La ¨²ltima esperanza blanca

La derecha, perdida toda esperanza de retener la totalidad del poder, se dispone a confiar en los milagros. Pero como ¨¦stos no suelen producirse con la debida frecuencia, no se ha limitado a encender las velas en su espera.El que la visita de Karol Wojtila coincida con lo que, en buena l¨®gica, debiera ser el punto culminante de las respectivas campa?as electorales, es una carta, la ¨²ltima, que Calvo Sotelo se ha sacado de la manga.

La pretensi¨®n de que la visita papal se mantenga dentro de los l¨ªmites del et¨¦reo terreno de laespiritualidad es absurda, pues el propio Calvo Sotelo la ha politizado desde el mismo momento en que decidi¨® hacerla coincidir con los comicios.

El Papa, si no quiere entrar en este juego, deber¨ªa protestar por esta convocatoria exageradamente apresurada, considerarla una descortes¨ªa y, naturalmente, postergar su viaje. Pero nos tememos que no lo haga. La atenci¨®n de este Papa por las pompas y poderes del mundo terrenal es de sobra conocida: por si a¨²n faltara alguna prueba, el enaltecimiento del Opus Dei a prelatura personal, la ha dado. El Opus, siguiendo las normas de su fundador, el marqu¨¦s de Peralta, monse?or Escriv¨¢, no s¨®lo se inmiscuy¨® en las cuestiones terrestres, sino que fue una de las principales apoyaturas de los ¨²ltimos Gobiernos del franquismo.

Y este Papa -record¨¦moslo-, no tuvo ning¨²n reparo en dar la comuni¨®n a Galtieri durante su incursi¨®n pol¨ªtica a Argentina, durante la crisis de las Malvinas. As¨ª las cosas, la visita papal debe ser pospuesta. ( ... )

29 de agosto