Carta a Miguel Angel Aguilar
El veto, o lo que sea, sufrido por Miguel Angel Aguilar, que le ha impedido cubrir una informaci¨®n castrense en Valladolid, incluido el almuerzo en la Academia de Caballer¨ªa, me trae amargos recuerdos. Todav¨ªa nadie se ha querellado, o impugnado p¨²blicamente, por la noticia publicada en Diario 16 hace m¨¢s de a?o y medio, dando cuenta de un pacto de honor (o algo as¨ª) para que un servidor nunca superase los cursos de ascenso a comandante en dicha Academia, y eso que se ofrec¨ªa incluso alg¨²n nombre de los pactantes. Sucedi¨® en Valladolid tambi¨¦n; ¨¦stas y otras muchas cosas, como la intervenci¨®n del tel¨¦fono de la Academia por presunci¨®n de actividades golpistas, etc¨¦tera. Hablo s¨®lo de hechos, me reservo cualquier juicio.Alg¨²n d¨ªa se escribir¨¢ la historia de demasiadas dejaciones por falta de quienes ten¨ªan muy altas responsabilidades (y conste que no estoy hablando de militares), personas que para ocultar su incapacidad -y en lugar de dimitir- inflaban el perro, diciendo que aquello no estaba mucho peor de lo que estaba, con cuyo planteamiento y subsiguiente emisi¨®n de funciones s¨ª que llegaron a ponerse mal algunas cosas.
?Ay, Miguel Angel Aguilar, que fuiste procesado (como autor de injuria) por hablar de una presunta intentona en enero de 1980, donde estar¨ªan implicadas personas que, no sometidas entonces a enjuciamiento, llevaron a cabo trece meses despu¨¦s otra intentona o cuartelazo, que pudo echarnos atr¨¢s medio siglo, en un tiempo en que Espa?a tiene ante s¨ª la oportunidad m¨¢s importante y clara de su historia moderna para dejar de ser un pa¨ªs de conquista de unos espa?oles a otros, de unos contra otros! Tu procesamiento entonces, no obstante, impuls¨® grandemente Gunto al de Pilar Mir¨®) la peque?a reforma del C¨®digo de Justicia Militar, que estaba pendiente desde octubre de 1977, desde los pactos de la Moncloa... Todo esto lo viv¨ª privado de libertad durante seis meses y lo sent¨ª casi como propio.
Mas es ¨¦ste, s¨ª, tiempo de esperanza; entre algunos celajes, pero de esperanza grande. Y seguramente porque siento con tanta pasi¨®n como agraz la causa de la libertad, de la democracia, del Ej¨¦rcito al servicio de un pueblo que lo sustenta con su servicio militar y sus impulsos pecuniarios, que lo debe sustentar tambi¨¦n con su afecto m¨¢s profundo, he buscado o encontrado hoy -casi sin darme cuenta de hacerlo- una carta que recib¨ª casualmente, con fecha 29 de enero ¨²ltimo (es decir, justo nueve meses antes de que haya nuevas Cortes y nuevo Gobierno), cuyo contenido, cuyos anhelos (los de esta carta) espero con fuerza que el 29 de octubre se alumbren de vida, como saliendo por fin de un largo parto.
Son tres folios apretados de un compa?ero, capit¨¢n como yo, al que personalmente a¨²n no conozco, que me escrib¨ªa desde una ciudad castellano-leonesa con motivo de una vicisitud que hube de sufrir en relaci¨®n a una conferencia que di. Y quiero contarte lo que dec¨ªa, Miguel Angel, porque ese capit¨¢n cree, quiere el mismo Ej¨¦rcito que t¨² y que tantos millones de espa?oles, un Ej¨¦rcito del tiempo de hoy, que sea carne de la carne del pueblo y sangre de su sangre; ese Ej¨¦rcito que t¨² y yo hemos postulado tantas veces en mesas redondas donde hemos coincidido (incluida aquella vez que me ten¨ªas t¨² que presentar en un colegio universitario y llegaste en mi oraci¨®n pen¨²ltima ... ).
Me escrib¨ªa este capit¨¢n: "Considero inconcebible hechos como ¨¦ste, que van directamente contra ideas manifestadas tanto por el Rey como por las m¨¢s altas autoridades acerca del acercamiento entre Ej¨¦rcito y sociedad civil". Y luego: "Indudablemente, el Ej¨¦rcito tiene que cambiar mucho..., las normas han de irse ajustando al esp¨ªritu de la Constituci¨®n... Es injustificable qu contin¨²en en nuestras normas tantos conceptos indeterminados que nos pueden llevar a la arbitrariedad y a la injusticia".
Luego se refiere a la libertad religiosa, que prescribe la Constituci¨®n y que pide se aplique sin ninguna restricci¨®n o coacci¨®n en los recintos militares. Cita tambi¨¦n ,una contestaci¨®n recibida en texto escrito por un militar que se quer¨ªa casar con su novia, de diecinueve a?os, en relaci¨®n a no s¨¦ qu¨¦ papel del casorio: "Aunque la Constituci¨®n diga otra cosa, la mayor¨ªa de edad a efectos militares sigue siendo de veinti¨²n a?os". Despu¨¦s habla del codigo disciplinario, que no llega, pese a lo prescrito por la ley Org¨¢nica 9/1980, y otro tanto respecto al propio CJM. Recuerda que "ning¨²n militar, sea de la tendencia que sea, hay algo que no tolera y que se llama miedo". Finalmente, se refiere a la confianza que le inspira su nuevo capit¨¢n general, Saenz de Santa Mar¨ªa, "y
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m¨¢s despu¨¦s de su discurso de ayer, al tomar posesi¨®n de la VII-Regi¨®n".
Estos son algunos de los puntos que citaba en su carta este capit¨¢n artillero (y omito los m¨¢s c¨¢rdenos, pues no me propongo aqu¨ª triscar por bardas ni zaragatear). Todo esto es lo que ¨¦l -me imagino- pedir¨¢ que allane el Gobierno saliente de las urnas, el que sea. Y supongo que muchos millones de espa?oles pensamos parecidamente. Y a¨²n debo a?adir, creo, que me congratulo de que algunos grupos pol¨ªticos (no los cito, pues esto lo tengo prohibido) programen unas fuerzas armadas m¨¢s reducidas, pero m¨¢s eficaces; una transformaci¨®n de la actual organizaci¨®n territorial en un sentido m¨¢s operativo, la reforma de la ense?anza militar (en el aspecto t¨¦cnico y en la adecuaci¨®n a los principios constitucionales), la equiparaci¨®n de los civiles que trabajan en la Administraci¨®n militar con los de la Administraci¨®n civil, la reducci¨®n de la jurisdicci¨®n militar a su estricto ¨¢mbito constitucional, la potenciaci¨®n de la acci¨®n popular en el Derecho procesal, el endurecimiento de las penas por los delitos de rebeli¨®n, etc¨¦tera. Todo esto lo digo, como mi compa?ero y amigo, porque, como ¨¦l, amo al Ej¨¦rcito, a un Ej¨¦rcito profundamente integrado en el Estado democr¨¢tico de derecho. Y aunque s¨¦ que no te descubro nada, Miguel Angel, creo necesario dec¨ªrtelo p¨²blicamente, pues es ¨¦ste tiempo de reda?os, no de embelecos. /
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