uno a hacer art¨ªculos, si es que ha aprendido, y hoy s¨®lo puede interesarnos su osatura intelectual como caso l¨²cido o enlucido delo que es el pensamiento literario de la derecha: se remiten a San Pablo, pero San Pablo s¨®lo escrib¨ªa el principio y el final de sus Ep¨ªstolas: para el relleno ten¨ªa secretarios. Se remiten a Erasmo, pero a Erasmo le daba n¨¢useas el pescado y la sensatez. La indigencia intelectual,de la derecha espa?ola no me parece divertida, sino peligrosa, porque adonde no se llega con la pluma, don Eduardo, se llega con la punta de la espada.
Un intelectual de derechas que escribe bien, cuando toma conciencia de su contradicci¨®n, se resuelve en Pern¨¢n. Cuando escribe mal, se resuelve en Fraga.
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