Malos tratos, posible corrupci¨®n y acoso laboral: acusaciones contra la saliente c¨®nsul de Colombia en Canc¨²n
Cuatro extrabajadoras de la Canciller¨ªa acusan de acoso laboral a la reci¨¦n destituida Mar¨ªa Soledad Garz¨®n. Otros diplom¨¢ticos en M¨¦xico han sido denunciados por acoso y corrupci¨®n
Cuando Carmen intenta hacer memoria de las veces en las que se sinti¨® humillada por Mar¨ªa Soledad Garz¨®n, entonces c¨®nsul de Colombia en la ciudad de Canc¨²n, su malestar es inmediato. ¡°Recordar esos momentos es dif¨ªcil. A¨²n tengo ansiedad, no ha sido f¨¢cil¡±, dice en una conversaci¨®n en la tur¨ªstica capital del Estado de Quintana Roo. La mujer hab¨ªa trabajado en esa misma delegaci¨®n en la anterior administraci¨®n. Su labor no era nueva para ella, pero s¨ª lo eran los comentarios de su jefa sobre su peso, sobre su forma de coger las cosas, sobre el tiempo que se tomaba para almorzar. Carmen, quien ten¨ªa funciones de servicios generales de la sede de la Canciller¨ªa, por petici¨®n de Garz¨®n, se encarg¨® hasta de hacerle mercado y almuerzos especiales por su dieta. Relatos similares, de constantes malos tratos a empleados, los narran Marta, Lucia y Ana, quienes comparten sus testimonios en exclusiva con este peri¨®dico, pero piden proteger sus identidades por miedo a represalias legales de Garz¨®n. Todas han interpuesto quejas disciplinarias en contra de la mujer.
Mar¨ªa Soledad Garz¨®n es hermana del ic¨®nico satirista Jaime Garz¨®n, asesinado por paramilitares en los noventa. Al nombrarla como funcionaria que representa al Estado colombiano en Canc¨²n, el presidente Gustavo Petro tom¨® una decisi¨®n de fuerte carga simb¨®lica, algo que ha repetido en designaciones como la de Mar¨ªa Gait¨¢n, hija del asesinado caudillo liberal colombiano, en cabeza del Centro Nacional de Memoria Hist¨®rica. En el caso de Garz¨®n, el simbolismo ha chocado con la realidad administrativa: el Consejo de Estado ha suspendido a Garz¨®n de su cargo, tras una acci¨®n legal del sindicato de trabajadores de la carrera diplom¨¢tica, que ha cuestionado varios nombramientos de personas sin experiencia cuando hay funcionarios preparados a la espera de ocupar esos cargos.
Mientras avanza el debate legal sobre la designaci¨®n de Garz¨®n, quien ha apelado su suspensi¨®n, cuatro mujeres la denuncian por acoso laboral. Cada una por su lado, coinciden en que les hac¨ªa cr¨ªticas groseras a diario, muchas de las cuales llegaron incluso a gritos de quien era su jefe. ¡°?Qui¨¦n es la c¨®nsul aqu¨ª?¡±, repet¨ªa Garz¨®n frente a miembros de su equipo.
Marta es quien revela m¨¢s angustia. ¡°Me hizo llorar much¨ªsimo. Si pon¨ªa mal una coma, terminaba dici¨¦ndome que yo era muy mala profesional¡±. La exfuncionaria, seg¨²n cuenta, se encargaba a la vez de las funciones administrativas como lo se?alaban sus funciones, pero tambi¨¦n prestaba servicios profesionales de asesor¨ªa a otros colombianos. La profesional denuncia que sufr¨ªa de sobrecarga laboral y que Garz¨®n la persegu¨ªa si ped¨ªa permiso para asistir a citas m¨¦dicas haciendole llamadas incesantes - hasta una veintena de forma consecutiva. Todo ello termin¨® por enviarla al psiquiatra, recuerda. ¡°Cuando suena el tel¨¦fono tengo flashbacks, sufro de ansiedad¡±, explica, y cuenta que Garz¨®n le dec¨ªa cosas como ¡°Usted no sabe hacer nada, todo lo hace mal¡±.
Otro de los trabajadores del consulado, que pide la reserva de su identidad, asegura haber sido testigo de ese maltrato. ¡°Ante cualquier error de ella, la c¨®nsul reaccionaba iracunda¡±, afirma. Marta se?ala que el acoso laboral se agudiz¨® tras su negativa a acoger peticiones de Garz¨®n que, a su juicio, eran ilegales. ¡°Una vez me pidi¨® hacer facturas de servicios que no se prestaban¡±, agrega.
Luc¨ªa, quien estuvo nueve meses en el consulado, acusa a Garz¨®n de ejercer un severo gaslighting, una forma de manipulaci¨®n emocional . ¡°Todo el tiempo me hizo sentir humillada, que no sab¨ªa hacer mi trabajo, pese a que siempre cumpl¨ª¡±. Sostiene que fue testigo de los malos tratos de la entonces c¨®nsul a otras colegas suyas. Adem¨¢s, afirma que fue contratada para un objeto totalmente diferente al que realmente cumpl¨ªa, por decisi¨®n de Garz¨®n, y por ello le pagaban bajo un rubro absolutamente inexacto. Las mujeres consideran que Garz¨®n era consciente de esas irregularidades y de la violencia que ejerc¨ªa, por eso no se les dejaba entrar los celulares a ninguna actividad ni a su oficina cuando las citaba para tratarlas mal. Detallan que en una ocasi¨®n afirm¨® que ¡°la estaban grabando¡±.
