Concluye sin entusiasmo el congreso laborista brit¨¢nico con el triunfo del ala moderada
![Andr¨¦s Ortega](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F0f703ba3-ab63-4ec6-b2d9-16dd251eb51a.png?auth=ce4b270d36a1e6c3150defefffbeef1b3c3465890f4ad8ba827b988ccc791d51&width=100&height=100&smart=true)
El congreso anual del Partido Laborista concluy¨® ayer en Blackpool, con un ataque frontal a la Prensa brit¨¢nica. Se aprob¨® una resoluci¨®n pidiendo la creaci¨®n de una autoridad independiente que obligue, a los propietarios de los peri¨®dicos a acatar un c¨®digo de imparcialidad en sus publicaciones. Los delegados se marcharon dejando a la ejecutiva nacional del partido en manos de los moderados, pero sin entusiasmo. La izquierda radical ha sufrido un gran rev¨¦s este a?o, pero el Partido Laborista no ha logrado a¨²n salir de su ensimismamiento, aunque ha sentado las bases para ello.Margaret Thatcher, el sector trotskista del laborismo y la Prensa fueron los grandes blancos de ataque del fuego laborista. Los ataques a la Prensa fueron constantes. "El congreso es plenamente consciente de que los adversarios m¨¢s poderosos que hacen frente y frustran los intentos del Partido Laborista de avanzar hacia el socialismo y hacia una sociedad m¨¢s justa son los medios de comunicaci¨®n", rezaba la resoluci¨®n aprobada pr¨¢cticamente por unanimidad en los pasillos y los m¨ªtines marginales de este congreso, donde se sacaron los cuchillos y se habl¨¦ de traiciones en las votaciones para la ejecutiva. La imagen de unidad que el l¨ªder Michael Foot logr¨® dar el martes qued¨® algo socavada.
La unidad se hab¨ªa conseguido al precio de la creaci¨®n de un registro de organizaciones afiliadas destinado a expulsar del laborismo a la llamada tendencia militante, trotskista. Pero la alianza de la derecha y la izquierda moderada para copar la ejecutiva sirvi¨® para desplazar hasta las pr¨®ximas elecciones generales a la izquierda extrema.
Esta, con sus constantes referencias nost¨¢lgicas a la pol¨ªtica laborista de los a?os cincuenta, qued¨® derrotada. Por primera vez desde que fuera elegido l¨ªder en noviembre de 1980, Foot pue-de ponerse a trabajar de cara al electorado. Pero la unidad del bloque moderado, lograda gracias a los votos de los sindicatos, que ven que las elecciones est¨¢n a dieciocho meses vista a lo sumo, es a¨²n d¨¦bil: no hay acuerdo ni sobre la cuesti¨®n del Mercado Com¨²n, ni sobre las nacionalizaciones, ni sobre el desarme nuclear unilateral.
La resoluci¨®n sobre el desarme nuclear unilateral fue quiz¨¢ la decisi¨®n m¨¢s espectacular de este congreso. Ya el martes, el l¨ªder adjunto del partido, Denis Healey, asegur¨® en televisi¨®n que el pr¨®ximo Gobierno laborista no llevar¨ªa a cabo esta pol¨ªtica, aunque figurara en su programa electoral. Con la guerra de las Malvinas, el Partido Laborista ha perdido muchos puntos respecto a los conservadores.
El efecto Malvinas puede, sin embargo, estar disip¨¢ndose, volviendo al frente de la opini¨®n p¨²blica el desempleo (3,3 millones) y la no recuperaci¨®n de la producci¨®n. Esta es la esperanza de los laboristas, que se proponen invertir la pol¨ªtica econ¨®mica thatcherista en el terreno econ¨®mico y en el social. Antes est¨¢n las elecciones. Y los socialdem¨®cratas. Los laboristas rechazan de plano -por cuestiones personales, m¨¢s que por an¨¢lisis- un posible Gobierno de coalici¨®n con ¨¦stos.
En Blackpool se habl¨® poco de ecolog¨ªa y, a pesar de la m¨¢s abierta pol¨ªtica de inmigraci¨®n que propugna el laborismo, en el congreso se pod¨ªan contar con los dedos de las manos los delegados de color. Las mujeres a¨²n no tienen la influencia en el partido que corresponde al hecho de que formen m¨¢s de la mitad del electorado.
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