Mark Strand: "La poes¨ªa no es el mejor medio para combatir la irresponsabilidad del Estado"
El poeta dibuja un panorama del g¨¦nero en Estados Unidos
Mark Strand, un poeta que ha vivido casi siempre en Nueva York, pero que ahora se refugia para escribir en un pueblecito del lejano oeste, considera que "la poes¨ªa no es el medio adecuado para combatir la irresponsabilidad de los grandes empresarios ni de los aparatos estatales". Y dijo ¨¦sto cuando describ¨ªa un panorama de la poes¨ªa norteamericana de hoy, en la que, tras entonar un requiem por los beat, se?alaba la existencia de una tendencia neorrom¨¢ntico-ecologista, otra individual intimista y la suya propia, que est¨¢ por el mito, la referencia, la ocultaci¨®n y la lectura de los europeos.
"Yo soy", dice Mark Strand, alguno de cuyos poemas ha sido traducido por Octavio Paz, "un poeta m¨¢s preocupado por la escritura que por la propia imagen, y m¨¢s por la vida que por la repercusi¨®n p¨²blica. Ver¨¢s: yo me veo a mi mismo como un ser humano normal que ocurre que escribe poes¨ªa, y no como un poeta al que le sucede que tiene que comer tres veces al dia". M¨¢s tarde dir¨ªa que se ocupa de la secci¨®n de gastronom¨ªa de una conocida revista norteamericana, en la que hace la cr¨ªtica de los restaurantes. "Eso s¨ª que da poder", dec¨ªa riendo con su aspecto de cowboy.
Otros no creen en nada
"Sin embargo", dice, "yo soy uno de los poetas de Estados Unidos en los que ha influido de cisivamente la poes¨ªa europea. Mi obra, como la de otros pocos, ha sido influida por el surrealismo: yo creo que la poes¨ªa tiene tanto qu¨¦ ver con el azar como con la causalidad, que lo irracional tiene un papel tan importante en la vida como la raz¨®n. O m¨¢s".Y para definir su propia poes¨ªa, empieza a describir con humor la de sus pr¨®ximos: "Hay varios grupos o tendencias que nunca son matem¨¢ticos, sino m¨¢s bien aproximados. El primero es el de los neorrom¨¢nticos, que escriben de la naturaleza, como si la naturaleza existiera, como si fuera posible escapar de la civilizaci¨®n... Estos poetas creen que el hombre deja mucho qu¨¦ desear, pero que los ¨¢rboles o los animales pueden ense?arnos c¨®mo vivir". "Yo no creo en eso", dice.
"Hay otros", contin¨²a, "que no creen en nada salvo en sus propias vidas: sus padres, sus casas, sus hijos, sus ropas, sus enfermedades... particularmente sus enfermedades. Yo tampoco escribo sobre todo ¨¦sto. En fin: yo escribo sobre m¨ª mismo, claro, pero en una versi¨®n mitol¨®gica. Creo que he creado un mito de m¨ª mismo que no es yo mismo, y que, aunque tiene elementos de mi propia vida, est¨¢ generalizado: en consecuencia, otros pueden sentir como propio este personaje". "Mis colegas de este grupo son Charles Simic, poeta de origen yugoslavo, nacido en 1938, y Charles Wrigth".
En Espa?a, comentamos, la poes¨ªa norteamericana m¨¢s masivamente conocida es la de la generaci¨®n Beat. "En cambio, tuvieron una vida muy breve en los Estados Unidos, mientras en Am¨¦rica Latina y en Europa su fama ha sido bastante larga. Yo creo", dice, "que es porque representan una pol¨ªtica antigubernamental y una postura vital contra lo establecido. Han quedado como un s¨ªmbolo de lo que parece ser una falta de confianza universal respecto a los Estados Unidos. Por otra parte, nada de lo que los beat escribieron era nuevo: en Ginsberg se encuentran Lorca y Pessoa, Gregory Corso es un surrealista menor, y... y bueno, para qu¨¦ seguir. Los que s¨ª han hecho buena poes¨ªa, los que renovaron el g¨¦nero, son gente como Robert Lowell, Elisabeth Bishop o John Berriman, pero son desconocidos aqu¨ª".
Escribir por la ma?ana, beber por la noche
Contra los neorrom¨¢nticos, Mark Strand, este poeta urbano retirado al campo, que dice dedicarse a "escribir por la ma?ana y beber por la noche", que lee con suma atenci¨®n la carta de vinos, m¨¢s que nada en el mundo, y alg¨²n poeta como Woodworth, dice que "aquejados de miedo al apocalipsis ecol¨®gico, escriben a veces poemas vagamente pol¨ªticos sobre la desaparici¨®n de la naturaleza. En Estados Unidos hay un sentimiento general de que estamos siendo envenenados hasta la muerte por la poluci¨®n industrial. Para m¨ª, los poetas tienen solamente dos posibilidades de intervenci¨®n: escribir ensayos y cartas a los peri¨®dicos o, si eso no resulta, coger la metralleta".
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