"Una obra t¨¦cnicamente dif¨ªcil", seg¨²n el pianista Ribera
"Una composici¨®n tradicional pero de instrumentaci¨®n muy moderna que encierra un humorismo al que hay que encontrarle el punto dulce". As¨ª se refiere el pianista espa?ol, nacionalizado sueco, Jos¨¦ Ribera al Segundo concierto, de Luis de Pablo, que se estrena en Santander. "El Segundo concierto es una obra t¨¦cnicamente bastante dif¨ªcil de interpretar, que plantea, sobre todo, problemas r¨ªtmicos", a?ade Ribera. "En ella, Luis de Pablo rinde homenaje al maestro catal¨¢n Federico Mompou, a quien admira desde ni?o. Pero la pieza est¨¢ dedicada a m¨ª, pues de hecho fui yo quien le urg¨ª a escribirla cuando hace tres a?os present¨® Luis, en Estocolmo, su Primer concierto".El concierto de Santander ser¨¢ la segunda vez que Jos¨¦ Ribera act¨²a en Espa?a (la primera fue en la sala F¨¦nix hace unos siete a?os) desde que march¨® al extranjero una vez terminado el servicio militar.
"Me desagradaba profundamente el conservadurismo y la cerraz¨®n de la pol¨ªtica musical en este pa¨ªs. Tuve la suerte de tener un buen maestro, Ram¨®n Mercader, y en Barcelona conoc¨ª el ambiente de tradici¨®n pian¨ªstica creado en torno a Granados y Marshall, pero present¨ªa que fuera hab¨ªa mucho que ver y que hacer. As¨ª que me march¨¦ y descubr¨ª que, mientras en Espa?a me tomaban por loco, en otras partes alentaban mis proyectos", se?ala Ribera.
Primero Jos¨¦ Ribera pas¨® unos meses en Londres aprovechando al m¨¢ximo la intensa actividad musical de una ciudad donde se celebran unos diez conciertos diarios. "Iba cada noche a ver a un pianista distinto, provisto de un bloc de notas en el que apuntaba todas las ideas que su actuaci¨®n me suger¨ªa para intentar aplicarlas a m¨ª mismo", recuerda.
Estuvo despu¨¦s otra temporada en Francia, pero las dificultades para conseguir permisos de residencia y trabajo le empujaron hasta Suecia. "All¨ª trabaj¨¦ un tiempo como friegaplatos hasta que el catedr¨¢tico austriaco Hans Seygraf me acogi¨® de una forma maravillosa. Fui primero su alumno y m¨¢s tarde me hizo ayundante suyo, y cuando abandon¨® Suecia, pas¨¦ a ocupar su c¨¢tedra en la escuela de perfeccionamiento para profesionales que tiene la radio sueca. En ella sigo todav¨ªa con un grupo de seis alumnos escogidos."
A trav¨¦s del Instituto Nacional de Conciertos, la m¨¢s potente organizaci¨®n musical de Suecia con setecientos millones de pesetas de presupuesto anual, Jos¨¦ Ribera ha realizado giras por toda Europa, incluida la URSS. Su amplio repertorio comprende autores muy diversos y ¨¦l mismo confiesa que disfruta esa variedad, tanto en los programas como en las formas de actuaci¨®n. "Me gusta trabajar en solitario, con orquesta sinf¨®nica, con orquesta de c¨¢mara, en teatros, al aire libre o en la televisi¨®n. Con mi mujer, que es rusa, he formado un d¨²o y ambos interpretamos m¨²sica de c¨¢mara", cuenta.
Algunos cr¨ªticos han juzgado a Jos¨¦ Ribera como un consumado especialista en los impresionistas y cl¨¢sicos modernos como Bartok. Otros, por el contrario, consideran que sus mejores interpretaciones son las de Beethoven y Mozart.
"El secreto de un buen pianista est¨¢ un 5% en las dotes personales y un 95% en el trabajo", afirma por su parte Jos¨¦ Ribera "Un trabajo que no se limita a los ejercicios f¨ªsicos de digitaci¨®n frente al piano. Hay que sabe crear un estilo propio al servicio de cada autor que se interpreta, labrarse una personalidad, interesarse por el mundo del arte y de la cultura y, ante todo, tener coraz¨®n".
Con respecto a la realidad musical espa?ola, Jos¨¦ Ribera se muestra bastante optimista: "Parece que las cosas se van arreglando poco a poco. En todo caso, est¨¢n mucho mejor que antes. Tengo la impresi¨®n de que la situaci¨®n de la m¨²sica en Espa?a atraviesa una etapa de transici¨®n. Pero todav¨ªa queda mucho por hacer; reorganizar los conservatorios, crear redes regionales o nacionales de conciertos... En suma, recuperar al p¨²blico perdido y fomentar la rica tradici¨®n musical que existe en varios puntos de Espa?a".
Del modelo de pol¨ªtica musical vigente en Suecia, donde funcionan cuatro teatros de ¨®pera y, s¨®lo en Estocolmo, tres orquestas sinfi¨¢nicas y dos de c¨¢mara, Jos¨¦ Ribera destaca la actuaci¨®n en las escuelas mediante los conciertos escolares (se celebran 50.000 al a?o) o la obligaci¨®n de los municipios de crear escuelas de m¨²sica para todos los ciudadanos, est¨¦n o no especialmente dotados para ella. Por otra parte, en todas las escuelas se construye un aula con las condiciones ac¨²sticas adecuadas para poder ofrecer en ella recitales y conciertos.
Babelia
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