"Los acuerdos de Camp David nos han alejado de la paz"
Zehdi Labib Terzi es la personificaci¨®n de la diplomacia palestina. A este cristiano maronita, palestino de Jerusal¨¦n, ha correspondido durante a?os la labor de recordar elocuentemente en las Naciones Unidas el drama de un pueblo sin tierra que trata de hacerse oir y exige reparaci¨®n. Esta entrevista fue realizada horas antes de que Terzi interviniese en la Asamblea General de la ONU para denunciar la matanza de los campos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila.
Pregunta. Considerando la reciente Conferencia de la Liga Arabe en Fez se tiene la impresi¨®n de que la invasi¨®n de L¨ªbano y la retirada de la OLP de Beirut han cristalizado en una manifestaci¨®n sin precedentes de solidaridad ¨¢rabe con la causa palestina. ?Qu¨¦ explicaci¨®n tiene este hecho?Respuesta. Perm¨ªtame que le recuerde que la reuni¨®n que se celebr¨® recientemente en Fez era la continuaci¨®n de la conferencia, que comenz¨® el pasado mes de noviembre, es decir, antes de la invasi¨®n. Ya en aquel momento nos dimos cuenta de que por fin empezaba a manifestarse entre los ¨¢rabes una tendencia a considerar no s¨®lo los elementos ideol¨®gicos sino tambi¨¦n los aspectos pragm¨¢ticos, pr¨¢cticos, de realpolitik, as¨ª que es posible que la invasi¨®n de L¨ªbano y tambi¨¦n, creo yo, nuestra actuaci¨®n en Beirut, la imposibilidad en que se vieron los israel¨ªes de tomar por asalto Beirut oeste debido a la resistencia de los palestinos y del movimiento nacionalista liban¨¦s, nos hayan dado una base mucho m¨¢s firme para acudir a la cumbre de Fez. Por otra parte, los ¨¢rabes hab¨ªan adoptado una actitud m¨¢s realista y su apoyo no pod¨ªa seguir siendo impl¨ªcito, sino que ten¨ªa que manifestarse p¨²blicamente.
P. Durante el ¨²ltimo a?o se ha tenido la impresi¨®n de que los sectores moderados de la OLP, e incluso el propio Arafat, estaban pr¨¢cticamente dispuestos a reconocer el derecho a la existencia de Israel, pero que el sector m¨¢s intransigente, integrado por los milicianos que estaban participando directamente en la lucha, se opon¨ªa a esa concesi¨®n. ?Qu¨¦ puede decir a este respecto?
R. Bueno , pienso que aqu¨ª hab¨ªa un malentendido. Nuestro Consejo Nacional se refiri¨® en 1974, en 1977, en 1979 y en 1981, a una autoridad palestina independiente en los territorios que se liberasen; luego hablamos de nuestro propio Estado en los territorios de donde se retirase Israel. Ahora bien, como movimiento de liberaci¨®n que somos, no creo que nos corresponda a nosotros reconocer la existencia de un Estado. Me refiero a que ¨¦sa es una cuesti¨®n que se trata a nivel de Estado, pero no a nivel de movimiento de liberaci¨®n nacional. Adem¨¢s, recuerdo que en mayo de 1978 Arafat concedi¨® una entrevista al New York Times y dijo que s¨®lo hab¨ªa una soluci¨®n: que las dos superpotencias y la comunidad internacional diesen garant¨ªas a los dos Estados. La conclusi¨®n es obvia... Pero como movimiento de liberaci¨®n no tenemos por qu¨¦ reconocer a nadie.
La responsabilidad de Espa?a
P. ?Cree usted que existe alguna posibilidad realista de conciliar el plan de la Liga Arabe y el de la Administraci¨®n Reagan?
