El Papa verde
Si con algo, con alguien est¨¢ el papa Wojtyla, que est¨¢ con todos, es, naturalmente, con el mundo primero y sencillo de los ni?os, las plantas, los animales, los d¨¦biles y los explotados. Piensa uno, por eso (y por eso me permito, en el t¨ªtulo, llamarle "Papa verde"), que si el Papa conociese la pretensi¨®n del obispo auxiliar de Madrid, que quiere 'trasplantar", o sea matar, los arboles de la Castellana, para que la gente pueda verle, estar¨ªa con la gente y con los ¨¢rboles m¨¢s que con el obispo auxiliar.Los suspectos dicen que los Papas, desde Pablo VI, se han echado a viajar por el mundo para que no se les olvide. Pero el catolicismo est¨¢ tan presente en el mundo actual, de la guerrilla a la Banca, que eso no es, efectivamente, sino una suspicacia de caf¨¦.
Creo, m¨¢s bien, que los Papas ¨²ltimos, quiz¨¢ sin plante¨¢rselo, se aparecen sin cesar a las multitudes del mundo, casi ubicuamente, porque ya no hay apariciones. Si el cielo no desciende sobre una geograf¨ªa descristianizada, descienden los Papas. En la Edad Media hab¨ªa apariciones y en el siglo XX/XXI hay reactores y televisiones que acercan la imagen intangible/tangible del Papa a la multitud en s¨ª eucar¨ªstica de los fieles. Ver es creer y creer es ver.
Por eso me parece rudamente pragm¨¢tica la medida de trasplante/tala de ¨¢rboles que propone el obispo auxiliar. Si los creyentes han visto santos del cielo, en todas las ¨¦pocas, ?c¨®mo no van a ver Papas de la tierra, aunque haya unas acacias por delante?
El obispo auxiliar casi parece un laico. Su positivismo a lo Augusto Compte se contradice con su fe. Supone que los ¨¢rboles de la Castellana no van a dejamos ver el bosque de la papalidad.
Poco infalible ser¨ªa un Papa que se volviese falible por una acacia o un casta?o. Me parece que el obispo auxiliar, con todos mis respetos, no ha medido bien la omnipresencia de los Papas. Lo malo de la Iglesia en sus "poderes terrestres", que dice Anthony Burguess en una de sus ¨²ltimas novelas/r¨ªo (muy bien glosada en estas p¨¢ginas por Rafael Conte), es que a veces se le nota demasiado la terrenalidad, la falta de seguridad en s¨ª misma, el querer anclar concienzudamente en la tierra la nave del cielo, que es la nave de Pedro.
En la Castellana y en otros paisajes madrile?os, cierta autoridad eclesi¨¢stica pretende dejarnos sin ecolog¨ªa para saturarnos de teolog¨ªa (en alg¨²n sitio lo han conseguido). Como si no supieran, desde Teilhard de Chardin, que el cuerpo de Cristo que para los fieles envuelve el planeta azul es precisamente la Naturaleza, el milagro verde de la vida, que para Rousseau era un libro abierto, para el citado Chardin una red m¨ªstica y, para casi todos, nada menos que el rastro ¨²ltimo del Para¨ªso Terrenal.
No hablo del lado del Ayuntamiento o el vecindario, que ser¨ªa lo m¨ªo y lo directo, sino del lado del Papa. Dejar a los vecinos de Orcasitas sin parque, como tambi¨¦n propone el obispo auxiliar, ser¨ªa dejarles sin Dios, porque la huella digital del "Dios deseante y deseado" de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez es la belleza del mundo. El obispo auxiliar de Madrid quiere trasplantar a Dios en beneficio del Papa. Me parece que se ha equivocado de prioridades.
El rastro que deje la visita del Papa no puede ser un desolado erial sin sombra verde, donde el sol pegue como un infierno y los ni?os tengan que subirse a los postes de alta tensi¨®n, para morir dulcemente electrocutados, porque ya no habr¨¢ ¨¢rboles adonde subirse.
Cuando el coraz¨®n de Europa es ya un coraz¨®n de piedra verde, cuando el alma de las multitudes es un alma green-pace, hay en Espa?a un obispo auxiliar -?auxiliar de qu¨¦ tridentinismos?- que quiere pelarnos Madrid porque los ¨¢rboles no dejan ver al Papa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.