Otto de Habsburgo 'vuelve' al palacio imperial de Viena
Con sucesivos gestos de gran valor simb¨®lico y, al parecer, inofensivos para la estabilidad pol¨ªtica del pa¨ªs, el jefe del Gobierno austriaco, el socialista Bruno Kreiskv, est¨¢ logrando reconciliar la actual Rep¨²blica austriaca con la Austria imperial de los Habsburgos, expulsados del pa¨ªs en 1919 como consecuencia del desastre de la primera guerra mundial. La entrada, por primera vez en su vida adulta, de Otto de Habsburgo, el primog¨¦nito de los ¨²ltimos emperadores austriacos, Karl y Zita, en la residencia oficial de sus antepasados, el Hofburg de Viena, ha sido el ¨²ltimo de estos gestos, que encuentra gran eco en la Prensa.
Otto de Habsburgo, que cumplir¨¢ setenta a?os en noviembre pr¨®ximo, estuvo s¨®lo de paso en el Hofburg, la semana pasada, para entregar al presidente de la Rep¨²blica, Rudolf KirchschIaeger, un premio de la Uni¨®n Panaeuropea, el movimiento pol¨ªtico supranacional a favor de una Europa unida que Otto preside.El hijo del ¨²ltimo emperador, que se pase¨® un cuarto de siglo por el mundo como pretendiente a un trono que hab¨ªa dejado de existir, renunci¨® definitivamente a ¨¦l en 1961, tal como exig¨ªa la legislaci¨®n austriaca.
Otto declar¨® su lealtad a la Rep¨²blica y, desde entonces, entra y sale libremente del pa¨ªs donde sus antepasados reinaron.
Otto es actualmente miembro del Parlamento Europeo en representaci¨®n de la CSU b¨¢vara del democristiano Franz Joseph Straus.
Desde las p¨¢ginas de un diario vien¨¦s declaraba el domingo que la casa de los Habsburgo se mantiene activa pol¨ªticamente", y lamenta no haber podido fundar un Gobierno austriaco en el exilio durante la anexi¨®n de Austria por el Reich alem¨¢n.
Entre los ¨²ltimos cap¨ªtulos de la recuperaci¨®n del pasado por parte de los socialistas destaca el retorno, este a?o, de la ¨²ltima emperatriz, Zita, nacida Borb¨®n Parma, que a sus noventa a?os ha vuelto a Austria tras m¨¢s de sesenta a?os de exilio y sin haber renunciado a nada.
Otto y su madre, Zita, han emprendido ya gestiones para que los restos del ¨²ltimo emperador, Carlos I, enterrado en la isla de Madeira, donde falleci¨® durante el exilio, sean trasladados al pante¨®n de la familia real, la iglesia de los Capuchinos, en el centro de Viena.
Eso, si el Vaticano da su permiso, pues el difunto Carlos parece hallarse en proceso de beatificaci¨®n.
La recuperaci¨®n del pasado, no exenta de cierta finalidad tur¨ªstica, es visible en la Austria real.
La iconograf¨ªa mon¨¢rquica se desempolva y abrillanta, reaparecen monumentos y se celebran exposiciones, adem¨¢s de publicarse abundante literatura sobre el tema.
Entre las ¨²ltimas apariciones editoriales figura una obra en la que se demuestra que el emperador Francisco Jos¨¦ se cas¨® en secreto con la actriz Catalina Schartt, que le consolaba durante las ausencias de Sis¨ª y a la muerte de ¨¦sta.
El mismo Kreisky se fotografi¨® en las ¨²ltimas elecciones frente a un enorme retrato de Francisco Jos¨¦.
Esta conciliaci¨®n simb¨®lica, que hubiera parecido imposible hace s¨®lo unas d¨¦cadas, ha obligado a los enemigos pol¨ªticos de Kreisky a reconocer que el viejo zorro, como le llaman, posee una gran habilidad.
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