R. Bueno, yo pienso que siempre hay una posibilidad y que siempre hay una mesa adecuada para esa negociaci¨®n. Ahora bien, para negociar lo primero que hay que saber es para qu¨¦ se est¨¢ negociando, qu¨¦ se est¨¢ negociando y qui¨¦nes est¨¢n negociando. Dado que pr¨¢cticamente existe un consenso internacional en cuanto a que los palestinos tienen una entidad propia, a que tienen su representante propio, es elemental que el representante reconocido de los palestinos acuda a esas negociaciones. Francamente, pensamos que los que a¨²n expresan dudas, o ponen entre signos de interrogaci¨®n la cuesti¨®n de qui¨¦n representa a los palestinos son aquellos que no tienen intenci¨®n alguna de llevarnos a la mesa de negociaciones.
Y tambi¨¦n pensamos que ¨¦ste es el momento m¨¢s oportuno para que intervenga el Consejo. Espa?a es uno de sus miembros actualmente y eso supone sin duda una responsabilidad, en la medida en que deber¨ªa ejercer esfuerzos en ese sentido y no permitir que se haga nada fuera del Consejo de Seguridad. Nuestro temor es que si ocurre algo fuera del Consejo, como los acuerdos de Camp David, a la larga resulta mucho m¨¢s contraproducente para nosotros. Los acuerdos de Camp David nos depararon una invasi¨®n de L¨ªbano en 1980; otra en 1982, que llev¨® a los israel¨ªes hasta Beirut; un recrudecimiento de la represi¨®n en los territorios ocupados... Nos han alejado mucho m¨¢s de la paz. La represi¨®n aument¨® hasta tal punto en los territorios ocupados que se expuls¨® a los alcaldes electos, luego se nombr¨® a un gobernador militar y m¨¢s tarde a un gobernador civil responsable de las autoridades militares; pues bien, incluso ese gobernador, de la l¨ªnea dura, ha dimitido como consecuencia de la matanza de los campamentos, porque no pod¨ªa aceptarlo. Si el Consejo de Seguridad estuviese interviniendo podr¨ªa hacer uso de sus facultades y detener la matanza, pero como todo se estaba haciendo al margen del Consejo, las Naciones Unidas ten¨ªan las manos atadas y no pod¨ªan hacer nada.
P. Consideremos ahora la pretensi¨®n de los sectores israel¨ªes m¨¢s duros de que ya existe un Estado palestino, desde el punto de vista demogr¨¢fico, y que ¨¦ste es Jordania. ?Qu¨¦ comentarios le sugiere la posibilidad de una federaci¨®n palestino-jordana?
R. Mire, hace alg¨²n tiempo exist¨ªa un conglomerado al que se llamaba Suram¨¦rica... Hace s¨®lo unos a?os apenas hab¨ªa unos cuantos Estados africanos y ahora hay como cincuenta. Hace unos a?os s¨®lo se hablaba de Africa y all¨ª estaba el mapa, sin demarcaciones... No es s¨®lo una cuesti¨®n de ignorancia, hay algo m¨¢s. Transjordania nunca estuvo bajo la Administraci¨®n de Palestina durante el mandato brit¨¢nico. Es muy importante que la gente sepa que, en esa ¨¦poca, cuando una persona de Jerusal¨¦n quer¨ªa ir a Amman, no s¨®lo se necesitaba un pasaporte, sino *tambi¨¦n un visado. No hay raz¨®n alguna para decir que Francia es B¨¦lgica porque se puede pasar de una a otra sin pasaporte, o que Estados Unidos y Canad¨¢ son lo mismo. Hist¨®ricamente Transjordania y Palestina han sido dos entidades distintas. Yo soy de Jerusal¨¦n, soy palestino, siempre lo he sido, todav¨ªa conservo mi pasaporte palestino y en ¨¦l dice Palestina, se habla de ciudadan¨ªa palestina. Siempre ha habido palestinos; el hecho de que existiese un imperio otomano que abarcaba todo el mundo ¨¢rabe no significa nada... Hab¨ªa una administraci¨®n, hab¨ªa altos comisionados, hab¨ªa un mandato... Francia ten¨ªa un mandato sobre Siria y L¨ªbano, as¨ª que si se aplicase el mismo argumento podr¨ªa no haber existido L¨ªbano, Siria podr¨ªa haber ocupado el territorio de los dos pa¨ªses. Ese argumento s¨®lo sirve para confundir las cosas y falsificar la historia.
