Bergman antes de Bergman
En Espa?a, en plena dictadura franquista, nos iniciaron en el cine de Ingmar Bergman a trav¨¦s de El s¨¦ptimo sello y El manantial de la doncella que, en su d¨ªa, se consideraron el no va m¨¢s de la audacia. El ¨¦xito fue fulminante y sorprendi¨® a algunos, pero lo cierto es que fue f¨¢cil, un ah¨ª me las den todas de la dictadura. El segundo de estos filmes ofrec¨ªa algunos riesgos y estos los salv¨® la censura adulterando desvergonzadamente su sentido. El primero, El s¨¦ptimo sello, carec¨ªa por completo de riesgos. El aparentemente negr¨ªsimo filme, ten¨ªa un inocuo fondo blanco.El s¨¦ptimo sello ocupa, si mal no recuerdo, el puesto quince o diecis¨¦is en la filmograf¨ªa de Bergman. En la evoluci¨®n personal del prol¨ªfico cineasta sueco es una obra importante, porque prepara el caldo de cultivo de lo que, m¨¢s tarde, va a ser una de las constantes obsesivas de su cine. Me refiero al tema de la muerte, alrededor del cual gravitan las mejores historias contadas por Bergman en su etapa de madurez, que este filme preludia, pero al que no pertenece. El sentido de lo directo, el contacto casi f¨ªsico con el misterio, que es una de las arn¨ªas m¨¢s vigorosas del gran cine berginaniano de El silencio, Persona, Gritos y susurros, La verg¨¹enza o Pasi¨®n, est¨¢ ausente de este aparatoso y enrevesado filme, mucho m¨¢s superficial que lo que sus engoladas y literarias im¨¢genes aparentan.
La estructura itinerante, el l¨²gubre marco medieval, el apoyo grandilocuente, casi oper¨ªstico, de s¨ªmbolos religiosos y m¨ªsticos, el relato en forma de oratorio, el juego, de extracci¨®n teatral, de misterio, de auto, y el clima apocal¨ªptico que envuelve al relato, todo esto y m¨¢s proporcionan a El s¨¦ptimo sello atractivos muy campanudos y de eficacia garan tizada, pero de escaso fuste cinematogr¨¢fico.
La pel¨ªcula est¨¢, seg¨²n la jerga, muy bien hecha, casi demasiado bien hecha, porque abundan en ella los planos exacerbados, abracadabrantes y, en general, una resultoner¨ªa y un desmesurado efectismo en la puesta en escena, plagada de golpes de m¨²sica, de angulaciones exageradas y de una galer¨ªa de personajes abordados m¨¢s desde su mueca y su m¨¢scara que desde un aut¨¦ntico ejercicio de introspecci¨®n. La maestr¨ªa de Bergman en la direcci¨®n de actores, y la propia calidad de estos hace el resto, pero entre los mascarones de este filme y los grandes personajes bergmanianios media un abismo.
El inter¨¦s fundamental de El s¨¦ptimo sello -filme que fue sobrevalorado en su tiempo y que en la actualidad los especialistas en Bergman rechazan casi airadamente- reside hoy, a mi juicio, en su condici¨®n indirectamente pedag¨®gica: es una buena, espectacular y facilona introducci¨®n al complicado mundo de Bergman, una buena gu¨ªa para orientarse en el laberinto de las obsesiones b¨¢sicas de este complejo cineasta. El s¨¦ptimo sello facilita la visi¨®n de las grandes obras de Bergman, pero no es, ni de lejos, una de ellas.
El s¨¦ptimo sello se emite hoy a las 20.15 por la segunda cadena.
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