Las relaciones entre el Reino Unido e Irlanda, en su punto m¨¢s bajo de los ¨²ltimos a?os
Las relaciones angloirlanidesas est¨¢n en su punto m¨¢s bajo de los ¨²ltimos diez a?os. Esta no es s¨®lo la opini¨®n declarada del l¨ªder de la oposici¨®n en la Rep¨²blica de Irlanda, Garret Fitzgerald, quien responsabiliz¨®, en gran parte, de la situaci¨®n al primer ministro, Charles Haughey, sino tambi¨¦n del Gobierno brit¨¢nico, que no perdona la actitud que tom¨® Haughey ante la guerra de las Malvinas.El ministro adjunto del Foreign Office, Douglas Hurd, record¨® al embajador irland¨¦s en Londres que el Gobierno brit¨¢nico no tiene que consultar a Dubl¨ªn sobre los asuntos norirlandeses. Haughey se ha quejado de no haber sido consultado sobre los planes para una autonom¨ªa gradual del Ulster.
La semana pasada, el Parlamento brit¨¢nico aprob¨® la nueva ley para Irlanda del Norte, que prev¨¦ la convocatoria para el 20 de octubre de elecciones locales para una Asamblea norirlandesa, que ir¨ªa ganando gradualmente poderes y autonom¨ªa.
Desde los disturbios de 1969 y la llegada del Ej¨¦rcito brit¨¢nico al Ulster, ¨¦ste ha sido gobernado directamente por Londres. Este es el en¨¦simo plan para una autonom¨ªa. La Asamblea tendr¨¢ que funcionar con decisiones tomadas por un 70% de los representantes, garantizando as¨ª una participaci¨®n a la minor¨ªa. cat¨®lica. Los protestantes se oponen, queriendo gobernar, como mayoria , por s¨ª solos.
El Gobierno brit¨¢nico nota, sin embargo, la p¨¦rdida de apoyo de los sectores pol¨ªticos m¨¢s intransigentes, ya sean cat¨®licos o protestantes. La campa?a del l¨ªder unionista lan Paisley para hacer el Ulster ingobernable ha sido un fracaso. "Su tercera fuerz¨¢ se ha convertido en una tercera farsa", se?al¨® un ministro de la Oficina de Irlanda del Norte.
Londres espera tambi¨¦n la p¨¦rdida de fuerza del IRA (Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s) provisional entre la poblaci¨®n cat¨®lica norirlandesa, tras el colapso de las huelgas de hambre once meses atr¨¢s. Fuentes oficiosas brit¨¢nicas han indicado que se ha multiplicado la informaci¨®n sobre el IRA a las fuerzas de seguridad por parte de la poblaci¨®n cat¨®lica, al tiempo que la Iglesia cat¨®lica se ha robustecido. Estas fuentes se?alan que han aumentado los golpes de castigo de los provos contra los propios cat¨®licos.
El Sinn Fein Provisional, brazo pol¨ªtico del IRA, prev¨¦ participar en las elecciones, sin por ello llegar a ocupar los esca?os que pudiera ganar. La verdadera preocupaci¨®n brit¨¢nica est¨¢ en la dudosa participaci¨®n del SDLP (Partido Social Dem¨®crata y Laborista) moderado cat¨®lico.
El plan que el secretario para Irlanda del Norte, James Prior, ha sacado adelante, superando una dif¨ªcil oposici¨®n de su propio partido conservador, no contempla la dimensi¨®n angloirlandesa del problema del Ulster. Las buenas palabras de la cumbre angloirlandesa entre Haughey y Margaret Thatcher de dos a?os atr¨¢s han quedado olvidadas con la guerra de las Malvinas.
Haughey adopt¨® una l¨ªnea totalmente antibrit¨¢nica sobre este conflicto en el seno de la Comunidad Econ¨®mica Europea y de las Naciones Unidas. Londres acusa a Haughey de falta de franqueza, pues actu¨® sin avisar, como es costumbre, al Foreign Office.
Esta actitud ha llevado a un gran n¨²mero de diputados conservadores brit¨¢nicos a pedir que los irlandeses que habitan en el Reino Unido pierdan el derecho a votar en las elecciones brit¨¢nicas, como es el caso desde 1921. Sin embargo, la colaboraci¨®n entre las fuerzas de seguridad de ambos pa¨ªses en la lucha antiterrorista sigue siendo buena. Este es un inter¨¦s compartido.
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