Los toros de la pata chula
Los toros de ayer sal¨ªan con la pata chula. Alguien tiene que explicar la raz¨®n por la cual en todo un Madrid, ante la c¨¢tedra y, para abrir boca, en una feria que naci¨® con vocaci¨®n de postinera, los toros salen con la pata chula. Dicen taurinos que hay una enfermedad, un error ganadero, un aqu¨¦l -en cualquier caso, misterios camperos- que ha convertido en cojos a los toros. Pero no nos lo creemos.Principalmente, la afici¨®n, que es quien importa, no se lo cree, y ayer manifest¨® escepticismo con rigor t¨¦cnico e indignado acento. "?Esto es una maf¨ªa!", clamaba, y de ah¨ª para arriba. La afici¨®n y sus sutiles indirectas, al fin.
El caso es que los toros sal¨ªan con la pata chula, no importaba que fueran titulares, sustitutos o sobreros. El quinto exhib¨ªa una chuler¨ªa ancestral y apareci¨® por el toril dando bandazos y exultantes cadereos. La presidencia se apresur¨® a devolverlo al corral, pero el animalito no pudo irse, pues en una carrera cay¨® y ya no se pudo levantar. Lo apuntill¨® Agapito.
Plaza de Las Ventas, 17 de septiembre
Segunda corrida de la Feria de Oto?o.Dos toros, segundo y sexto, de Celestino Cuadri- tercero y cuarto, de Mart¨ªnez Elizondo, primero y quinto, sobreros de Terrubias. Todos con gran trap¨ªo, casi todos cojos; quinto, con poder. Emilio Mu?oz. Pinchazo hondo bajo (palmas). Estocada (divisi¨®n y saludos). Paco Ojeda. Dos pinchazos, estocada, rueda de peones y dos descabellos (aplausos y saludos). Dos pinchazos y estocada corta muy baja (silencio). Luis Reina. Seis pinchazos, descabello -aviso-, y dos descabellos m¨¢s (silencio). Estocada trasera y cuatro descabellos (aplausos).
La pomposa corrida de feria empez¨® remendada, pues de los anunciados toros de Cuadri s¨®lo pasaron el reconocimiento tres, y durante su transcurso, a la vista de las patas chulas, se apedaz¨® con sobreros de Terrubias. El chuleo, por a?adidura, no ten¨ªa trazas de terminar nunca, y cuando rod¨® el ¨²ltimo cojo ya llev¨¢bamos m¨¢s de dos horas y media de espect¨¢culo. En realidad, en ese espect¨¢culo no hab¨ªamos visto apenas nada, si no es desfilar cojos y si no es la poderosa y bronca pelea del manso de Terrubias que sali¨® en quinto lugar, el cual hiri¨® a un caballo, desmont¨® a un picador, quiso asesinar a Juanili y sembr¨® el desconcierto en el ruedo.
A ese toro de abrigo lo quiso torear Paco Ojeda como hab¨ªa hecho en el segundo, que result¨® noble. Es decir, de costadillo, la pierna contraria atr¨¢s -la muleta tambi¨¦n- y el pico por delante. Impresion¨® Ojeda en esa su primera faena, porque aguantaba serenamente las acometidas, por lo cerca que se pas¨® los pitones, por la injajeza de su verticalidad. Pero ni se le ocurr¨ªa cargar la suerte y los muletazos le resultaban de par¨®n. Es evidente que con semejantes recursos es imposible dominar a un poderoso manso que sabe lat¨ªn. Un matador de alternativa deber¨ªa saberlo de corrido.
Mejor toreo practic¨® Emilio Mu?oz con el tambi¨¦n noble cuarto, ejemplar de trap¨ªo, hierro Mart¨ªnez Elizondo, que por su hermosura fue ovacionado de salida. Cuaj¨® ese toreo al principio de su faena, bien planteada, mandona en las dos primeras series de naturales, que lig¨® con el de pecho. Ocurre, sin embargo, que Emilio Mu?oz tiene properisi¨®n a escorarse hasta ¨¢ngulos inveros¨ªmiles cuando remata los muletazos, y as¨ª los afea; y como adem¨¢s de arte no anda sobrado, la faena decay¨® a medida que se producia, y acab¨® disgustando al personal.
