El fiscal mantiene en su informe sobre el 'caso Almer¨ªa' que los procesados tuvieron intenci¨®n de matar
Sin apenas literatura, centr¨¢ndose en los hechos escuetos que se juzgan, el fiscal Jos¨¦ Mar¨ªa Contreras, representante del ministerio p¨²blico, mantuvo ayer ante el tribunal que juzga el caso Almer¨ªa, en un informe de una hora aproximada de duraci¨®n, sus conclusiones definitivas y su calificaci¨®n de homicidio, ya avanzadas en s¨ªntesis en la sesi¨®n del pasado s¨¢bado.
Tras el representante del ministerio fiscal, el abogado de la acusaci¨®n particular, Dar¨ªo Fern¨¢ndez, inici¨® su informe en apoyo de su tesis de asesinato.Con la exposici¨®n de los informes finales por las partes actuantes en el proceso -hoy concluir¨¢ el informe del acusador particular e iniciar¨¢n los suyos las defensas de los procesados-, el juicio sobre el caso Almer¨ªa entra en su recta final.
Antes de centrarse en el lugar donde ocurrieron los hechos y los posibles delitos de homicidio, es decir, en la carretera de G¨¦rgal, el fiscal se refiri¨® a la fatalidad que acompa?¨® a los j¨®venes Luis Montero, Luis Cobo y Juan Ma?as, desde el mismo momento en que salieron de Santander hasta que fueron detenidos en Roquetas de Mar, al atardecer del d¨ªa 9 de mayo de 1981: el atentado perpetrado el d¨ªa 7 de mayo contra el teniente general Valenzuela, la aver¨ªa del veh¨ªculo de las v¨ªctimas en la localidad de El Provencio, su decisi¨®n de ir a Alc¨¢zar de San Juan para alquilar un coche, el reconocimiento err¨®neo de que fueron objeto por parte de algunas personas, la publicaci¨®n por la Prensa de las fotos de los supuestos terroristas autores del atentado contra el teniente general... Todos estos datos forman, seg¨²n el fiscal, un c¨ªrculo fatal en el que son atrapados los j¨®venes.
La desesperaci¨®n de las v¨ªctimas
El fiscal tiene frases disculpatorias para los denunciantes de Alc¨¢zar de San Juan, que cometieron un tremendo error, pero a los que nada se les puede imputar.Desde el momento en que son detenidos en Roquetas de Mar se entra en una actuaci¨®n an¨®mala por parte de los responsables de la comandancia de la Guardia Civil de Almer¨ªa, actuaci¨®n que el fiscal denuncia en su informe. Por ejemplo, la no aplicaci¨®n de los derechos del detenido, puesto que a los tres j¨®venes no se les aplic¨® la ley antiterrorista, la ausencia de atestado que recogiera sus declaraciones y la irregularidad del interrogatorio a que fueron sometidos.
Tras reconocer que las v¨ªctimas eran inocentes e imaginarse cu¨¢l ser¨ªa su desesperaci¨®n cuando se vieron conducidas en caravana y fuertemente custodiadas, el fiscal se pregunta si fue necesario disparar sobre el Ford Fiesta y producir la muerte de los j¨®venes, aun admitiendo que alguno de ellos agrediese a los dos guardias civiles que iban en los asientos delanteros del veh¨ªculo. "Estamos convencidos de que no fue necesario", responde el fiscal, que afirma que los procesados teniente coronel Carlos Castillo Quero, teniente ayudante Manuel G¨®mez Torres y guardia Manuel Fern¨¢ndez Llamas, tuvieron la intenci¨®n de matar a los tres j¨®venes.
El representante del ministerio fiscal enumera los siguientes datos que, a su juicio, apoyan su tesis de que hubo intenci¨®n de matar, lo cual caracteriza el delito de homicidio: existencia de tres coches de la Guardia Civil frente al Ford Fiesta de los detenidos; desproporci¨®n entre los once guardias civiles que compon¨ªan la caravana y las tres v¨ªctimas; desproporci¨®n, igualmente, del armamento; terreno llano y desprovisto de vegetaci¨®n, sin quebradas, que hac¨ªa imposible que escaparan. "No hubo raz¨®n alguna para acudir a las armas", y, adem¨¢s, los procesados ten¨ªan orden de llevar a los detenidos a Madrid y su obligaci¨®n era la de llevarlos vivos", concluye el fiscal en este punto.
