Disparan una granada contra el cuartel de la Guardia Civil de la localidad vizca¨ªna de Durango

Una granada de carga hueca explot¨® en el acuartelamiento de la Guardia Civil de Durango al filo de la madrugada de ayer, sin causar da?os personales. El proyectil, que fue disparado con un lanzagranadas desde una explanada distante unos doscientos metros, se estrell¨® en la fachada principal del cuartel, provocando un boquete de grandes dimensiones. Tambi¨¦n la noche pasada dos cargas explosivas destruyeron en gran parte un caser¨ªo propiedad del Ej¨¦rcito situado en el barrio donostiarra de Ayete.La onda expansiva de la granada disparada contra el cuartel de Durango afect¨® a algunas dependencias del edificio, destruyendo adem¨¢s puertas y ventanas. Las p¨¦rdidas materiales son importantes, seg¨²n informaron fuentes de la propia Guardia Civil. Antes de disparar, y para precisar el tiro, el comando autor del atentado, formado al menos por cuatro personas, apoy¨® el lanzagranadas en un veh¨ªculo Seat 124, matr¨ªcula BI 8273-D, robado horas antes a punta de pistola en el mismo pueblo de Durango.

Bombas contra el Ej¨¦rcito

La misma noche, a eso de las 23.30 horas, dos cargas explosivas, compuestas cada una de ellas por 2,5 kilos de goma 2, destruyeron en buena parte el caser¨ªo situado en una granja propiedad del Ej¨¦rcito situada en el barrio donostierra de Ayete. El comando autor del atentado amenaz¨® previamente con sus armas a los dos soldados que trabajan en la granja y que habitualmente visten de paisano y no llevan armas.

Los militares, uno de los cuales se encontraba durmiendo en el momento de ser sorprendidos, fueron encadenados a un poste cercano por dos encapuchados, que les indicaron que no deb¨ªan aproximarse a la granja, en el supuesto de que se liberaran, ya que hab¨ªan sido colocadas varias cargas explosivas.

Una hora despu¨¦s, ETA Militar reivindicaba en una llamada al diario Egin la acci¨®n, e informaba del lugar donde se encontraban encadenados los dos soldados. Fuentes del Gobierno Civil restaron importancia al atentado, y destacaron que los dos soldados no portaban armas ni efectuaban misi¨®n alguna de vigilancia en la granja en el momento de ser sorprendidos.