Residuos de 'baja actividad'

Los residuos radiactivos que se est¨¢n vertiendo en el Atl¨¢ntico est¨¢n considerados como de baja actividad, por comparaci¨®n con otros procedentes de los reactores de las centrales nucleares, calificados de alta actividad. Los primeros producen una radiaci¨®n m¨¢xima de cien curios por tonelada de residuos de larga vida y los segundos emiten una radiactividad de hasta cuatro millones de curios por tonelada. Sin embargo, en los bidones que contienen los residuos de baja actividad tambi¨¦n se admiten sustancias que emiten hasta un mill¨®n de curios, siempre y cuando su per¨ªodo de vida sea inferior a medio a?o. El curio es la unidad de medida de las radiaciones y equivale a la radiactividad emitida por un gramo de radio.Mediciones efectuadas en una mina de sal alemana que conten¨ªa 1.200 barriles con residuos de baja actividad, similares a los 2.000 que hace unas semanas arroj¨® al oc¨¦ano Atl¨¢ntico el buque brit¨¢nico Gem o a los que ahora proyectan verter los buques holandeses, se?alaban una radiaci¨®n de 120.000 curios. Entre las sustancias que albergan estos bidones pueden encontrarse elementos como el Cesio-137, que tarda 33 a?os en perder por irradiaci¨®n la mitad de su energ¨ªa. El periodo de tiempo necesario para que estos residuos pierdan su peligrosidad se estima en trescientos a?os.

La cantidad de radiactividad que se vierte en la fosa atl¨¢ntica situada a 700 kil¨®metros de las costas espa?olas var¨ªa de a?o en a?o. As¨ª, en 1981 se arrojaron al mar 7.200 toneladas con un potencial radiactivo de 111.100 cusios. Este mes de agosto se verter¨¢n en esta zona 13.000 toneladas. Los productos que contienen estos bidones son de todo tipo, desde Iodos contaminados, aparatos en desuso, ropas, l¨ªquidos, cenizas, etc¨¦tera, procedentes de centros m¨¦dicos e instalaciones en general que utilicen aparatos radiol¨®gicos.

Seg¨²n declaraciones efectuadas a la revista inglesa Atom por John Lewis, director adjunto de la divisi¨®n de tecnolog¨ªa qu¨ªmica de HarweIl, instituci¨®n que se ocupa de todo el tema de residuos radiactivos en Inglaterra, "los contenedores arrojados al mar para quedar depositados en el lecho marino no est¨¢n dise?ados para evitar que el agua de mar alcance el material contaminado; cuando el Organismo Internacional de Energ¨ªa At¨®mica (OIEA) decide qu¨¦ tipos de residuos no deben ser arrojados al mar, asume desde el primer momento que de los bidones va a escapar la radiactividad y que ¨¦sta va a alcanzar los fondos marinos; los bidones tienen que llegar intactos, sin embargo, al fondo del mar". Las autoridades responsables del tema parten de la hip¨®tesis de que esta contaminaci¨®n radiactiva no causa mayores perjuicios a la vida marina.

Hay dos tipos de contenedores. Unos son bidones de acero rellenos de hormig¨®n y todo ello, a su vez, encajado en otro barril exterior. El espesor del hormig¨®n y del acero depende de la actividad del residuo que lleve dentro. Otro modelo de bidones lleva asfalto en lugar de hormig¨®n. El OIEA asume que en la fosa Atl¨¢ntica mencionada es posible un vertido m¨¢ximo anual de 100.000 toneladas durante 40.000 a?os. La elecci¨®n de un basurero at¨®mico se efect¨²a teniendo en cuenta la ausencia de cables submarinos y de flotas pesqueras, as¨ª como las distancias de la plataforma continental y de todo tipo de islas. Igualmente, se utilizan profundidades de unos 4.000 metros.

La fosa atl¨¢ntica situada enfrente de las costas gallegas ha venido utiliz¨¢ndose durante los ¨²ltimos treinta a?os.

En Espa?a los residuos radiactivos de baja actividad son trasladados al centro de energ¨ªa nuclear Juan Vig¨®n, situado en la ciudad universitaria de Madrid. All¨ª se envasan en bidones que posteriormente se trasladadan a una antigua mina situada a pocos kil¨®metros de Hornachuelos, en C¨®rdoba.

En este mismo lugar la Junta de Energ¨ªa Nuclear almacena contenedores con residuos de baja y media actividad procedentes de las centrales nucleares espa?olas.