Hierro, 'Poeta de Cantabria'
?Que lo hacen hijo adoptivo y poeta de Cantabria? Pero si ¨¦se es de aqu¨ª de toda la vida. Si ¨¦se y yo and¨¢bamos por Puerto Chico a la que saltaba. La de urrias que hemos organizado... Tal podr¨ªa decir m¨¢s de uno ante la noticia de que a Jos¨¦ Hierro le han concedido tales nombramientos. Y eso que Pepe es de Santander, aunque los papeles oficiales se empe?en en lo contrario. El mismo lo ha dicho: "Eres de donde paces, no de donde naces". Y en muchos libros viene que naci¨® en Santander en 1922, pero no, porque en realidad naci¨® en Madrid, aunque, eso s¨ª, lo trajeron muy pronto a Santander, y de esta ciudad le quedan los recuerdos m¨¢s s¨®lidos. En Santander surge su poes¨ªa primera: "Santander est¨¢ siempre detr¨¢s de todos los libros que he escrito. El mar, los colores, son siempre aqu¨¦llos".El poeta, que siempre se ha considerado "m¨¢s del Norte y mar¨ªtimo que del centro de la meseta", se cas¨® en Santander, le nacieron los tres primeros hijos, incluido aqu¨¦l al que Juan Ram¨®n apadrinara desde la distancia. En la capital c¨¢ntabra se iniciaron sus singladuras po¨¦ticas cuando se integr¨®, no como uno m¨¢s, sino como basti¨®n esencial, en aquella aventura que se llam¨® Proel. Bajo este mar vieron la luz los libros primerizos Tierra sin nosotros, Con las piedras, con el viento... y, cuando ya Proel hab¨ªa hecho ese silencioso mutis de toda empresa po¨¦tica que se precie, Cantalapiedra le publica la Antolog¨ªa en 1953, y Beltr¨¢n de Heredia, su Estatuas yacentes, dos a?os m¨¢s tarde.
Nadie discut¨ªa a Pepe Hierro su car¨¢cter de monta?¨¦s. El poeta c¨¢ntabro se le llam¨® en m¨¢s de una ocasi¨®n. Sus libros nacen aqu¨ª, y aqu¨ª nacen sus hijos, y aqu¨ª, planta sus primeros ¨¢rboles, all¨¢, en ese minifundio de Liencres, del que tanto disfrut¨®. Este y el modesto piso de Los Pinares son el cord¨®n umbilical que le mantiene unido a la que, de hecho, es su tierra cuando tiene que transferrarse a la meseta castellana.
A partir del instante en que sus ojos se posan en las crestas serranas en lugar de en la bah¨ªa santanderina, a Jos¨¦ Hierro se le incluye en la n¨®mina de tantos santanderinos que han debido emigrar en busca de horizontes m¨¢s amplios. Pero siempre que puede regresa al hogar materno. No hay ocasi¨®n que desaproveche. Unas veces ser¨¢n conferencias en el Ateneo; otras, colaboraciones en diarios y revistas, y desde 1956, todos los agostos, la Universidad Internacional le da la oportunidad de impartir sus clases en el curso de extranjeros. Es su mes de respiro.
Para todo ello, cuando en su tierra se habla de poes¨ªa, Pepe Hierro cuenta entre los primeros. Nunca se niega ni al acto p¨²blico ni al consejo desinteresado al novel que comienza. Cuando en Cabez¨®n de la Sal se crea el D¨ªa de la Monta?a, hoy D¨ªa de Cantabria, es la voz del poeta la primera que se deja o¨ªr. Desde entonces, y ya son dieciocho a?os, nunca ha faltado a la cita.
?Pero qu¨¦ ha ocurrido para que su tierra y sus gentes ("siempre digo que soy de Santander") se vuelquen en homenajes desde hace unos meses? Jos¨¦ Hierro es distinguido con el Premio Pr¨ªncipe de Asturias, y su figura se sit¨²a en la c¨²spide del mundillo po¨¦tico. ?Pueden caber dudas sobre su identidad? ?Nos lo van a arrebatar? El Ayuntamiento crea un premio de poes¨ªa para j¨®venes escritores que lleva el nombre de Jos¨¦ Hierro. El Ateneo lo nombra monta?¨¦s honorario y, como colof¨®n, la Diputaci¨®n Regional decide darle el t¨ªtulo de hijo adoptivo y poeta de Cantabria; hoy precisamente es el d¨ªa en que el poeta recibir¨¢ estos ¨²ltimos t¨ªtulos en un solemne acto. Simult¨¢neamente se presentar¨¢ el ¨²ltimo n¨²mero de la revista Pe?alabra, ¨ªntegramente dedicada a Jos¨¦ Hierro. Una entrega de este ejemplar, que pronto se agotar¨¢, aunque se haya duplicado la tirada. Por si alguna duda pudiera albergarse, a partir de hoy ostentar¨¢ con todo orgullo el t¨ªtulo de hijo adoptivo de Cantabria, que es tanto como dar el espaldarazo oficial a una situaci¨®n reconocida ya de hecho. Jos¨¦ Hierro podr¨¢ gritar con m¨¢s fuerza aquellos versos suyos: "Si muero, que me pongan desnudo, / junto al mar. / Ser¨¢n las aguas grises mi escudo / y no habr¨¢ que luchar./ Si muero que me dejen a solas. El mar es mi jard¨ªn. / No puede, quien amaba a las olas /desear otro fin". Este trozo de tierra junto al mar lo tiene garantizado por derecho de ciudadan¨ªa. Hoy Santander ser¨¢ m¨¢s de Jos¨¦ Hierro, y Jos¨¦ Hierro, m¨¢s de Santander.
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