Cerraba la terna Luis Reina, tambi¨¦n llamado -por la empresa, suponemos que interesadamente- "el triunfador de las corridas veraniegas", quien se mostr¨® voluntarioso, valiente, mediocre y poco atemperado muletero a lo largo de dos interminables y reiterativas faenas. Lo mejor lo hizo al final, precisamente en el volapi¨¦ al ¨²ltimo toro, pues entr¨® derecho y marc¨® los tres tiempos de la suerte. Pero ya era tarde. La gente estaba harta de chuleo.
Los toros de la pata chula
Los toros de ayer sal¨ªan con la pata chula. Alguien tiene que explicar la raz¨®n por la cual en todo un Madrid, ante la c¨¢tedra y, para abrir boca, en una feria que naci¨® con vocaci¨®n de postinera, los toros salen con la pata chula. Dicen taurinos que hay una enfermedad, un error ganadero, un aqu¨¦l -en cualquier caso, misterios camperos- que ha convertido en cojos a los toros. Pero no nos lo creemos.Principalmente, la afici¨®n, que es quien importa, no se lo cree, y ayer manifest¨® escepticismo con rigor t¨¦cnico e indignado acento. "?Esto es una maf¨ªa!", clamaba, y de ah¨ª para arriba. La afici¨®n y sus sutiles indirectas, al fin.
El caso es que los toros sal¨ªan con la pata chula, no importaba que fueran titulares, sustitutos o sobreros. El quinto exhib¨ªa una chuler¨ªa ancestral y apareci¨® por el toril dando bandazos y exultantes cadereos. La presidencia se apresur¨® a devolverlo al corral, pero el animalito no pudo irse, pues en una carrera cay¨® y ya no se pudo levantar. Lo apuntill¨® Agapito.
La pomposa corrida de feria empez¨® remendada, pues de los anunciados toros de Cuadri s¨®lo pasaron el reconocimiento tres, y durante su transcurso, a la vista de las patas chulas, se apedaz¨® con sobreros de Terrubias. El chuleo, por a?adidura, no ten¨ªa trazas de terminar nunca, y cuando rod¨® el ¨²ltimo cojo ya llev¨¢bamos m¨¢s de dos horas y media de espect¨¢culo. En realidad, en ese espect¨¢culo no hab¨ªamos visto apenas nada, si no es desfilar cojos y si no es la poderosa y bronca pelea del manso de Terrubias que sali¨® en quinto lugar, el cual hiri¨® a un caballo, desmont¨® a un picador, quiso asesinar a Juanili y sembr¨® el desconcierto en el ruedo.
A ese toro de abrigo lo quiso torear Paco Ojeda como hab¨ªa hecho en el segundo, que result¨® noble. Es decir, de costadillo, la pierna contraria atr¨¢s -la muleta tambi¨¦n- y el pico por delante. Impresion¨® Ojeda en esa su primera faena, porque aguantaba serenamente las acometidas, por lo cerca que se pas¨® los pitones, por la injajeza de su verticalidad. Pero ni se le ocurr¨ªa cargar la suerte y los muletazos le resultaban de par¨®n. Es evidente que con semejantes recursos es imposible dominar a un poderoso manso que sabe lat¨ªn. Un matador de alternativa deber¨ªa saberlo de corrido.
Mejor toreo practic¨® Emilio Mu?oz con el tambi¨¦n noble cuarto, ejemplar de trap¨ªo, hierro Mart¨ªnez Elizondo, que por su hermosura fue ovacionado de salida. Cuaj¨® ese toreo al principio de su faena, bien planteada, mandona en las dos primeras series de naturales, que lig¨® con el de pecho. Ocurre, sin embargo, que Emilio Mu?oz tiene properisi¨®n a escorarse hasta ¨¢ngulos inveros¨ªmiles cuando remata los muletazos, y as¨ª los afea; y como adem¨¢s de arte no anda sobrado, la faena decay¨® a medida que se producia, y acab¨® disgustando al personal.
Cerraba la terna Luis Reina, tambi¨¦n llamado -por la empresa, suponemos que interesadamente- "el triunfador de las corridas veraniegas", quien se mostr¨® voluntarioso, valiente, mediocre y poco atemperado muletero a lo largo de dos interminables y reiterativas faenas. Lo mejor lo hizo al final, precisamente en el volapi¨¦ al ¨²ltimo toro, pues entr¨® derecho y marc¨® los tres tiempos de la suerte. Pero ya era tarde. La gente estaba harta de chuleo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.