Prudencia de los socialistas franceses y satisfacci¨®n de la oposici¨®n conservadora
Como en el resto de las capitales occidentales, en Par¨ªs las autoridades socialistas manifiestan una cierta prudencia optimista respecto al cambio de poder en la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA). El primer ministro, Pierre Mauroy, y el ministro de Econom¨ªa, Jacques Delors, piensan que las relaciones franco-alemanas no deber¨ªan verse arfectadas. La oposici¨®n conservadora liberal no lo entiende as¨ª: se congratula e interpreta la victoria del democristiano Helmut Kohl como un anticipo del futuro franc¨¦s. Los observadores se interrogan sobre las repercusiones econ¨®micas en Occidente, concretamente sobre la divisa gala.Desde que, al inicio de la d¨¦cada de los a?os sesenta, el general Charles de Gaulle y el canciller alem¨¢n Conrad Adenauer firmaron el tratado de cooperaci¨®n franco-alemana, las relaciones entre Par¨ªs y Bonn han sido un eje determinante del equilibrio europeo y de la construcci¨®n comunitaria. Los cambios de mayor¨ªa en uno u otro pa¨ªs, no han afectado sustancialmente ese consenso.
El odio hist¨®rico franco-alem¨¢n fue proscrito por el tratado antedicho, y tendr¨ªan que estallar conflictos inesperadamente graves para que se parase ese motor europeo que franceses y alemanes consideran que es su entendimiento. Hay que anotar, en apoyo de lo anterior, que la interdependencia de las econom¨ªas de ambos pa¨ªses es amplia y profunda: la RFA es el primer pa¨ªs exportador e importador respecto a Francia (el 15% y el 16%, respectivamente). Esto explica, en gran parte, que en tiempos de la presidencia de Val¨¦ry Giscard d'Estaing, al igual que con Fran?ois Mitterrand, el marco alem¨¢n se haya prestado siempre para socorrer al franco franc¨¦s.
Ayer, el primer ministro, Mauroy, y el ministro de Econom¨ªa, Delors, se apresuraron a declararse tranquilos. "No me inquietan, en ninguna medida, nuestras relaciones con Bonn", dijo Delors, que, como otros expertos, considera que el margen de maniobra de los democristianos alemanes en materia econ¨®mica es m¨ªnimo, teniendo en cuenta el entorno de crisis y de intereses comunes occidentales.
En los c¨ªrculos no oficiales se razona en t¨¦rminos m¨¢s concretos y levemente divergentes. La subida de Kohl al poder ha reforzado el valor del marco alem¨¢n, y, a medio plazo, ese hecho no favorecer¨¢ al franco. Falta tambi¨¦n por saber si los democristianos se prestar¨¢n con igual generosidad que los socialdem¨®cratas a la hora de defender la divisa gala en los momentos de posible especulaci¨®n futura. La Prensa de los comunistas franceses, que forman parte de la coalici¨®n gubernamental, anotaba ayer que, "en privado, Kohl no oculta que su amigo es Chirac".
En el plano internacional, de inmediato, no parece veros¨ªmil para Par¨ªs un cambio de la pol¨ªtica de la RFA que afecte sus relaciones con el mitterrandismo. M¨¢s adelante, las negociaciones agr¨ªcolas en el marco comunitario pudieran ser m¨¢s espinosas que con el poder anterior, y la diplomacia m¨¢s pro americana del nuevo Gobierno de Bonn no facilitar¨¢ la vertiente tercermundista de Mitterrand, en Am¨¦rica Latina especialmente. Ayer mismo se anunci¨® que la cumbre franco- alemana de los pr¨®ximos d¨ªas 21 y 22 de octubre se celebrar¨¢ normalmente, hecho que servir¨¢ para calibrar el nuevo di¨¢logo franco-alem¨¢n.
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