P. ?Qu¨¦ opina del plan de Reagan para Oriente Pr¨®ximo?
R. Tiene algunos aspectos positivos. Hac¨ªa mucho tiempo que la Administraci¨®n norteamericana deb¨ªa haber explicado su interpretaci¨®n de la Resoluci¨®n 242 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Esta exige la retirada de Israel de todos los territorios ocupados en 1967, de manera que si se quiere hablar de la Resoluci¨®n 242 hay que hacer lo posible para que Israel se retire de esos territorios. La Resoluci¨®n 242 no s¨®lo significa seguridad para Israel, sino seguridad para todos. Es la presencia militar israel¨ª en los territorios ¨¢rabes ocupados lo que constituye una amenaza para la seguridad de los Estados ¨¢rabes; es la invasi¨®n de L¨ªbano por los israel¨ªes lo que constituye una amenaza para la seguridad de L¨ªbano, es decir, la Resoluci¨®n 242 se refiere m¨¢s a Israel que a los pa¨ªses ¨¢rabes. Hay algo que tal vez el mundo desconozca. En 1978 Esta dos Unidos anunci¨¦ en la Asamblea General que la Resoluci¨®n 242 no se refer¨ªa a la dimensi¨®n pol¨ªtica de la cuesti¨®n de Palestina. Nuestra pregunta es: ?No piensa Estados Unidos que es urgente referirse a la dimensi¨®n pol¨ªtica? Cuando Reagan hizo su declaraci¨®n insisti¨® en que la Resoluci¨®n 242 exig¨ªa la retirada de Israel, pero pareci¨® olvidar que la cuesti¨®n no es de geograf¨ªa, que son se res humanos los que est¨¢n en juego, as¨ª que en su declaraci¨®n no se hace referencia alguna al anhelo de m¨¢s de dos millones de palestinos expulsados de sus hogares. No es un problema de un kil¨®metro hacia el Este o hacia el Oeste. Repito: el verdadero problema es el anhelo, la fe de esos seres humanos. ?Qu¨¦ se va a hacer con ellos? Reagan olvid¨® por completo referirse a ellos y ¨¦sa es la mayor debilidad de su propuesta.
Reconocimiento de Israel
P. Volviendo a la cuesti¨®n del reconocimiento de Israel: usted ha venido a decir que eso no es m¨¢s que una cortina de humo, algo que carece de sustancia...
R. Es una excusa, un pretexto para eludir el problema principal que, en mi opini¨®n, es el de los seres humanos implicados.
P. Si es as¨ª: ?no podr¨ªa apelarse a ese mismo realismo pol¨ªtico al que se refer¨ªa usted antes y acceder al reconocimiento formal del Estado jud¨ªo que les exige Estados Unidos para considerarles interlocutores v¨¢lidos, poniendo as¨ª a Washington contra la pared?
R. Precisamente, precisamente. Si lo hici¨¦semos, si dij¨¦semos que tienen derecho a existir tendr¨ªamos acto seguido que definir tambi¨¦n d¨®nde pueden existir. ?Deber¨ªamos acaso que reconocer ese derecho a cambio de la extinci¨®n de los palestinos o quedar¨ªa tal derecho a la existencia vinculado al derecho de los palestinos a existir en su patria? De manera que si Estados Unidos declara que reconoce el derecho de los palestinos y que velar¨¢ por que puedan ejercerlo viviendo en paz en su patria, por nuestra parte no hay problema; muy bien, que exista Israel. Pero si me pidieran que reconociese el derecho de Israel a existir a costa de quitarles sus hogares a mi gente, no lo har¨ªa.
