Los problemas electorales de la derecha

Si los socialistas han resuelto airosamente su pacto con el min¨²sculo partido de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, los gubernamentales, en cambio, han tropezado con m¨¢s obst¨¢culos de los previstos para atar la coalici¨®n con el no menos min¨²sculo partido de Antonio Garrigues Walker.Tambi¨¦n el mism¨ªsimo Fraga Iribarne ha sufrido no poco para ensamblar en sus filas a los democristianos aterrizados desde la UCD. Fraga ha llegado a desconfiar tanto de las huestes encabezadas por Oscar Alzaga que les ha obligado no s¨®lo a renunciar al acta de diputado en caso de que abandonen la coalici¨®n, sino tambi¨¦n a que formalicen una serie de cr¨¦ditos bancarios a fin de que si un d¨ªa deciden marcharse corran con los gastos proporcionales de la campa?a electoral. Es decir, la ideolog¨ªa es la ideolog¨ªa, pero la cartera tambi¨¦n es la cartera.

Siempre se ha dicho que la derecha tiene una tendencia mayor a unirse porque resulta m¨¢s f¨¢cil amasar intereses que aunar creencias. Pero ahora parecen querer demostrarnos que no todo es tan sencillo.

El Caso de UCD se complica a¨²n m¨¢s. Asistimos al sentimiento de pavor que significa colocarse en una candidatura en el lugar fronterizo en el que se puede salir diputado o quedar fuera. Este es fundamentalmente el tema de disputa de las listas gubernamentales por Madrid. Los dirigentes de UCD deben sospechar que de los 32 esca?os para Madrid, tres son seguros, pero ya no cuatro. De ah¨ª la pugna entre Ros¨®n y Garrigues por el n¨²mero tres de la lista, detr¨¢s de Landelino Lavilla y Leopoldo Calvo Sotelo. ( ... )

(...) Desde la frustrada alianza Lavilla-Fraga hasta la formalizaci¨®n de las listas, la derecha ha recorrido un camino tortuoso. Tambi¨¦n en esto Espa?a es diferente.