Malestar entre los participantes en el VI Congreso Mundial de Poetas
Una corriente de malestar, cada vez m¨¢s palpable, se siente entre los congresistas que quedan en el VI Congreso Mundial de Poetas, cuyas sesiones se clausuran ma?ana en Madrid. Actitudes crispadas, que se manifiestan en el transcurso mismo de las lecturas de las comunicaciones, y cr¨ªticas que se van agrupando en lo que ser¨¢n manifiestos cruzados: de un lado, la presidencia del congreso est¨¢ proponiendo uno contra la Prensa, que produce honda incomodidad en los participantes extranjeros, y de otro los poetas latinoamericanos preparan otro para pedir una resoluci¨®n del congreso en solidaridad con los poetas perseguidos, exilados y encarcelados.
La jornada de ayer estaba pre?ada de incomodidad. Por un lado, lo que es ins¨®lito seg¨²n algunos participantes en este tipo de eventos, algunos de los poetas se vieron impulsados a mostrar su adhesi¨®n a la buena gesti¨®n de la presidencia del congreso, y tambi¨¦n, lo que es m¨¢s ins¨®lito a¨²n, a la colaboraci¨®n de la Administraci¨®n en su financiaci¨®n, figurando muchas veces el nombre del Rey de Espa?a en estas manifestaciones. Los bedeles mismos del Ateneo frenaron al presidente, que acompa?ado de un poeta local, trataba de colgar un cuadro de don Juan Carlos en la sala de sesiones. Las razones de los conserjes eran que es antiestatutaria la utilizaci¨®n de efigies pol¨ªticas en este centro cultural.
El profesor Prelevic, que ley¨® en correcto castellano su comunicaci¨®n sobre el poeta y la generaci¨®n po¨¦tica, se molest¨® ostensiblemente ante el recorte, comparativamente agravioso, de su tiempo "Ayer", dec¨ªan algunos participantes, "tuvimos que o¨ªr discos de toros s¨®lo porque el que los pon¨ªa era un embajador de algo. Y hoy que se habla de poes¨ªa, cortan el tiempo".
Sesiones aburridas
El poeta y latinista Luis Alberto de Cuenca gast¨® casi la mitad de su tiempo en explicar a los gestores del encuentro la diferencia entre ponencia y comunicaci¨®n: "Se nos han pedido ponencias, que en todos los congresos del mundo duran entre sesenta y noventa minutos. Se nos exige la lectura de comunicaciones, con un m¨¢ximo de quince".Las cr¨ªticas, m¨¢s que extendidas, a la organizaci¨®n, se?alan la ineficacia y el tedio de este tipo de sesiones, de comunicaciones improfundizables -ayer no hubo ning¨²n debate, seguramente por la crispaci¨®n general- m¨²ltiples y dispersas, frente a la organizaci¨®n de los congresos ¨²tiles, que se montan en torno a comisiones de discusi¨®n paralelas y simult¨¢neas, y en los que los encuentros son algo m¨¢s que un cruce de tarjetas.
Sin embargo, s¨ª son paralelas en este VI Congreso algunas actividades: por ejemplo, los poetas latinoamericanos est¨¢n, seg¨²n uno de sus portavoces, "absolutamente extra?ados de que los grandes poetas europeos, en este congreso que nos han vendido como el de la solidaridad la paz, no hayan mencionado siquiera el dolor de los pueblos latinoamericanos ni el calvario de sus poetas". "S¨®lo", dicen, "lo hizo Rafael Alberti en la jornada inaugural".
Recuerdan la no presencia de poetas tan significativos como Ernesto Cardenal, que no fue invitado, Juan Gelm¨¢n o Claribel Alegr¨ªa y otros exilados pol¨ªticos del Cono Sur y Centroam¨¦rica, aunque s¨ª est¨¦n los de Cuba. Y preparan un manifiesto en que piden una resoluci¨®n del Congreso pidiendo la libertad de los poetas presos en Latinoam¨¦rica. Nicanor Parra leer¨¢, como ejemplo de estos actos paralelos, su ¨²ltimo libro en la sede de la UGT (Maldonado, 55), esta tarde a las 20 horas.
Mientras, la oficialidad del congreso quiere continuar en la l¨ªnea de la conferencia de Prensa de anteayer, acto que muchos califican como "la clausura del congreso" porque son muchos los que abandonan las sesiones. Detr¨¢s de Jaime Siles, que se fue acogi¨¦ndose al "derecho a la propia imagen", y al "sentido com¨²n", se fueron Antonio Colinas, Jon Silkin, Pierre Enmanuel, por citar s¨®lo algunos, mientras otros se quedan en su hotel, que por cierto tiene 50 habitaciones reservadas, pagadas y vac¨ªas. Ayer no pasaban de cuarenta los asistentes a las sesiones.
Babelia
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