La di¨¢spora palestina, un parche
La di¨¢spora palestina ha comenzado bajo vigilancia de una fuerza internacional de paz que supervisa la retirada de los fedayines de Beirut. Para cualquier observador poco avispado, la marcha palestina hacia diversos pa¨ªses ¨¢rabes puede considerarse el final del hist¨®rico conflicto entre el Estado jud¨ªo y la OLP. Nada m¨¢s lejos de la realidad: la salida de los guerrilleros de Yasser Arafat de su santuario liban¨¦s no representa otra cosa que el aplazamiento de una soluci¨®n coherente para la crisis de Oriente Medio.El statu quo internacional, que convierte en asunto de Occidente la crisis ¨¢rabe-israel¨ª, requiere de salidas como la di¨¢spora palestina para no entrar en crisis. La pobreza de ideas diplom¨¢ticas y de autoridad demostrada por Occidente, a la hora de atajar la agresi¨®n israel¨ª, es el precio inevitable que debe pagar este bloque para mantener intacto el papel de gendarme occidental que Tel Aviv interpreta en Oriente Medio. La salida de los palestinos de L¨ªbano es el precio m¨¢ximo que est¨¢ dispuesto a pagar Israel para seguir en el papel que le ha asignado Occidente.
Desde el bando palestino, la marcha hacia el exilio no tiene otra lectura que la transitoriedad impuesta por una larga guerra. Para la OLP no se trata de una soluci¨®n ni de una derrota, que impone un inevitable adi¨®s a las armas, sino m¨¢s bien de un movimiento de repliegue necesario en una batalla cuya suerte estaba echada. Si las d¨¦biles presiones diplom¨¢ticas norteamericanas no lograron disuadir la amenaza de exterminio que pesaba sobre los irregulares de la OLP, y las protestas verbales de la Uni¨®n Sovi¨¦tica no pasaron del simple gesto, los fedayines no ten¨ªan otra opci¨®n que la marcha o la muerte.
A partir de este punto todo se replantea, pero los elementos esenciales de la crisis ¨¢rabe-israel¨ª persisten: el Estado hebreo no est¨¢ dispuesto a transigir m¨¢s all¨¢ de los logros obtenidos por Egipto en los acuerdos de Camp David, notablemente en lo que ata?e a la creaci¨®n de un Estado palestino situado junto a sus fronteras; los pa¨ªses ¨¢rabes permanecen divididos entre los partidarios de un entendimiento con Israel y los que se pronuncian por anteponer la resoluci¨®n del problema palestino a cualquier otro tema.
En estas condiciones, Oriente Medio vive una situaci¨®n de transici¨®n entre una batalla, con un campo perfectamente determinado, y otra, cuya naturaleza est¨¢ por determinar. Es decir: el conflicto se mantiene irresoluto.
22 de agosto.
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