Las reposiciones, ¨²nica alternativa en la cartelera de cine
La cartelera cinematogr¨¢fica de Madrid, como s¨ªntoma que puede extenderse a otras ciudades, sigue sin ofrecer novedades de inter¨¦s, escondidas en los archivos de los distribuidores, una vez superado el tiempo del Mundial-82, que afect¨® en una disminuci¨®n de espectadores. Habr¨¢ que esperar al oto?o, cuando el p¨²blico regresa normalmente al cine, para poder conocerlas. Para entonces, quiz¨¢ tambi¨¦n hayan vuelto a subir el precio de las entradas para combatir la presunta crisis del verano.Varios meses antes de que comenzaran a jugarse los partidos del Mundial, se o¨ªan llantos angustiados entre los exhibidores cinematogr¨¢ficos convencidos de que en Espa?a morir¨ªa el cine por culpa del f¨²tbol. Ignoraban los due?os de los locales que el problema, en todo caso, no ser¨ªa exclusivamente espa?ol si de un aut¨¦ntico Mundial se trataba. Pero autoerigidos en v¨ªctimas protagonistas, clamaron al cielo sin acompa?ar su llanto con la reflexi¨®n obligada por ese presunto paro. Protestaron y gimieron, pero nadie dio una idea. La cartelera madrile?a ha languidecido tanto por culpa de esa absurda postura que resulta dificil convencer a alguien ahora de que se exhiben pel¨ªculas como las de antes del Mundial. Tanta discreci¨®n, tan excesiva timidez han hecho creer que el cine muri¨® al fin, v¨ªctima del deporte, pero lo cierto es que ni siquiera sali¨® al campo de batalla.
Esa oscura tendencia que hay en Espa?a por estrenar pel¨ªculas baratas de escaso ¨¦xito previo, lanzadas al comercio de forma que desorientan al espectador poco habituado, se ha visto acrecentada durante las ¨²ltimas semanas. Es un s¨ªntoma preocupante.
El destripador de Nueva York, del muy mediocre Lucio Fulci, quiere disimular su condici¨®n de producto italiano y lanzarse como un grande del g¨¦nero cuando no supera el trillado esquema del mal terror previsible. El gran rugido simplifica tanto las relaciones entre animales y hombres que llega a provocar la sonrisa, sin tener, por otra parte, la grandeza de un documental, rodado como est¨¢ con tan pocos medios.
Cambio de esposas, que ofrece un reparto algo atractivo (McLaine, Sarandon, Coburn), no pasa de una comedieta en la que la crisis del matrimonio se resuelve con la renovaci¨®n de la pareja; Escalada al poder, de Jerry Schatberg (director, entre otras, de El espantap¨¢jaros), quiere denunciar la corrupci¨®n de algunos pol¨ªticos y roza la aberraci¨®n de decir que cualquier pol¨ªtico es corrupto.
Pendientes de estreno
No ha habido por parte de la exhibici¨®n cinematogr¨¢fica una l¨®gica capacidad de contraataque al ¨¦xito del Mundial. Est¨¢n a¨²n pendientes de estreno los premios del ¨²ltimo festival de Cannes, sin olvidar algunos de los recientes oscar (Mephisto, por ejemplo, considerada como la mejor pel¨ªcula europea) y varios galardones del Festival de Berl¨ªn, tanto de este a?o como del anterior (exceptuando, claro est¨¢, Veronika Voss, de Fassbinder, que obtuvo el Oso de Oro de 1982).
Las reposiciones han sido las que mejor han cubierto (y siguen cubriendo) las pantallas espa?olas; La ciudad quemada, de Antoni Ribas, una de las escasas cr¨®nicas pol¨ªticas que el cine espa?ol ha planteado con abundancia de medios, y La gran prueba, de William Wyler, ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes de 1957 y no de un oscar como algunos han se?alado (fue nominada pero se premi¨® en su lugar La vuelta al mundo en ochenta d¨ªas).
Las pel¨ªculas de los hermanos Marx, que ahora se revitalizan, aunque sea a base de los t¨ªtulos m¨¢s conocidos, con un lamentable olvido del resto de su obra: Una noche en la ¨®pera, y Los Marx en el Oeste han sido vistas recientemente. El gui¨®n de ambas pel¨ªculas ha sido editado ahora con un oportuno sentido de la actualidad.
Babelia
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