Mario Bunge desenmascara en Oviedo a los 'falsos cient¨ªficos'
Mario Bunge, uno de los m¨¢ximos representantes mundiales del enfoque filos¨®fico denominado sem¨¢ntico, desenmascar¨® a los falsos cient¨ªficos (especialistas en psicoan¨¢lisis, parapsicolog¨ªa, astrolog¨ªa y otros) en el curso de una conferencia con la que inaugur¨® el pasado viernes, en Oviedo, las actividades del nuevo curso de la Sociedad Asturiana de Filosof¨ªa (SAF), cuya junta directiva acord¨® nombrarle socio honofflico de 1982.
El fil¨®sofo argentino Bunge, que recibi¨® el pasado s¨¢bado, de manos del pr¨ªncipe Felipe, el premio de la Fundaci¨®n del Principado a la Comunicaci¨®n y Humanidades, titul¨® su conferencia: "?C¨®mo desenmascarar falsos cient¨ªficos?". El problema que debati¨® concierne a la posibilidad de distinguir entre campos de conocimiento cient¨ªficos y seudocient¨ªficos.
Como es habitual en su estilo de filosof¨ªa exacta, Bunge propuso doce caracter¨ªsticas distintivas precisas y formalizables que permiten diferenciar objetivamente lo que es ciencia de lo que no lo es. El hecho de que estos rasgos sean objetivos supone desechar por inoperantes los puramente psicol¨®gicos, como pueda ser el mayor o menor grado de paranoia o excentricidad de los seudocient¨ªficos respecto de los aut¨¦nticos cient¨ªficos.
La ciencia y la seudociencia comparten el rasgo sociol¨®gico de estar basadas en la existencia de una comunidad, pero mientras la primera es una comunidad de investigaci¨®n, la segunda es una comunidad de creyentes que no realizan investigaci¨®n cient¨ªfica alguna. La comunidad de seudocient¨ªficos es tolerada bien por razones pr¨¢cticas (es un buen negocio) o pol¨ªticas.
La ciencia y la realidad
Como ejemplos de seudociencias, Mario Bunge se?al¨® la rabdomancia, la parapsicolog¨ªa, el psicoan¨¢lisis, la psicohistoria, la homeopat¨ªa, la teor¨ªa aplicada de las cat¨¢strofes, la uf¨®log¨ªa, la grafolog¨ªa, la astrolog¨ªa, etc¨¦tera. Este fil¨®sofo sostiene que el campo de una ciencia est¨¢ compuesto exclusivamente por entidades reales, que cambian, que pueden ser materia de conocimiento objetivo y que son reconocibles como tales desde un ethos que busca la verdad. En cambio, el dominio de la seudociencia est¨¢ poblado por entidades irreales tales como influencias astrales, pensamientos descarnados, superegos, conciencias colectivas con las que su cosmovisi¨®n s¨®lo puede ser certificada a trav¨¦s de modos de conocimiento paranormales que s¨®lo est¨¢n al alcance de iniciados en la interpretaci¨®n de los textos can¨®nicos, puesto que lo que interesa no es la verdad, sino la defensa del dogma de fe.Los problemas cient¨ªficos son casi exclusivamente cognitivos frente a la problem¨¢tica seudocient¨ªfica, que es pr¨¢ctica y concierne a la existencia humana. Mientras la ciencia ha logrado compilar una colecci¨®n de teor¨ªas, hip¨®tesis y datos v¨¢lidos y testables compatibles con los obtenidos por otros cient¨ªficos en ¨¦pocas anteriores, la seudociencia s¨®lo ofrece un conjunto de proposiciones inconstatables y de hip¨®tesis falsas incompatibles con las hip¨®tesis cient¨ªficas ya confirmadas por la propia realidad.
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