No s¨®lo de Opus vive la Iglesia
Hay noticias, casi rutinarias, que se desorbitan, mientras que otras, de largo alcance, pasan desapercibidas. Hoy los buceadores de la historia est¨¢n haciendo los m¨¢ximos esfuerzos por sacar del oc¨¦ano de nuestra memoria ancestral tantos y tantos eslabones perdidos que nos expliquen la raqu¨ªtica historia de meras sucesiones de reyes y dinast¨ªas, aderezada con una batalla que otra.La historia estuvo llena de una riqu¨ªsima vida cotidiana, que nunca pas¨® al papel, sino que qued¨® remansada en esa memoria del inconsciente, de la que habla Jung, y que, cuando menos se piensa, sale a la luz del consciente con la ayuda de algunos hallazgos sensacionales, tanto en el ramo de la paleograf¨ªa como en el de la arqueolog¨ªa.
Algo de esto est¨¢ pasando con la noticia, digna de primera p¨¢gina, de que la asociaci¨®n religiosa cat¨®lica denominada Opus Dei ha recibido del Papa un estatuto especial en virtud, del cual cambia de ministerio, o sea, que en vez de depender de la Congregaci¨®n romana de Religiosos pasa a hacerlo de la no menos romana Congregaci¨®n de Obispos: el superior general de la obra ser¨¢ un obispo, que podr¨¢ actuar independientemente (como hasta ahora lo hab¨ªa hecho) dentro de las fronteras de su instituci¨®n.
Eso s¨ª (y esto lo repiten insistentemente los portavoces del Opus), los miembros de la instituci¨®n no podr¨¢n actuar en los territorios jurisdiccionales de los obispos sin consentimiento de ellos.
En definitiva, se trata de reanudar una tradici¨®n interrumpida en la Iglesia desde el siglo XVII, cuando dos congregaciones, precisamente espa?olas (escolapios y hermanos de San Juan de Dios), fueron declaradas "¨®rdenes religiosas exentas". El hecho de que actualmente el Opus Dei pertenezca a la Congregaci¨®n de Obispos, donde, hoy por hoy, cuentan con un amigo y protector en el cardenal Baggio (mientras que en la de Religiosos tienen al progresista Pironio), puede volv¨¦rseles el d¨ªa de ma?ana en su contra: la historia da muchas vueltas, y no podemos adivinar c¨®mo ser¨¢ la estructura del v¨¦rtice vaticano al final de siglo.
...Sino de comunidades populares
Quer¨ªa decir, con el t¨ªtulo, que la Iglesia cat¨®lica, en toda su inevitable ambig¨¹edad, no s¨®lo tiene en su seno a instituciones como el Opus Dei, sino tambi¨¦n a un fen¨®meno, mucho m¨¢s amplio y de mayores consecuencias para la fe cristiana, que es el de las comunidades populares cristianas. Y hablo de todas aquellas que est¨¢n en el seno de la misma Iglesia cat¨®lica: s¨®lo en Brasil hay unas 80.000, en perfecta conexi¨®n con sus presb¨ªteros y sus obispos. En Am¨¦rica Latina tenemos ejemplos maravillosos, como el de alg¨²n obispo que desde el exilio ha organizado su di¨®cesis a base de estas comunidades, muchas de las cuales funcionan sin poder tener contacto con sacerdotes, si no es con grandes riesgos y casi en la clandestinidad.
?Y en Espa?a? No nos podemos quejar. El pasado a?o tuvimos en Madrid el primer congreso, a nivel de Estado, convocado por la Asociaci¨®n de Te¨®logos Juan XXIII y gestionado por innumerables colectivos, como C¨¢ritas Nacional, Comunidades Cristianas Populares, etc¨¦tera.
Este a?o, desde el 6 de septiembre hasta el 12 del mismo mes, se celebrar¨¢ el segundo congreso, sobre Esperanza de los pobres, esperanza cristiana. La convocatoria sigue siendo la misma, pero entre los que gestionan el congreso se ha aumentado el abanico: HOAC, J¨®venes de AC, Movimiento Junior, Justicia y Paz, JEC, JOC, etc¨¦tera.
El pasado a?o tuvimos que refugiarnos en la amable hospitalidad del sal¨®n de actos de la Fundaci¨®n Pablo VI (avenida de Juan XXIII, 3), ya que los locales encargados previamente no pod¨ªan albergar la inmensa multitud que asisti¨® y particip¨® en el congreso. Este a?o partimos de esta misma hospitalidad.
Si alguno pregunta las diferencias que puede haber entre la instituci¨®n del Opus Dei y todo este movimiento de cristianos de base, yo dir¨ªa que aqu¨¦lla se agarra a un texto del Evangelio donde Jes¨²s dice "que es m¨¢s f¨¢cil que un camello pase por el ojo de una aguja que no que un rico se salve; sin embargo, para Dios no hay nada imposible". Ellos trabajan incesantemente por obtener este dif¨ªcil milagro de la salvaci¨®n y de la conversi¨®n de las ¨¦lites humanas. Y nosotros les deseamos el mayor ¨¦xito. Los frutos ser¨¢n la mejor y ¨²nica prueba.
Los movimientos del cristianismo de base van por otro camino: comprenden que los pobres son una especie de lugar teol¨®gico, desde donde ¨²nicamente se puede comprender perfectamente la profundidad de la fe cristiana.
Y hay otra diferencia: mientras el Opus Dei es muy celoso de su formaci¨®n interna, las comunidades populares tienen las puertas abiertas y est¨¢n encantadas cuando por ellas se cuelan los pastores oficiales de la Iglesia. El pasado a?o s¨®lo asistieron a nuestro congreso dos obispos. Este a?o esperamos la asistencia de algunos m¨¢s. Nos interesa la conexi¨®n con la jerarqu¨ªa porque creemos en su buena fe: ?hasta los obispos pueden convertirse! ?Por qu¨¦ no?
Y, finalmente, hay un hecho muy espec¨ªfico: la Asociaci¨®n de Te¨®logos Juan XXIII, que en su seno abarca un buen n¨²mero de los profesionales de la teolog¨ªa en nuestro pa¨ªs, ha comprendido que al pueblo no hay que darle estampitas y f¨¢ciles preguntas y respuestas a lo Astete o a lo Ripalda, sino teolog¨ªa de primera clase. Para el pueblo es lo mejor, aunque, claro est¨¢, adapt¨¢ndose a su mentalidad y procurando enriquecerse con la rica experiencia que el mismo pueblo aporta a la reflexi¨®n teol¨®gica sobre la fe cristiana.
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