Salvador Espriu,

uno de los m¨¢s profundos poetas catalanes, recibir¨¢ la Medalla de Oro de la Ciudad de Barcelona. El Ayuntamiento barcelon¨¦s decidi¨® ayer por unanimidad concederle la citada distinci¨®n en reconocimiento a su "profunda e innovadora obra literaria que ha enardecido a la lengua catalana". Los textos de Espriu no hablan en general de Barcelona. La ubicaci¨®n de sus narraciones trascienden cualquier tipo de localismo. As¨ª, por ejemplo, Sinera (nombre especular de Arenys de Mar) simboliza a toda Catalu?a. El poeta vive casi recluido en Barcelona, pero ya en 1952 explicaba a Josep Pla que le habr¨ªa gustado residir en eI campo, en una casa con jard¨ªn. Seg¨²n el Pla de Homenot, Espriu detesta la suciedad de la gran urbe, y puesto a habitar en una gran ciudad, el poeta manifiesta que preferir¨ªa una poblaci¨®n menos sucia que Barcelona. La obra de Espriu ha sido traducida a numerosos idiomas, y libros como La pell de brau (La piel de toro) constituyeron uno de los mejores manifiestos po¨¦ticos en favor de la reconciliaci¨®n de los pueblos de Espa?a. Espriu recurre abundantemente a conceptos metaf¨®ricos como el de laberinto que aparece en algunos t¨ªtulos de sus libros como Ariadna, al laberint grotesc (Ariadna, en el laberinto grotesco) o Final de labertin.Espriu naci¨® en la poblaci¨®n gerundense de Santa Coloma de Farners, en 1913. Su nombre ha sido propuesto en varias ocasiones para la candidatura del premio Nobel. Con todo, Espriu siempre ha querido mantenerse alejado de las pompas mundanas y en m¨¢s de una ocasi¨®n ha expuesto su nulo inter¨¦s por los honores acad¨¦micos. El poeta es premio Montaigne. En una entrevista concedida recientemente declar¨® que, a partir de 1983, tiene la intenci¨®n de encerrarse para dedicarse exclusivamente a su obra.