P. Por una parte, los acontecimientos de L¨ªbano parecen haberse convertido en una verdadera victoria pol¨ªtica para Arafat, por otra, una proporci¨®n considerable de los guerrilleros de la OLP se ha visto dispersada por el mundo ¨¢rabe. ?En qu¨¦ medida puede uno y otro factor influir en la posici¨®n pol¨ªtica de la OLP?
R. Si algo han demostrado la invasi¨®n de L¨ªbano, las matanzas, la invasi¨®n de Beirut oeste, la decisi¨®n de retirar nuestras fuerzas armadas de Beirut, ha sido sin duda, la unidad de todos los palestinos y su solidaridad con la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina. Cuando se reunieron para defender Beirut y defenderse ellos mismos, todo el mundo acudi¨® a la defensa; en cuanto se decidi¨® la retirada de las fuerzas armadas, todos salieron y retiraron las fuerzas. Ahora bien, nuestro ¨¦xito, y, no dir¨ªa victoria sino ¨¦xito, al evitar que los israel¨ªes nos eliminasen f¨ªsicamente, acrecent¨® nuestra fuerza pol¨ªtica y ello se reflej¨® en la cumbre de Fez. Aqu¨ª estamos, nosotros, los irregulares, los refugiados: con un m¨ªnimo de armamento hemos conseguido mantener a raya a 120.000 soldados israel¨ªes cuando otros ej¨¦rcitos, con sus respectivas fuerzas a¨¦reas, no han podido pararlos ni siquiera durante una semana. Eso fue una lecci¨®n. Nuestro pueblo defiende una causa justa y por eso pudimos aguantar al pie de nuestros ca?ones, porque est¨¢bamos defendiendo nuestra justicia y, para nosotros, la primera causa justa es nuestra supervivencia y nuestra vida. Tuvimos ¨¦xito y eso tambi¨¦n dio una lecci¨®n a los ¨¢rabes.
P. La matanza de los campamentos de Sabra y Chatila ha conmocionado a la opini¨®n p¨²blica mundial, ?cree que se ha producido un cambio de actitud como consencuencia de estos hechos?
R. Creo que es m¨¢s importante a¨²n la reacci¨®n israel¨ª. En Israel, el hombre de la calle al que se ha educado en los malos recuerdos del holocausto, ha visto con sus propios ojos que sus hijos est¨¢n perpetrando actos similares contra los palestinos. Y eso es un revulsivo para los israel¨ªes. Para m¨ª lo m¨¢s importante es lo que est¨¢ pasando all¨ª... Esas decenas de miles de israel¨ªes que participan en manifestaciones contra el Gobierno, al fin, renuevan mi fe en la condici¨®n humana. . Sin embargo, est¨¢n haciendo responsables a Sharon o a Beguin y, en este caso, yo dir¨ªa que se equivocan porque esos cr¨ªmenes se cometieron a consecuencia de una decisi¨®n del Gabinete israel¨ª; se trata de una responsabilidad colectiva. La decisi¨®n de invadir Beirut oeste eman¨® del Gabinete israel¨ª; ellos sab¨ªan que iban a invadir Beirut y que iba a haber una matanza. Eso es lo que debe admitir el Gobierno de Estados Unidos: que la responsabilidad no es ¨²nicamente de Sharon, que todo el Gobierno es responsable de esos actos criminales. No obstante, pensamos que los medios informativos han cambiado de tono y que, aunque no se pueda decir que apoyan nuestra causa, por lo menos presentan los hechos de una forma que hace que los norteamericanos, por ejemplo, vean una historia diferente de la que se les ha estado contando durante los ¨²ltimos 35 a?os. A m¨ª me consta, por la copiosa correspondencia que recibo. Hay gente que me escribe: apoyamos a Israel porque ustedes eran unos cerdos, perd¨®neme, pero eran unos cerdos, eran ustedes asesinos, pero ahora hemos visto lo que ocurri¨® en Beirut. Est¨¢bamos equivocados, perd¨®nenos, le rogamos que acepte nuestra simpat¨ªa.
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