La vida de Marcel Mar?eau, dentro y fuera de la escena
Marcel Marceau, el n¨²mero uno del mimo, permanece en Espa?a. Desde Bilbao, donde volvi¨® a encontrar un p¨²blico joven y entusiasta en las actuaciones programadas por la Caja de Ahorros Municipal, Marceau habla de su recorrido por el arte y la vida, donde "el ¨²nico movimiento importante", confiesa, "es el de las ideas en la cabeza". Marceau, que prepara sus pr¨®ximas actuaciones previstas para finales de este mes de septiembre en el Olimpia madrile?o -antes de iniciar una gira por la China-, augura un pronto renacimiento a la escena espa?ola, con la que desea estrechar lazos.
A primera hora de la ma?ana y cuando a la puerta del hotel le espera su gastado Mercedes, la estrella del mimo no es el Marceau que, pocas horas antes, clamaba entre bastidores ?ici, personne!. Ahora, acompa?ado de uno de sus cuatro hijos, que ha pasado sus ¨²ltimos a?os entre Katmand¨² e Ibiza, una amiga americana y un caniche que se despereza en el terciopelo junto a su amo, es un Marceau paciente que se esfuerza en reproducir en palabras calmas lo que han expresado sus gestos durante sesenta a?os.Aunque sea para hablar de s¨ª mismo, es un personaje m¨¢s en el c¨ªrculo ma?anero de contertulios, donde la informadora entra por un rato en la "gran familia del artista", la "familia universal donde caben todos los regionalismos y tradiciones sin fronteras, como el arte y la libertad".
En el grupo hay prisas por el viaje, pero Marceau, es comediante del siglo que ha recorrido 65 pa¨ªses con su "elipsis del gesto y la acci¨®n", para s¨ª mismo "la ¨²nica verdad de las cosas", no se inmuta por los vaivenes geogr¨¢ficos. "Los que han puesto en marcha el motor del arte y la vida a lo largo de la historia", argumenta, "no se movieron de su sitio. Einstein, el padre de la relatividad, no se movi¨® de la universidad de Ulm, el pintor Rafael estuvo siempre en su estudio y Homero, el creador del viajero Ulises, no sali¨® de su lugar de siempre". En este punto de la conversaci¨®n, Marceau hijo disiente y la discusi¨®n paterno-filial se enreda hasta que el padre zanja. "Seguiremos en el coche", dice.
Las prisas de Marceau, que el pr¨®ximo octubre actuar¨¢ por vez primera en China, se orientan a ensamblar su arte con la cultura de todo el mundo m¨¢s que a visitar nuevos pa¨ªses. "El mundo est¨¢ entretenido", afirma, "por la gente que viaja, pero a m¨ª me preocupa que el mundo no est¨¦ mejor, que haya miserias y guerras".
El gran misterio
Quiz¨¢ por esta preocupaci¨®n, su ¨²ltimo repertorio en Espa?a ha presentado La parodia del soldado entre sus viejas alegor¨ªas de los a?os cuarenta, as¨ª como una tem¨¢tica de poes¨ªa en los distintos papeles de su personaje Bip, a trav¨¦s de los cuales "quiero comunicar la ilusi¨®n por la vida", dice Marceau, que reafirma su propia ilusi¨®n "cada vez que descubro en un pa¨ªs el coraz¨®n del pueblo".En cuanto al tiempo, dice, le es ajeno. "No existe, se escapa. Lo ¨²nico importante es lo que permanece: la cultura". Est¨¢ terriblemente preocupado, en cambio, por el mundo de la imagen que utiliza para plasmar su concepto del tiempo a trav¨¦s de la pel¨ªcula de Fellini, Roma ("Cuando los motoristas se escapan y avanzan las esculturas").
Mientras que a la cultura y la creaci¨®n, medita Marceau, le queda la esperanza de la eternidad y la permanencia, para despu¨¦s de la vida, hay para Marceau "un gran misterio". Marceau, para quien son tambi¨¦n un misterio sus dos hijas peque?as, piensa que los j¨®venes son la esperanza de la vida, "como lo fuimos nosotros despu¨¦s de la guerra". Aunque reconoce que "no tiene poder ni lo tendr¨¢ nunca", asigna, sin embargo, a la juventud un importante papel en favor de las soluciones de paz en la hora actual, "a trav¨¦s de un equilibrio entre la inteligencia y la aventura".
Marceau, que ha vuelto a encontrar a los j¨®venes entre su p¨²blico de Espa?a, observa "despu¨¦s de cuarenta a?os" un proceso de aprendizaje y creatividad, que por lo que se refiere al mundo del teatro y el arte esc¨¦nico, opina, "dar¨¢ pronto interesantes frutos". El artista, que valora el cine de Saura y Bardem, entre los autores espa?oles, y se confiesa amigo de Gades, Antonio y Escudero entre los artistas de la danza, espera llegar a una vinculaci¨®n mayor con el arte y los artistas de Espa?a, uno de los pa¨ªses que m¨¢s le atraen, junto a Italia, dentro de los europeos.
Marceau continuar¨ªa hablando, pero el Mercedes se pone en marcha. En el grupo familiar, Marcel Marceau, contin¨²a su viaje hasta que "como a todo el mundo", dice, "me llegue la hora de parar".
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