El cambio que nosotros esperamos
El presidente del Gobierno, haciendo uso de las prerrogativas que le confiere el art¨ªculo 115 de la Constituci¨®n, ha disuelto anticipadamente las C¨¢maras. No es buena cosa la disoluci¨®n anticipada, sobre todo cuando viene impuesta por unos hechos cuyo origen principal radica en la falta de voluntad pol¨ªtica de un Gobierno y su partido para llevar a t¨¦rmino la soluci¨®n adecuada de los problemas de Espa?a.Una mirada retrospectiva a la legislatura hoy fenecida nos muestra una ¨¦poca llena de zozobras, dudas, en la que UCD ha desbaratado el posible capital pol¨ªtico acumulado durante el per¨ªodo constituyente. Es cierto que la actual legislaci¨®n ofrec¨ªa ya muy pocas salidas, pero las hab¨ªa hace unos meses, sobre todo despu¨¦s de las elecciones auton¨®micas gallegas, en las que s¨ª exist¨ªa un clima favorable a la construcci¨®n de mayor¨ªas estables y naturales que hubiesen permitido agotar la legislatura y aun poder ofertar un cierto activo pol¨ªtico a la naci¨®n. La incoherencia de UCD, fruto de su amplia diversidad ideol¨®gica, de sus vicios originarios, de los particularismos, de la falta de liderazgo de las baron¨ªas, fontaner¨ªas, etc¨¦tera, hicieron inviable la necesaria formaci¨®n de coaliciones estables, l¨®gica y natural salida a una situaci¨®n parlamentaria en la que ning¨²n partido hab¨ªa obtenido una clara mayor¨ªa. Adem¨¢s, las vicisitudes por las que ha atravesado la vida pol¨ªtica espa?ola en estos tres largos a?os han sido de tal entidad que resulta dif¨ªcil entender c¨®mo se ha podido llegar tan lejos.
Pero la actual situaci¨®n de desencanto y la necesidad de convocar elecciones generales no es s¨®lo fruto de la impericia del partido gobernante, sino que tambi¨¦n es preciso responsabilizar de ello al primer partido de la oposici¨®n, el PSOE, ya que por la v¨ªa del poco afortunado consenso ha participado e influido muy considerablemente en el proceso de gobierno que ha conducido al actual momento, caracterizado por la lacerante situaci¨®n econ¨®mico-social de la vida espa?ola, traducida en un elevado incremento de la tasa de pago, de la inflaci¨®n, y aderezada por un terrorismo no-resuelto y por una inseguridad y falta de confianza en el futuro de todos los espa?oles.
Por eso el momento presente demanda la necesidad imperiosa de dar una nueva orientaci¨®n a la vida del pa¨ªs. Se impone un cambio real y no ficticio. Consideramos agotadas las f¨®rmulas de centro-izquierda o de centrocentro que los se?ores Su¨¢rez y Calvo Sotelo han propugnado en sus poco brillantes per¨ªodos gobernativos. En estos momentos, en los que UCD es ya un partido residual que ha reconocido expl¨ªcitamente su incapacidad para continuar la labor de gobierno y al que los sondeos de opinion no le dan pr¨¢cticamente ninguna beligerancia futura, puede caber la tentaci¨®n de buscar el cambio necesario en la izquierda socialista.
Craso error ser¨ªa este. El socialismo o la socialdemocracia propugnada por el PSOE es una f¨®rmula que ha demostrado su incapacidad para dar una adecuada respuesta a las necesidades de la Europa moderna, tal y como ocurre en Alemania o Francia, donde los socialistas retroceden en cada elecci¨®n parcial de las celebradas ¨²ltimamente.
Optar por los socialistas no es optar por un cambio real. Es decantarse por una mayor burocratizaci¨®n, por una m¨¢s pesada intervenci¨®n del Estado en los asuntos p¨²blicos, por un seguro incremento de los impuestos y, en suma, por un modelo de sociedad que puede desembocar en una considerablemente, peor situaci¨®n econ¨®mica.
La falta de creencia de los socialistas en la iniciativa privada puede ahogar, a trav¨¦s de un receptor p¨²blico macroc¨¦falo, gran. parte de esas empresas grandes, peque?as o medianas que son una de las garant¨ªas fundamentales de un futuro pr¨®spero y libre.
El cambio real, sustancial, que dentro de la Constituci¨®n y naturalmente con un profundo sentido democr¨¢tico, al cual los espa?oles pueden aspirar, pasa por las coordenadas de un partido democr¨¢tico, constitucional, con un programa claro, coherente, con soluciones para un futuro pr¨®ximo y menos pr¨®ximo, comprometido con la libertad en el m¨¢s amplio sentido de la palabra. Social, en su sentido m¨¢s profundo, que es el de mejorar el nivel de vida de todo y el de practicar realmente el principio de igualdad de oportunidades, trascendiendo de obsoletas f¨®rmulas radicales que predican de una forma u otra la lucha frente al di¨¢logo y la revancha frente a la cooperaci¨®n. El momento dif¨ªcil en el que vive la Humanidad demanda tambi¨¦n claridad en la acci¨®n exterior; dos concepciones del mundo existen hoy, los espa?oles europeos y occidentales estamos claramente situados en una de ellas.
Las elecciones son un hecho. Lo afrontaremos con serenidad y con la conciencia tranquila de quien tiene algo positivo que ofrecer y tambi¨¦n con la garant¨ªa de nuestros ¨¦xitos recientes en Galicia y Andaluc¨ªa. El 28 de octubre hay que optar. Primero, t¨®mese conciencia de la necesidad de participar, huyendo de la comodidad abstencionista. Segundo, ¨®ptese por un cambio hacia la prosperidad y el progreso, no hacia nuevos experimentos y a una perdida a¨²n mayor de confianza, el cambio que todos esperamos.
Alianza Popular, consciente de su compronuso con el pueblo espa?ol, se dispone a realizar una campa?a seria, al t¨¦rmino de la cual los espa?oles puedan conceder su confianza a un equipo coherente de hombres y mujeres agrupados en torno a un programa serio de gobierno. Estoy seguro que los espa?oles dar¨¢n su confianza a Alianza Popular.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.