Aluminio Espa?ol y la suspensi¨®n de pagos
LA SUSPENSI?N de pagos del grupo Aluminio Espa?ol y Al¨²mina Espa?ola, SA, ha sido una decisi¨®n inesperada. La f¨®rmula de la suspensi¨®n de pagos, inventada por Camb¨® para proteger a las empresas y con un claro paralelo en la legislaci¨®n anglosajona, permite continuar la actividad y ofrecer soluciones satisfactorias a los acreedores. Pero lo que se tem¨ªa que pod¨ªa suceder no ha tenido lugar. Esta vez el INI no absorbe los resultados de un grupo, hasta hace poco privado y ahora nacionalizado por Mitterrand, que decide retirarse de una actividad que ha dejado de ser una fuente de f¨¢ciles beneficios.Hasta la creaci¨®n de Aluminio Espa?ol, el sector se limitaba en Espa?a a dos empresas transformadoras: ENDASA y Alugasa. La primera, propiedad del INI en un 56% y de la canadiense Alcan en un 44%. Alugasa, con una f¨¢brica en Villagarc¨ªa de Arosa, pertenece en un 66%, a Pechiney, y el resto, a un grupo de bancos espa?oles. Las empresas dispusieron de un mercado bien protegido para sus manufacturas, mientras se aprovisionaban del producto b¨¢sico, lingote de aluminio, en el exterior.
En el decenio de los setenta, el aluminio se convierte en un sector estrella. Su utilizaci¨®n en la industria aeron¨¢utica y en un sinn¨²mero de industrias ligeras le se?alan como el inexorable sustituto del acero.
Surge as¨ª la idea de completar todo el circuito de producci¨®n mediante la creaci¨®n de una gran instalaci¨®n que, adem¨¢s de fabricar aluminio, produzca tambi¨¦n el producto de donde se obtiene, es decir, la al¨²mina. El proyecto de San Cipri¨¢n, con la aprobaci¨®n del entonces vicepresidente, Barrera de Irimo, y actual presidente de Alugasa, se materializa, en 1973, en la creaci¨®n de dos sociedades: Aluminio Espa?ol y Al¨²mina Aluminio. En ella participa ENDASA con un 55%, diversos bancos con un 25%, y Alugasa (Pechiney), con un 20%.
La producci¨®n programada ser¨ªa de 800.000 toneladas de al¨²mina y 400.000 toneladas de aluminio, o sea, uno de los mayores complejos europeos. Sin embargo, la sociedad se constituye con un capital muy reducido -poca inversi¨®n propia nacional y extranjera- y un alto porcentaje de cr¨¦ditos oficiales a bajo coste. La f¨®rmula, con h¨¢litos tercermundistas, se vende ante el Gobierno del general Franco del almirante Carrero en base a que el precio del aluminio y su demanda en expansi¨®n ofrec¨ªan la posibilidad de una corriente de ingresos con la que pagar sin agobios los cr¨¦ditos recibidos.
La puesta en marcha del complejo confirma las previsiones de los socios extranjeros, Alcan y Pechiney, primeras empresas del ramo y suministradores de la materia prima, bauxita, para el complejo. Los bajos costes de producci¨®n de la al¨²mina y del aluminio se traducen en un precio excelente para los socios-clientes, en especial en una ¨¦poca en que la cotizaci¨®n de los metales alcanzan r¨¦cord tras r¨¦cord. Pero al comenzar este decenio el precio del aluminio tambi¨¦n es arrastrado por la crisis. El valor de una tonelada desciende desde 2.000 a 900 d¨®lares, mientras se elevan vertiginosamente los tipos de inter¨¦s.
En 1981, la competencia a la baja de los precios se agudiza y Alugasa (Pechiney), en contra de los compromisos de compra afectados, se niega a retirar el aluminio y a aceptar la al¨²mina al precio convenido, que entonces se situaba por encima del que se negociaba en los mercados internacionales. Aluminio Espa?ol recurre en arbitraje ante los tribunales internacionales por el incumplimiento de las obligaciones pactadas, pero, entre tanto se resuelve la reclamaci¨®n, se resiente su tesorer¨ªa. Se propone como soluci¨®n para sanear la empresa una ampliaci¨®n de capital que permita disminuir el fuerte endeudamiento con los bancos y reducir as¨ª la pesada carga financiera que repercute en los costes de producci¨®n. La parte canadiense acepta a condici¨®n de que vayan todos los socios a la ampliaci¨®n. Pero Pechiney tambi¨¦n se niega bajo la socorrida excusa de que una f¨¢brica espa?ola, en definitiva, es un asunto interno de las autoridades espa?olas, entusiastas, por otro lado, de las reconversiones industriales.
En estas disputas e incumplimiento de los compromisos de compra de aluminio y al¨²mina llegan los vencimientos de los cr¨¦ditos: 200 millones de d¨®lares para la planta de aluminio y 150 millones para la de al¨²mina. En una reuni¨®n inicial con los bancos prestamistas, se les propone que ENDASA y Alugasa se subroguen en los cr¨¦ditos o faciliten mediante las compras de productos suficiente tesorer¨ªa a Aluminio Espa?ol para hacer posible el pago de los vencimientos. Los bancos aceptan y conceden una pr¨®rroga de diez d¨ªas, que expiraba el 29 del pasado septiembre. Pero entonces surge la respuesta negativa de Alugasa (Pechiney) de hacer frente a sus compromisos y tratar de endos¨¢rselos a ENDASA y, por elevaci¨®n, al INI. La respuesta de Aluminio Espa?ol es la suspensi¨®n de pagos. La actividad del complejo de San Cipri¨¢n contin¨²a mientras se llega a un acuerdo con los acreedores. Pero adem¨¢s el INI se ha comprometido a cumplir los compromisos existentes en lo que puedan corresponderle.
Este compromiso no puede dejar de tranquilizar a los acreedores, aunque, naturalmente, la calificaci¨®n como prestatario de Aluminio Espa?ol bajar¨¢ de nivel al no acabar de responsabilizarse uno de sus socios en la parte que le corresponde de su participaci¨®n en la empresa. En todo caso, la credibilidad del INI y del Estado espa?ol se mantiene intacta, mientras se confirma que el INI no est¨¢ dispuesto a seguir absorbiendo intereses privados o p¨²blicos ajenos a su organizaci¨®n.
En ¨²ltima instancia, la nacionalizaci¨®n de Pechiney, con todos los complejos problemas organizativos, ha podido motivar que el interlocutor franc¨¦s no siguiese puntualmente la marcha de los acontecimientos. Sin embargo, restablecida la normalidad en el funcionamiento de Pechiney, una empresa de su prestigio no puede dejar de hacer frente a sus compromisos en Espa?a as¨ª como frente a la comunidad financiera internacional. El prestigio de Francia bajar¨ªa, sin duda, algunos enteros.
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