El presidente Marcos vuelve a EE UU despu¨¦s de 18 a?os
Washington concede gran importancia a la estabilidad de Filipinas, que considera como su principal junto de apoyo estrat¨¦gico en Asia, seg¨²n se subraya en c¨ªrculos allegados a la Administraci¨®n Reagan la v¨ªspera del inicio de una visita oficial a Estados Unidos del presidente filipino Ferdinand Marcos, la primera en dieciocho a?os.
El jefe de Estado asi¨¢tico es esperado en Washington ma?ana mi¨¦rcoles para realizar una visita oficial de seis d¨ªas de duraci¨®n. Se trata de su primer viaje a Estados desde 1964. El presidente Marcos, al que acompa?a su esposa Imelda, ser¨¢ recibido por el presidente Reagan y se entrevistar¨¢ con los principales miembros de la Administraci¨®n norteamericana.La estancia de Ferdinand Marcos en Estados Unidos estar¨¢ rodeada de importantes medidas de seguridad. Varios grupos de la oposici¨®n a su r¨¦gimen, cuyos militantes proceden de la colonia de 800.000 emigrantes filipinos residentes en Estados Unidos, han anunciado su intenci¨®n de organizar manifestaciones contra la presencia del presidente filipino en la capital federal.
Libro oportunista
La visita coincide con la publicaci¨®n de un libro, de casi 500 p¨¢ginas, del que es autor el mandatario filipino, en el que se intenta justificar ante los ojos de los estadounidenses la dictadura de Marcos. El presidente llama a su r¨¦gimen "autoritarismo constitucional" y argumenta que la decadencia del poder norteamericano hace inviable la adopci¨®n de este modelo pol¨ªtico en un pa¨ªs como Filipinas.Marcos, que considera que cualquier suavizaci¨®n de su gobierno dejar¨¢ a Filipinas en manos de los comunistas, afronta una creciente oposici¨®n en el archipi¨¦lago que dirige. Sus denuncias de compl¨® contra ¨¦l y su sistema tienen poca credibilidad en Estados Unidos, donde Sindicatos, intelectuales y grupos religiosos insin¨²an que es un montaje destinado a perpetuar su poder y destruir a los movimientos que se oponen al r¨¦gimen de Manila.
El estado de las relaciones entre Washington y Manila es actualmente mucho mejor que en tiempos de la Administraci¨®n del presidente Jimmy Carter, cuyas cr¨ªticas contra las violaciones de los derechos humanos en Filipinas originaron fuertes tensiones entre ambos gobiernos.
Hace tan s¨®lo un a?o, el vicepresidente norteamericano George Bush se felicit¨® publicamente, durante una visita a Manila, de la actitud democr¨¢tica del presidente Marcos.
El porvenir de las bases militares norteamericanas en Filipinas ser¨¢ uno de los principales temas abordados durante la visita de Marcos, indican fuentes oficiales estadounidenses. El presidente Marcos formul¨® recientemente su intenci¨®n de conseguir un importante incremento de la ayuda b¨¦lica y econ¨®mica proporcionada por Estados Unidos a cambio de la conservaci¨®n por Washington de la base a¨¦rea de Clark y de la base naval de Subic Bay.
Estados Unidos acept¨® en enero de 1979 suministrar a Filipinas una ayuda militar y econ¨®mica anual de cien millones de d¨®lares (110.000 millones de pesetas) hasta 1984, a?o en el cual el acuerdo bilateral sobre la utilizaci¨®n de las dos bases por el Ej¨¦rcito norteamericano deber¨¢ ser renegociado.
"No nos oponemos al principio de un aumento de la ayuda militar y econ¨®mica, porque las bases de Subic Way y de Clark revisten una importancia estrat¨¦gica vital, pero tenemos, sin embargo, que tomar en consideraci¨®n los actuales problemas econ¨®micos", afirm¨® en privado un especialista asi¨¢tico del Departamento de Estado.
La base de Clark es la m¨¢s importante instalaci¨®n militar de Estados Unidos en el extranjero, mientras la de Subic Bay, principal puerto de atraque de la VI Flota en el Pac¨ªfico, cuenta con el mayor almac¨¦n, naval del mundo.
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