Ana, otra exempleada, se?ala que el mal manejo de Garz¨®n no solo era laboral. Recuerda que en una ocasi¨®n, en su presencia, llam¨® a una colombiana que hab¨ªa acudido previamente al consulado en busca de ayuda ante la violencia de g¨¦nero que sufr¨ªa, y la exc¨®nsul le sugiri¨® que lo vivido era su culpa. En otra ocasi¨®n, narran Marta y Luc¨ªa, design¨® a una funcionaria dedicada a temas administrativos como interlocutora de la hermana de un colombiano asesinado en Canc¨²n.
Si bien, a diferencia de las otras tres mujeres, Ana vivi¨® menos las din¨¢micas intestinas de la oficina por la labor que ten¨ªa, subraya que s¨ª atestigu¨® los gritos y los malos tratos a Carmen, Marta y Luc¨ªa. ¡°?A usted su mam¨¢ no le ense?¨® a cumplir ¨®rdenes?¡±, recuerda que le dijo la ex c¨®nsul al re?irla por no hacer un documento que ella le hab¨ªa pedido y que no ten¨ªa relaci¨®n con sus funciones. Ana dice que se neg¨® y explic¨® a Garz¨®n que no era su obligaci¨®n contractual, y argumenta que esa negativa le cost¨® su trabajo. Afirma que cuando hac¨ªa sugerencias profesionales a partir de su trabajo con los connacionales, la entonces c¨®nsul le reclamaba por presentar sus puntos de vista frente a otros. ¡°No comente delante del equipo lo que piensa porque me quita autoridad¡±, le dec¨ªa Garz¨®n, seg¨²n rememora Ana.
Los malos tratos que denuncian se daban en una situaci¨®n de inestabilidad contractual, que daba m¨¢s poder a la c¨®nsul. Ana, Luc¨ªa y Carmen concuerdan en que trabajaban con contratos de prestaci¨®n de servicios a tres meses - sumando hasta cuatro contratos al a?o. Esa precariedad las llevaba a sentirse altamente presionadas, e incluso impl¨ªcitamente chantajeadas, cuando Garz¨®n les ped¨ªa tareas adicionales o distintas a las que hab¨ªan firmado en su contrato.
¡°Como colombiana, me atraviesa profundamente el trabajo para mis compatriotas, y es precisamente por este compromiso que considero imperativo alzar la voz frente a estas situaciones porque es inaceptable estar viviendo esta forma de violencia en un espacio consular, un territorio que siento que es una extensi¨®n de mi patria¡±, se lee en una parte de denuncia que interpuso Ana contra Garz¨®n por violencia verbal y psicol¨®gica.
En la oficina de control interno disciplinario de Canciller¨ªa tambi¨¦n est¨¢ la queja de Marta por violencia de g¨¦nero, acoso laboral y presunta corrupci¨®n. Luc¨ªa y Carmen hicieron lo propio ante la Canciller¨ªa por violencia laboral y adicionalmente, adelantaron una demanda laboral en la Secretar¨ªa de Trabajo del Estado de Quintana Roo. All¨ª, al estar contratadas por un tercero, una empresa mexicana, el Consulado inicialmente logr¨® ser eximido de responsabilidad. Apelaron y el proceso contin¨²a, contra el Consulado y la empresa.
Hasta el momento, los procesos en la Canciller¨ªa no han tenido mayor progreso. La reci¨¦n suspendida c¨®nsul Mar¨ªa Soledad Garz¨®n, no dio ninguna respuesta hasta la fecha de publicaci¨®n de esta nota.
Los traspi¨¦s de la pol¨ªtica exterior en M¨¦xico
Garz¨®n no es el ¨²nico diplom¨¢tico designado por Petro en M¨¦xico que enfrenta dificultades legales. ?lvaro Mois¨¦s Ninco, nombrado embajador, fue finalmente retirado del cargo en octubre pasado tras una decisi¨®n del Consejo de Estado, que encontr¨® que no cumpl¨ªa con la experiencia que exigen las normas para ese cargo. Ese mismo mes, este diario revel¨® acusaciones por estafa y malos manejos de dinero por parte del c¨®nsul general en M¨¦xico y antiguo jefe de prensa de Petro, Andr¨¦s Hern¨¢ndez, quien enfrenta una demanda hom¨®loga a la que llev¨® a la suspensi¨®n de Garz¨®n, por falta de experiencia e incumplimiento a la prelaci¨®n que la ley da a los funcionarios de carrera.
Ahora, a esa seguidilla de esc¨¢ndalos se suman estas nuevas denuncias contra Garz¨®n, quien fuera encargada de un consulado clave para los colombianos en M¨¦xico pues no solo cubre una zona de flujo importante de migrantes colombianos, como lo es todo el sur y el sureste mexicano por donde transitan la mayor¨ªa de migrantes que cruzan desde Guatemala, sino que tambi¨¦n ha sido un foco de quejas por supuestos tratos indignos en el aeropuerto y miles de inadmisiones. Para las mujeres, los malos manejos, la falta de conocimiento en administraci¨®n p¨²blica y diplomacia deriv¨® en una atenci¨®n muy negligente a los connacionales en ese pa¨ªs.
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