Respecto a la orden dada por el teniente coronel Castillo Quero de disparar, el fiscal mantuvo que aquella lo fue sobre el veh¨ªculo, y no sobre las ruedas, en primer lugar porque as¨ª consta en las primeras declaraciones de los que participaron en los hechos, luego modificadas, y, en segundo lugar, porque si se hubiera disparado a las ruedas alg¨²n impacto se hubiera hallado en ¨¦stas o en la parte baja trasera del Ford Fiesta o en el asfalto de la carretera. "Lo contrario ser¨ªa suponer que los miembros de las fuerzas de seguridad del Estado no son expertos tiradores, y hasta ah¨ª podr¨ªamos llegar", exclam¨® el fiscal. Respecto al teniente ayudante G¨®mez Torres y al guardia Fern¨¢ndez Llamas, el fiscal reconoce la existencia de obediencia debida como atenuante y no como eximente de responsabilidad, porque si bien la orden de disparar constitu¨ªa en aquellas circunstancias delito, no puede ser la misma la, responsabilidad del jefe que ordena que la del inferior que obedece.
La Guardia Civil y los procesados
Tras el fiscal, el acusador particular, Dar¨ªo Fern¨¢ndez, inici¨® su informe. En medio de un silencio absoluto -ni toses ni movimientos de los asistentes en sus asientos-, Dar¨ªo Fern¨¢ndez se refiri¨®, calific¨¢ndolas de precisiones previas, a la absoluta separaci¨®n que ¨¦l hace entre la Guardia Civil y Ia conducta antisocial de los procesados que han mancillado al benem¨¦rito cuerpo; a la duda razonable que existe sobre si en el banquillo est¨¢n todos los que son; a la actuaci¨®n confusa del equipo de atestados de la Guardia Civil, y a que el proceso sobre el caso Almer¨ªa no pasar¨¢ a la historia como un modelo de veracidad, lo que ha tra¨ªdo como consecuencia que "no sabemos la verdad de lo ocurrido".El acusador particular se refiri¨® con palabras duras a los ciudadanos de Alc¨¢zar de San Juan que denunciaron la supuesta presencia de terroristas -"alegr¨ªa ciudadana que hay que denunciar cuando no se tiene certeza", dijo- y censur¨® fuertemente la actuaci¨®n de la Guardia Civil de Ciudad Real en su tarea de investigaci¨®n sobre la err¨®nea denuncia. A este respecto, resalt¨® que en la tarde del viernes, d¨ªa 9 de mayo de 1981, antes de ser detenidas las v¨ªctimas en Roquetas, la Guardia Civil de Ciudad Real ya dispon¨ªa de una fotograf¨ªa de Luis Cobo, enviada a trav¨¦s del sistema Dex (fotocopiadora telef¨®nica) por la comisar¨ªa de polic¨ªa de Santander.
El acusador particular fue todav¨ªa m¨¢s duro con la actuaci¨®n del teniente coronel Castillo Quero en el interior de la comandancia de Almer¨ªa, una vez conducidas a ella las v¨ªctimas tras su detenci¨®n en Roquetas. "No surgen cosas extra?as en la comandancia, sino que es a posteriori cuando se acomodan", dice el acusador particular, que no duda en afirmar que el teniente coronel ha mentido en su versi¨®n y ha actuado cobardemente al destruir en la trituradora de la comandancia las notas manuscritas tomadas sobre el interrogatorio de los detenidos. "Esas notas hubiesen servido much¨ªsimo al juez instructor, y fueron tomadas en el ejercicio de unas funciones para las que la sociedad dio al procesado su confianza, que no se merece", manifest¨® el acusador particular.
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