Parados y cagados

A pesar de ser una trabajadora en activo, he tenido la oportunidad de sufrir el deplorable funcionamiento de las oficinas de Empleo cuando, por encargo de un amigo que lleva siete meses sin cobrar, sin que nadie sepia explicarle la raz¨®n, acud¨ª a la situada en la calle de Santa Leonor, n¨²mero 8, con la intenci¨®n de comprobar si, por fin, figuraba en las n¨®minas.Ingenua pretensi¨®n la m¨ªa, a la que hube de renunciar tras haber permanecido en total m¨¢s de nueve horas, durante tres d¨ªas consecutivos (10, 11 y 12 de agosto), en la cola que se forma en el exterior del edificio. Cada d¨ªa nos daban con la puerta en las narices a una hora diferente, y cada d¨ªa se produc¨ªan peque?os tumultos y protestas airadas de los que all¨ª est¨¢bamos, que, en muchos casos, llev¨¢bamos m¨¢s de cuatro horas esperando de pi.e en la calle.

Tales protestas s¨®lo recib¨ªan por contestaci¨®n la ostensible presencia de la Fuerza p¨²blica en la puerta de la oficina, y, claro est¨¢, nos call¨¢bamos, y a casita.

Se conoce que no basta con estar parado, tienes que mendigar lo que te corresponde, pero sin insistir demasiado, porque a lo mejor hasta te apalean. A fin de cuentas, no tienes nada mejor que hacer./

Madrid.