Transportes, Turismo y Comunicaciones
LA SIEMPRE pendiente reforma administrativa ha encajado m¨¢s bien por azar que por necesidad los variados asuntos del transporte, las comunicaciones y el turismo en un mismo departamento que naci¨® sin edificio propio. Asimismo, durante la ¨²ltima legislatura este ministerio acorde¨®n ha sido refugio de pol¨ªticos sin empleo definido, y la responsabilidad de su direcci¨®n se ha encargado por ajuste de cuentas internas del partido antes que por la competencia t¨¦cnica e idoneidad para el cargo de los tres ministros que han pasado por esta poltrona. A casi ministro por a?o, el departamento ha sido gestionado por Salvador S¨¢nchez Ter¨¢n, Jos¨¦ Luis Alvarez y Luis G¨¢mir.Los tres ministros prometieron en sus respectivas tomas de posesi¨®n y en los balances de su gesti¨®n un poco m¨¢s de lo mismo: acercar las tarifas pol¨ªticas de los servicios p¨²blicos al coste real, lo que se ha traducido en sucesivas subidas en el precio de los trenes, autobuses, metro, aviones, tel¨¦fonos, correos, etc¨¦tera; cumplir al m¨¢ximo con las inversiones de su voluminoso presupuesto, que se ha m¨¢s que duplicado en la legislatura; apaciguar, no sin ciertos rasgos de impotencia, a sus gremios de pilotos., camioneros, marinos mercantes, carteros, ferroviarios, etc¨¦tera, durante sus persistentes huelgas; y, finalmente, encargar gruesos libros blancos y/o planes cuatrienales para el transporte, para las comunicaciones, para la Telef¨®nica o para el turismo, a falta de cuatro ideas b¨¢sicas que fijaran en una simple cuartilla las opciones claras del departamento.
La t¨®nica de los tres ministros ha sido administrar sus gastos por la fuerza de la inercia m¨¢s que adoptar las iniciativas clarificadoras que precisa la pr¨¢cticamente inexistente pol¨ªtica de transportes, de turismo o de comunicaciones. A estas alturas resulta dif¨ªcil descifrar, a trav¨¦s del estudio de los discursos y de los recursos, cu¨¢les son las prioridades en materia de trenes, carreteras, mar o aire y qu¨¦ combinaci¨®n podr¨ªa ser la m¨¢s adecuada para los intereses generales de la comunidad. La relaci¨®n carretera/ferrocarril sigue siendo en Espa?a con 85/15, y contra la tendencia europea, bastante m¨¢s favorable a los camioneros que a la Renfe, lo que, unido al escaso control del peso por eje de los camiones, contribuye a deteriorar los firmes de nuestra red viaria.
Tampoco se conocen las prioridades en materia de telecomunicaciones, cuyo estudio realiza en parte la comisi¨®n redactora del Plan Electr¨®nico Nacional y los grupos privados que parecen controlar la Compa?¨ªa Telef¨®nica m¨¢s que su mayoritario due?o, que es el propio Estado. Un sector como el de las telecomunicaciones, que tiene necesarias interconexiones con el Ministerio de Industria y el INI y una importancia descomunal en el futuro tecnol¨®gico de Espa?a, no puede estar s¨®lo en manos de una Telef¨®nica que recibe escaso control p¨²blico, a diferencia de lo que ocurre en los pa¨ªses europeos.
Y el turismo, como la falsa moneda que de mano en mano va y ninguno se la queda, acab¨® en 1980, nadie sabe por qu¨¦, en el Ministerio de Transportes. Afortunadamente, los turistas siguen llegando a Espa?a a pesar del descuido que nuestros gobernantes muestran por este sector en continua expansi¨®n, que ha compensado una parte de la crisis y fue clave de nuestro crecimiento econ¨®mico durante los a?os sesenta.
Durante el primer a?o de esta legislatura, el n¨²mero de visitantes descendi¨® en un mill¨®n, lo que produjo un apreciable susto nacional en plena segunda crisis energ¨¦tica. Sin embargo, a partir del a?o siguiente, el turismo volvi¨® a resurgir con cifras r¨¦cord, superando los cuarenta millones de entradas anuales, y permitiendo a los ministros del ramo, que esperan a los extrajeros Como a las aves migratorias, campa?as triunfalistas raramente apoyadas por iniciativas sensatas e imaginativas que aprovecharan mejor este regalo aparentemente irreversible de la vida moderna.
Este desordenado ministerio, que podr¨ªa haber jugado un papel m¨¢s decisivo en ahorro energ¨¦tico y en creaci¨®n de empleo, no s¨®lo es voluminoso por su presupuesto de inversiones, que este a?o roza los 300.000 millones de pesetas, y por su enorme plantilla de funcionarios, actividades, dependencias y conflictos, sino tambi¨¦n, desgraciadamente, por el n¨²mero y la gravedad de los accidentes que, durante la legislatura que termina, han sembrado de muertos y heridos las v¨ªas del ferrocarril, las carreteras y los aeropuertos, y que nos aproximan m¨¢s a los pa¨ªses tercermundistas que a los desarrollados en materia de seguridad en el transporte.
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